lunes, 10 de marzo de 2008

TESTIMONIO – MI AMIGO CHARLIE


Sucedió hace varios años, antes de mi conversión.

Cerca de Navidad, mi amigo me pide un favor, que espere y guarde en mi casa una cantidad de juguetes mayores: coches para bebés, bicicletas, triciclos, carritos a pedal, etc., de una buena marca. La verdad es que yo no sabía cual iba a ser el destino de estos juguetes.

Llegó el camión y descargaron todo en la sala y el comedor de mi casa. Era tanta la cantidad que ocupó totalmente los dos ambientes, y parte de la entrada. Después me enteré que a mi amigo le habían dado todo eso como comisión de unas ventas que había realizado. Faltaban sólo tres días para Navidad.

La costumbre que teníamos en esa época, era reunirnos en casa de una tía donde vivía también mi abuelita, que era muy anciana. Nunca antes había dejado de asistir con toda mi familia, a este evento tan importante de la Navidad.

El 23 de diciembre, mi amigo me preguntó dónde iba a pasar la Navidad, y le contesté que con mi familia en casa de mi tía. Le pregunté dónde la iba a pasar él, me respondió que no sabía. Él estaba separado de su esposa, la que se había casado nuevamente, y sus hijos tampoco vivían con él.

Mi amigo no estaba muy bien de salud, y era muy posible que esta fuera su última Navidad. Pedí permiso a mi familia, para pasarla con él, lo cual causó mucha extrañeza y disgusto. Les expliqué como pude cual era la situación y que para nosotros habrían muchas Navidades más, más no para él.

Quedamos en que terminando con sus obligaciones empresariales, vendría a mi casa a eso de las 10pm. Eran las 11pm y no se aparecía, así que me serví un trago esperando, y otro, y otro. A las 11:30pm salí con mi vaso a la puerta de mi casa, y de pronto pasó alguien con cara no muy alegre, aunque tampoco muy triste, y no sé por qué le pregunté si tenía hijos, me dijo que tres menores de diferentes edades y sexo; así que le dije que por favor pasara y escogiera los regalos que deseara para sus hijos, o sea, que tomara los juguetes que me habían dejado a guardar. Me pregunto si esta persona que pasó le pidió a Dios algo para sus hijos en esa noche especial.

La persona que entró vió juguetes apiñados hasta el techo y me miró como diciendo: éste debe estar loco”. Antes que se retirara con los juguetes le di el teléfono y el nombre de mi amigo para que lo llamara a agradecerle.

A las 12 llamé a casa de mi tía para saludarlos por Navidad, y mi amigo no aparecía. Yo seguía en la puerta de mi casa con mi trago y regalando a todos los que pasaban, lo que no era mío, ni siquiera me daba cuenta de la hora y cada vez quedaban menos juguetes. Y me decía a mí mismo: Ya le explicaré a mi amigo cuando llegue”. Realmente era algo rarísimo lo que estaba sucediendo, y no era por los tragos, era por algo más.

Las horas pasaban y los regalos se iban con gente que hasta ahora deben estar preguntándose qué pasó esa Navidad. Si hubiesen podido ver las caras, eran de gracias Señor por escuchar mis ruegos”. Pienso que Dios ya me estaba usando para sus planes terrestres, aunque yo no me explicaba lo que estaba haciendo… sólo lo hacía.

Pasaron policías, basureros, gente con corbata pero sin plata, hombres, mujeres, de todo, y se llevaban las cosas con la condición de hacer una llamada de agradecimiento a mi amigo.

Eran las 5am. Y sólo quedaban tres regalos que yo había separado para pedírselos a mi amigo para mis hijos. Las 6am… y se aparece mi amigo que, según me contó, se había quedado con sus trabajadores celebrando y no lo habían dejado salir… él era muy querido por todos.

Él estaba un poco mareado como yo, pero no estábamos borrachos. Lo primero que me preguntó, luego del saludo navideño, fue sobre los juguetes, porque los iba a mandar a recoger más tarde. Aquí vino lo bueno… ¿ahora qué le digo? Lo hice pasar y le mostré los tres que había separado para mis hijos, y me preguntó: “¿Dónde está el resto?”. Le dije que los había regalado a todos los que pasaron esa noche por la puerta de mi casa. El monto de lo que esa noche regalé era de 500,000 soles (medio millón) que por supuesto yo no tenía ni idea.

Me miró y me dijo: “¿Esto es una broma o qué?” Le dije que no era broma y que más tarde lo iban a llamar para agradecerle los regalos. Al principio puso una cara como que iba a explotar, pero luego nos miramos y nos dio un ataque de risa que no podíamos parar. Así, trago va y trago viene la seguimos, aunque a cada momento me repetía que nunca había tenido un amigo más loco que yo… yo le decía bajando la cabeza como disculpándome: gracias hermano”.

Meses más tarde a mi amigo le dio un derrame cerebral, y luego de una larga agonía se lo llevó el Señor… no tuvo otra Navidad, pero estoy seguro que gracias a esa Navidad que pasamos juntos, Dios, a través de nosotros, hizo feliz a muchos niños que nunca se imaginaron pasarla tan bien. Yo tampoco creo que una Navidad como esa se pueda repetir en mi vida…. creo que fue la mejor.

Pasó un tiempo y un día empecé a recordar a mi amigo preguntándome dónde estaría. Esa noche, en mis sueños, se me apareció sentado con las piernas cruzadas, con una camisa de mangas cortas de fondo blanco con rayitas muy delgadas de diferentes colores, pantalón, zapatos y medias que hacían juego… estaba elegantemente informal con una sonrisa de oreja a oreja diciéndome:No te preocupes que estoy muy bien”.

Siempre pido por él en mis oraciones, aunque sé que está bien, y también creo que las personas que recibieron esa Navidad, deben estar recordándolo.

Lo único que le molestó a mi amigo fueron las llamadas… ¿se imaginan cuántas? Creo que él iba hacer lo mismo que hice yo, sólo que me adelanté. Él era muy sentimental y estoy seguro que no se iba a sentir bien haciéndolo e iba a pedirme que yo lo haga.

¡Qué Dios y su Santísima Madre te bendigan amigo!
José Miguel Pajares Clausen
Marzo 2008

2 comentarios:

ILC dijo...

saludos mi estimado hermano en cristo José Miguel:

gracias por este lindo relato vivido con el amigo Charlie.....
me agradó enormemente todo su contenido...ese enorme gesto de amor que bajo la guia de nuestro creador se cumplio y aunque no me queda claro algunos detalles pero ese enorme deseo de compartir con el projimo ha qudado plasmado en el corazon de mucha gente asi como en el tuyo porque estoy seguro que hechos como este solo se viven una sola vez.
atte
isidroluis

nota:
tenga la seguridad que esta historia la compartire con muchas personas mas.

Hermano José dijo...

GRACIAS POR TU COMENTARIO
BENDICIONES POR CASA