martes, 10 de junio de 2008

NUESTROS VIEJITOS


Padres héroes y madres heroínas del hogar.

Pasamos buena parte de nuestra existencia cultivando estereotipos. Hasta que un día el padre héroe comienza a pensar todo el tiempo… protesta bajito… y habla de cosas que no tienen ni pie ni cabeza.

La heroína del hogar comienza a tener dificultades en terminar frases… y empieza a enojarse con la empleada.

¿Qué hicieron papá y mamá para envejecer de un momento a otro…? Envejecieron. Nuestros padres envejecieron. Nadie nos había preparado para esto.

Un bello día ellos pierden la compostura… se vuelven más vulnerables y adquieren manías bobas. Están cansados de cuidar de otros y de servir de ejemplo: ahora llegó el momento de ellos… de ser cuidados y mimados por nosotros.

Tienen muchos kilómetros andados y saben todo y lo que no saben lo inventan. No hacen más planes a largo plazo… ahora se dedican a pequeñas aventuras… como comer a escondidas todo lo que el médico les prohibió.

Tienen manchas en la piel. De repente están tristes. Más no están caducos: caducos están los hijos… que rechazan aceptar el ciclo de vida. Es complicado aceptar. Es complicado aceptar que nuestros héroes y heroínas ya no están con el control de la situación.

Están frágiles y un poco olvidadizos… tienen este derecho… pero seguimos exigiendo de ellos la energía de antes. No admitimos sus flaquezas… sus tristezas.

Nos sentimos irritados y algunos llegamos a gritarles si se equivocan con el celular u otro electrónico… y encima no tenemos paciencia para oír por milésima vez la misma historia que cuentan como si terminaran de haberla vivido.

En vez de aceptar con serenidad el hecho de que adoptan un ritmo más lento con el pasar de los años… simplemente nos irritamos por haber traicionado nuestra confianza…. la confianza de que serán indestructibles como los súper-héroes.

Provocamos discusiones inútiles y nos enojamos con nuestra insistencia para que todo siga como siempre fue.

¿Miedo a perderlos y miedo a perdernos? ¿Miedo de que también dejemos de ser lúcidos y joviales?

Con nuestros enojos… sólo provocamos más tristeza a aquellos que un día sólo procuraron darnos alegrías.

¿Por qué no conseguimos ser un poco de lo que ellos fueron para nosotros? ¡¡Cuántas veces estos héroes y heroínas estuvieron noches enteras junto a nosotros… medicando… cuidando… y midiendo fiebres!!

Y nos enojamos cuando ellos se olvidan de tomar sus medicamentos… y al pelear con ellos los dejamos llorando… tal cual criaturas que fuimos un día.

El tiempo nos enseña a sacar provecho de cada etapa de la vida… pero es difícil aceptar las etapas de los otros. Más cuando los otros fueron nuestros pilares… aquellos para los cuales siempre podíamos volver y sabíamos que estarían con los brazos abiertos… y ahora están dando señales de que un día irán a partir sin nosotros.

Hagamos por ellos hoy lo mejor… lo máximo que podemos… para que mañana cuando ellos ya no estén más… podamos recordarlos con cariño… de sus sonrisas de alegría y no de las lágrimas de tristeza que ellos hayan derramado por causa nuestra.

AL FINAL… NUESTROS HÉROES DE AYER… SERÁN NUESTROS HÉROES ETERNAMENTE

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