martes, 2 de abril de 2013

¡RESUCITÓ! LA PRIMERA LECCIÓN


¿Cristo ha resucitado? Entonces, nosotros también resucitaremos, porque estamos unidos a Él en un mismo cuerpo, como los miembros con la cabeza.

Cuando estudiamos el Catecismo, ¿por qué lección empezamos? Seguramente, que no comenzamos nunca por la primera de todas, sino que llegamos a ella después de muchos días. Lo cual es un error, desde luego. ¿Cuál es la lección primera? Sin discurrir un momento, digamos que es la Resurrección de Jesús. Eso que decimos en el Credo: y al tercer día resucitó de entre los muertos es lo primero de todo.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos lo recuerda hoy al afirmar que la resurrección constituye la confirmación de todo lo que Jesucristo hizo y enseñó. Con estas palabras no hace sino repetirnos lo del apóstol San Pablo:
- Si Cristo no resucitó, es vana nuestra predicación, es inútil vuestra fe.

Una vez más que volvemos sobre este misterio, fundamento de todo lo que creemos y esperamos y amamos, porque no vamos a amar a un muerto que nos habría engañado.

Si se cree en la Resurrección, hay que admitir todo el Evangelio y hay que darse a Jesucristo.

Si no se cree en la Resurrección es inútil insistir en ninguna otra verdad.

Los cristianos de la Iglesia Oriental de Europa, sobre todo en Rusia, celebran la Resurrección de una manera espléndida. Durante todo el sábado, el día se pasa triste, muy triste. En el templo aparece sólo el sepulcro sellado, con Jesucristo muerto dentro de la roca. Pero al anochecer, las calles empiezan a iluminarse con el esplendor de antorchas y más antorchas que se dirigen hacia la iglesia. Al llegar la nutrida procesión, se abre la puerta y aparece el sacerdote vestido de blanco, con un manto flotante, lujoso, lleno de gracia y majestad. En su mano, el crucifijo que levanta en alto, mientras canta jubiloso por tres veces:
-¡Cristo ha resucitado! ¡Cristo a resucitado! ¡Cristo ha resucitado!...

La multitud responde con gritos a cada proclama:
-¡En verdad que ha resucitado! ¡En verdad que ha resucitado! ¡En verdad que ha resucitado!...
Entran todos en el templo, espléndidamente iluminado, como quien entra en la gloria. Y llega un momento en que el coro invita a todos cantando:
- Abracémonos unos a otros, llamémonos hermanos, perdonemos a los que nos odian y cantemos todos juntos: ¡Cristo ha resucitado de entre los muertos!

En este momento estalla el júbilo incontenible. Todos se besan y abrazan, ricos y pobres, grandes y pequeños. El que da el beso saluda:
- ¡Cristo ha resucitado!
Y responde el que lo recibe:
- ¡Sí, Cristo ha resucitado!

No acaba aquí este grito de triunfo. Durante los días pascuales seguirá en la vida como normal este saludo, al encontrarse dos personas
- ¡Cristo ha resucitado!
- ¡Sí, Cristo ha resucitado!

Así se celebraba la Resurrección en Rusia, y Dios quiera que se haya renovado para no suprimirse ya nunca. Bella la función. Pero, sobre todo, profunda en su significado, porque resume todo lo que es nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor.

Sin el amor a Jesucristo no se explica este gozo.
Sin esperanza de tener esta misma gloria del Señor, tampoco se comprende esta alegría.
Sin fe en todo lo que creemos, resulta ininteligible tal celebración.

La celebración pascual se convierte entonces en una vivencia extraordinaria de esas tres virtudes --la fe, la esperanza, la caridad-- que impulsan y activan todo el organismo sobrenatural de la vida cristiana.

Nosotros, siguiendo el Catecismo de la Iglesia Católica, sacamos todas las consecuencias. Nuestra vida entera es un vivir según Jesucristo Resucitado. Esto, cada día, siempre. El domingo, en especial, renovamos con la Eucaristía la celebración pascual. Porque sentimos, experimentamos y vivimos todo el misterio de nuestra fe. Esto es de cada día, y no hace falta estar en tiempo pascual para recordarlo y vivirlo.

¿Cristo resucitó, venciendo la muerte y todas las fuerzas de la naturaleza? Entonces, Jesucristo está sobre todo lo creado. Jesucristo es Dios.
¿Cristo resucitó, cumpliendo su palabra? Entonces, le creemos a pie juntillas. Era lo que Él decía. Era el Salvador.
¿Cristo resucitó? Entonces, hemos quedado santificados y salvados, porque ha podido mandarnos desde el seno de Dios el Espíritu Santo.

¿Cristo ha resucitado? Entonces, somos con Él hijos de Dios, porque nos ha metido en su misma vida.
¿Cristo ha resucitado? Entonces, nosotros también resucitaremos, porque estamos unidos a Él en un mismo cuerpo, como los miembros con la cabeza.
¿Cristo ha resucitado? Entonces, nuestra vida está escondida con Cristo en Dios, y llevamos ya en la tierra la vida del Cielo.

¿Seguimos con las preguntas? Haríamos una lista interminable. Pero, vamos a la última, que es muy sencilla de hacer, y ojalá sepamos responderla todos: -¿Sabemos bien la primera lección del Catecismo?....

Autor: Pedro García, misionero claretiano.

lunes, 1 de abril de 2013

OH MI SEÑOR…


Oh mi Señor, necesitamos más que antes y ahora que todos los pueblos, las naciones y los hombres te reconozcamos en Pensamientos, obras y Amor.

Oh mi Señor, que tu Voluntad se cumpla y vuestro deseo permanezca no el tiempo de los hombres si no en el tiempo establecido por tu autoridad como Creador.

Oh mi Señor, que la iluminación de las conciencias llegue a cada ser que habita la tierra, que la palabra revelada y practicada sea como el sendero y el camino que nos conduce a la Tierra Prometida.

Oh mi Señor, nuestro anhelo como hoy y siempre debe ser poderte ver cara a cara, como Padre Amoroso, que nos acojas en la morada Eterna y podamos todos juntos gozar de la plenitud de tus dones.

Oh mi Señor, no tengas en cuenta nuestras culpas si no el Amor que rige tu esencia y la Misericordia Absoluta que Emanas, conforme a ello, danos pronto la verdadera paz y Felicidad a nuestras almas ya sea en esta vida presente o en la Eterna, como bien nos lo prometiste. Amen.

JESÚS HABLA


31 mar 2013 Hoy, traigo grandes Gracias sobre el mundo

Domingo 31 de marzo 2013 a las 18:40 hrs.

Mi amadísima hija, hoy traigo grandes gracias sobre el mundo, ya que me alegro, por la Fe que existe, a pesar de las pruebas y tribulaciones, que los hijos de Dios tienen que soportar en el mundo en este momento.

Renuevo la faz de la tierra hoy y lleno las almas de aquellos que creen en Mí, su amado Jesucristo, el Redentor de toda la humanidad con Mi Espíritu Santo. Alegraos e ignorad el tormento, que está siendo desatado por Satanás. En su lugar humillaos delante de Mí y poned toda vuestra confianza en Mi Misericordia y os protegeré de todo daño.

Debéis saber que todo poder es Mío. El maligno y a los que él esclaviza no tienen ningún poder sobre Mí. Pero su influencia destruirá a muchos de los que se exponen al engaño de la bestia.

Mi Reino les espera, en todo su esplendor glorioso, y esta vez está casi sobre vosotros.

Distribuiros, seguidores Míos, multiplicaos en grupos y proclamad la Palabra de Dios, la Verdad, que está contenida en la Santa Biblia. Debéis volved a los Evangelios y recordad a la gente de su contenido, pues ahí dentro está la Palabra de Dios.

Muchas leyes nuevas se pondrán en vuestras naciones donde será imposible acceder al Libro de Mi Padre. No debéis nunca aceptar esas leyes porque estas me niegan. Cuando no tengáis acceso a Mis Enseñanzas, vuestros hijos no me conocerán. Cuando Mis Enseñanzas, las Leyes de Dios, lleguen a estar fuera de la ley, entonces sabréis que será por la mano de Satanás que vuestros gobiernos están siendo guiados.

No os dejéis tomar como esclavos. No debéis sucumbir a las leyes absurdas, que nieguen vuestro libre albedrío. No olvidéis nunca que nacisteis con el don del libre albedrío - un Regalo de Dios.

Cualquier hombre que os quita el libre albedrío niega a Dios. Todo gobierno o nación, que os niega vuestro libre albedrío para dar testimonio de Dios está siendo guiado por Satanás. Vosotros, Mis amados seguidores habéis sido engañados por las influencias satánicas a través de esas naciones, que controlan vuestros bancos, vuestros gobiernos y vuestro acceso a los alimentos.

El tiempo vendrá en que os harán sufrir aún más de lo que sufrís ahora, pero, de repente y de forma inesperada, vendrá un castigo severo, lo que hará inútiles a esos gobiernos y sus poderes. La intervención de Dios será rápida y ellos, esas sectas malignas, se arrastrarán sobre sus manos y rodillas gritando de terror al castigo, que caerá sobre ellos, por sus malas acciones.

Vosotros, Mis queridos seguidores, debéis confiar en Mí y seguir siendo fuertes. Hoy os bendigo con un regalo especial - el Don de la Perseverancia. Sabréis que habéis recibido este regalo porque vuestra paciencia será impenetrable. Vuestra determinación para hacer Mi Santa Voluntad os sorprenderá incluso a vosotros, y cuando llegue el momento para que podáis profesar abiertamente vuestro testimonio de Mi Segunda Venida, no tendréis más miedo. En cambio, el amor por Mí se manifestará por sí solo como un amor especial por vuestros hermanos y hermanas. Ahora los veréis, tal como aparecen a los ojos de Mi Padre, como pequeños. Vuestro corazón se hinchará en amor y esto os sacudirá, porque sentiréis amor en vuestros corazones, incluso hacia los enemigos que gobiernan vuestros países al comando de la bestia.

Este amor convertirá a las almas de los que tienen odio en sus almas. Vuestras oraciones por estas almas les concederán inmunidad del castigo que de otro modo habrían enfrentado en el día del castigo, cuando Yo venga a juzgar.

Este Don de la Perseverancia, que Yo os prescribo hoy, salvará almas, porque cada regalo que traigo tiene un solo objetivo y es el de salvar a todas las almas para que podamos unirnos, como una Santa Familia, en el Nuevo Paraíso en la tierra.

Vuestro Jesús

jesushabla.com

TU VOLUNTAD SEÑOR


Ante todo tu voluntad, Señor. San Francisco de Sales nos dice que en nuestra vida, siempre hay un momento de prueba en el que Dios nos pregunta, si preferimos su voluntad a los beneficios que hemos recibido de Él. Estos beneficios, son los que Dios nos ha venido dando a lo largo de nuestra vida; así pues, como todo lo que proviene de Él, son maravillosos, pero más maravilloso es Él mismo. Diremos como San Agustín: Pudiendo llegar a poseer, al que todo lo ha hecho, es tonto que nos abracemos lo que Él ha creado, en lugar de abrazar su amor, menospreciándolo a Él y no aceptando su voluntad en todo momento para demostrarle que somos dignos de él y que en la medida de nuestras escasas fuerzas, correspondemos a su tremendo amor.

Cumplir la voluntad del Señor, es el todo para nuestra salvación, porque buscando la voluntad del Señor y cumplimentándola vamos aprendiendo a identificarnos con ella. El amor genera semejanza y cuando se ama, uno quiere identificarse con el amado, incluso en lo que este desea, en lo que es su voluntad. Cuando se llega a alcanzar el cielo de las tres potencias solo nos restará le inteligencia, tremendamente potenciada por la Luz que emana del Rostro de Dios, que nos generará la sabiduría divina, la memoria desaparecerá al estar en la eternidad, donde el pasado y el futuro son siempre presente. Y en cuanto a nuestra voluntad, ella también desaparecerá, al quedar esta voluntad, plenamente identificada con la voluntad de Dios. ¡Vayamos pues ahora! que aún tenemos tiempo, acomodando nuestra voluntad a la del Señor y nuestra entrada en la gloria, será más rápida, sencilla y triunfal.

La vida terrenal de Cristo, escribe Jean Lafrance, fue un perfecto acto de unión con la voluntad del Padre. Para Cristo Jesús permanecer en el amor del Padre es cumplir su voluntad. Él estaba siempre abierto a la voluntad de su Padre y permanecer en Dios no es para Él una actitud pasiva, sino una salida de sí mismo y un don de todo su ser al Padre. Es por ello, por lo que repetidamente nos pone de manifiesto la necesidad que tenemos de buscar la voluntad del Padre y cumplimentarla con todo amor. Así en los evangelios podemos leer:

“    …, mi comida es hacer la voluntad del que me ha enviado, y dar cumplimiento a su obra”. (Jn 4,34).-

“…, porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envío”. (Jn 6,38).

“No se haga como yo quiero, Padre, sino como quieres Tu”. (Mc 14,36).

“No todo el que dice: ¡Señor, Señor! entrara en el Reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo”. (Mt 7,21).

“¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos? Y extendiendo su mano sobre sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque quienquiera que hiciere la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ese es mi hermano, y mi hermana y mi madre”. (Mt 12,48-50).

"¿No se venden dos pajaritos por un as? Sin embargo ni uno de ellos cae en tierra sin la voluntad de vuestro Padre”. (Mt 10,29).

"Cuando sus padres le vieron, quedaron sorprendidos, y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué has obrado así con nosotros? Mira que tu padre y yo, apenados andábamos buscándote. Y Él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es preciso que me ocupe en las cosas de mi Padre?”. (Mt 10,29).

Y se apartó de ellos como un tiro de piedra, y puesto de rodillas oraba diciendo: Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. (Lc 22,41-42).

“Yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor”. (Jn 15,10).

Escribía Juan Palo II diciéndonos: “¡Hacer la voluntad de Dios! ¿No está acaso en esto la quintaesencia de la santidad?”. Y nosotros debemos buscarla e identificarnos con ella, aunque solo por razón de este simple silogismo: Dios es un ser infinitamente mucho más sabio que cualquiera de nosotros, y sabe mejor que nadie lo que más nos conviene. Es un Ser que nos ama desesperadamente y hace lo indecible para que seamos eternamente felices integrándonos en su gloria. En conclusión si aceptamos su voluntad y nos vamos integrando en ella, seremos perfectos en la medida que hagamos la voluntad de Dios, porque toda la santidad, consiste en ejecutar lo que Dios quiere de nosotros, para así llegar a ser eternamente felices. Nosotros tenemos que buscar, el dejar vivir plenamente al Señor en nuestra alma, y nuestra propia voluntad, debemos usarla para aceptar la voluntad de Dios y conformar nuestro corazón al suyo, será entonces cuando realizaremos nuestra parte para dejar a Cristo vivir en nosotros y encontrar nuestra vida en Él.

El Señor está luchando en todo momento, para que comprendamos que nuestra única y verdadera riqueza es Él mismo y su santa voluntad. El que comprenda esto y lo ponga en práctica comenzará de verdad a vivir según las palabras de la Oración del Señor, que repetimos a diario: fiat voluntas tua, hágase tu voluntad”.

Y para ello hemos de buscar y saber, cuál es la voluntad de Dios para con nosotros, aceptarla e identificarnos con ella, esta es la postura más inteligente que un ser humano puede tener, porque tal como escribía San Alfonso María Ligorio, lo que se hace por voluntad propia, poco o nada aprovecha…. El mayor enemigo que tenemos es la propia voluntad. Decía San Bernardo: Suprime tu propia voluntad y no habrá infierno para ti…. Porque hay que saber que todo nuestro bien, consiste en unirnos a la voluntad de Dios.

Nuestro Señor quiere, escribe Slawomir Biela, que trates de discernir su voluntad. Analizando la situación, las circunstancias y las condiciones. Sin embargo cuando se camina a través de la oscuridad de la fe, no siempre se sabe con certeza cuál es la voluntad de Dios. A pesar de esto, siempre hay que buscarla y no tratar de encontrar apoyo en las personas o en las cosas al margen de Dios dejando así de buscar su voluntad y encerrándonos en el reino ilusorio de nuestro propio yo. Fortificando así nuestras fronteras delante de Dios, que nos quiere conducirte a la Luz de su voluntad, obsequiándonos con su amor.

Según Georges Chevrot, hay tres signos para, reconocer la voluntad de Dios, primeramente, esta voluntad suya, siempre se encuentra fundada en la razón. Pero al mismo tiempo aun siendo razonable, nos impone una dificultad que hemos de superar y esta es su segunda marca. La tercera indicación consiste en que es actualmente realizable. Ignoramos lo que Dios nos pedirá mañana, nos basta con saber lo que quiere de nosotros hoy. Conociendo su voluntad, no hay más que suprimir los sí, los pero, los sin embargo, y sustituirlos por esta sencilla palabra: . Un si inmediato espontáneo, alegre.

De dos modos el Señor, nos a conocer su santa voluntad: por medio de lo que nos prohíbe, manda o aconseja, y valiéndose de las disposiciones de su providencia. La primera forma se llama voluntad revelada de Dios, y la segunda constituye su voluntad de beneplácito. Cierro esta glosa, con unos pareados que dicen:
Que no sea yo quien decida, lo que ha de ser mi vida, que mi vida solo sea, lo que tu divina voluntad desea”. J.C.

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

Juan del Carmelo

''CRISTO HA VENCIDO AL MAL DE MODO PLENO Y DEFINITIVO''


A mediodía, este Lunes de la Octava de Pascua, o Lunes “del Ángel” el papa Francisco rezó, con los miles de fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro, la oración mariana del Regina Coeli, que sustituye el Ángelus en este tiempo pascual. Ofrecemos el texto de las palabras del santo padre.

Queridos hermanos y hermanas:

¡Buena Pascua a todos ustedes! Les agradezco que hayan venido también hoy en gran número, para compartir la alegría de la Pascua, misterio central de nuestra fe. Que la fuerza de la Resurrección de Cristo llegue a cada persona –especialmente a quien sufre– y a todas las situaciones más necesitadas de confianza y esperanza.

Cristo ha vencido al mal de modo pleno y definitivo, pero nos corresponde a nosotros, a los hombres de todos los tiempos, acoger esta victoria en nuestra vida y en las realidades concretas de la historia y de la sociedad.

Por esto me parece importante subrayar lo que hoy le pedimos a Dios en la liturgia: “Oh Padre, que haces crecer a tu Iglesia dándole siempre nuevos hijos, concede a tus fieles que expresen en su vida el sacramento que han recibido en la fe” (Oración Colecta del Lunes de la Octava de Pascua).

Es verdad, el bautismo que nos hace hijos de Dios, la Eucaristía que nos une a Cristo, deben convertirse en vida, es decir, traducirse en actitudes, comportamientos, gestos y elecciones. La gracia contenida en los sacramentos pascuales es un potencial de renovación enorme para la existencia personal, para la vida de las familias, para las relaciones sociales.

Pero todo pasa a través del corazón humano: si yo me dejo alcanzar por la gracia de Cristo resucitado, si le permito que me cambie en ese aspecto mío que no es bueno, que puede hacerme mal a mí y a los demás, yo permito a la victoria de Cristo que se afirme en mi vida, que extienda su acción benéfica. ¡Éste es el poder de la gracia! Sin la gracia no podemos hacer nada. Sin la gracia no podemos nada. Y con la gracia del Bautismo y de la Comunión eucarística puedo llegar a ser instrumento de la misericordia de Dios. De esa bella misericordia de Dios.

Expresar en la vida el sacramento que hemos recibido: he aquí, queridos hermanos y hermanas, nuestro empeño cotidiano, pero diría también ¡nuestra alegría cotidiana! ¡La alegría de sentirse instrumentos de la gracia de Cristo, como sarmientos de la vid que es Él mismo, animados por la linfa de su Espíritu!

Oremos juntos, en el nombre del Señor muerto y resucitado, y por intercesión de María Santísima, para que el Misterio pascual actúe profundamente en nosotros y en nuestro tiempo, para que el odio deje el lugar al amor, la mentira a la verdad, la venganza al perdón, la tristeza a la alegría”.

Después del rezo del Regina Coeli el papa saludó a todos los peregrinos, deseó a cada uno que pasara serenamente este “Lunes del Ángel”, en el que resuena con fuerza el anuncio gozoso de la Pascua: ¡Cristo ha resucitado! Y concluyó deseando “¡Buena Pascua a todos! ¡Buena Pascua a todos, y buen almuerzo!”.

EL PAPA FRANCISCO NO ES JULIO II


Alguien podría sacar la errónea conclusión de que como soy amante del esplendor del culto divino, podría mirar con desconfianza al nuevo Papa. Pero nada más lejos de mi pensamiento. Siempre he amado la grandeza de la liturgia, pero al mismo tiempo he defendido que los clérigos vivan de un modo austero.

Cuanto más pobremente viva el ministro de Dios, mejor. Por eso me parece muy bien lo que hace nuestro Papa. Y en cuanto a la sencillez de trato, lo mismo. La distancia no tiene nada que ver con la sacralidad del ministerio.

El Jueves Santo dijo una cosa sabia y es que el sacerdote que no sale de sí, se convierte en un coleccionista de antiguedades. Yo que amo tanto la liturgia y la historia, las amo y me deleito en ellas, reconozco la gran verdad de sus palabras. No lo digo ahora por oportunismo porque lo haya dicho el Papa. En más de una docena de posts he hablado con extensión de mi temor a que el amante de la liturgia pueda desviarse y rendir culto al culto mismo. En esos post he señalado el peligro real de que la liturgia se convierta en fin y no en medio de adoración. El amor a las vestiduras litúrgicas es correcto mientras es ordenado. En el momento en el que ellas ocupan nuestro corazón, se convierten en estorbo, en piedra de tropiezo, para aquél que ha caído en esa desviación.

Sinceramente, espero con gran esperanza la renovación que este Papa haga de la Iglesia. Renovación que él ya ha comenzado.

Publicado por Padre Fortea

DESPERTAR LA AURORA


Cuando todo nos parece oscuro, no vemos nada...tenemos que despertar la aurora.

Despertar la aurora es hacer presente la Resurrección, es iluminar la vida.

¿Cómo se ilumina la vida? Llevando el gozo y la alegría a los demás. Entregando nuestra vida por el otro. Consolando al que llora. Curando al enfermo. Dando de comer al hambrientos y de beber al sediento. Luchando por la justicia.

La Resurrección no es una palabra, una idea, algo que hay que creer. La Resurrección es algo que debemos vivir. Es hacer presente a Jesús en cada lugar y momento de nuestra vida.

Cada mañana, al levantarnos, debemos despertar la aurora. Cada mañana es Resurrección...

COMO ACTÚAN LAS TENTACIONES EN EL HOMBRE?...


...Con la sugestión interior, motivada por causas internas o externas, que nos incitan a pecar.

...Las tentaciones se vencen con la frecuencia de los sacramentos de la Eucaristía y la Penitencia, la oración, la mortificación de los sentidos.

La abnegación del entendimiento y de la voluntad, la huida de las ocasiones de pecado y, sobre todo, con la devoción a la Virgen Santísima y al Ángel de la Guarda.

Quien quiera servir a Dios puede contar con tentaciones, preparase contra ellas;
el mejor preparativo es armarse de fortaleza, para hacerles frente cuando vengan (San Francisco de Sales)

El ocio es origen de muchas tentaciones. San Francisco de Sales dice: la tentación nunca nos coge tan flacos como cuando estamos tan ociosos.

Y en otro lugar dice: “No dejéis que se entretenga vuestro espíritu en pensamientos varios e inútiles; si se acostumbra a éstos, luego pasará más allá, deteniéndose en los malos y nocivos”.

“Combates tendréis y no pequeños, porque nuestros enemigos son muchos y muy crueles, por tanto no os descuidéis; si no, luego sois perdidos. Si los que velan aún tienen trabajo en guardarse, qué pensáis será de los descuidados, sino ser todo vencidos”
(San Juan de Ávila)

LAS TENTACIONES ACTÚAN EN EL HOMBRE DE TRES MANERAS:

engañando el entendimiento con falsas ilusiones, por ejemplo: me salvaré aunque siga pecando.

debilitando nuestra voluntad, debilitándolo a base de caer continuamente en la comodidad, la negligencia, la fantasía, etc.

instigando a los sentidos internos, principalmente la imaginación, ofreciendo imágenes sensuales, soberbias, odios, etc.

La tentación sólo puede incitar a pecar, pero nunca nos puede obligar a pecar, porque la voluntad permanece dueña de su libertad. La tentación es pecado, no cuando la sentimos, sino cuando voluntariamente la consentimos.

Pero estamos en buenas manos, estamos en el Corazón divino de nuestro Salvador:

Fiel es Dios, que no permitirá que seáis tentados sobre vuestras fuerzas, antes dispondrá con la tentación el éxito para que podáis resistirla (1 Cor 10, 15)

San Juan de Ávila nos advierte: Un santo dice que el hombre que se cree a sí mismo no ha menester demonio que lo tiente, que él es demonio para sí.

Esto es verdad, lo ha dicho un doctor de la Iglesia, pero también es verdad que detrás de cada tentación, directa o indirectamente, está el demonio.

El oficio propio del demonio es tentar, llevar a los hombres a pecar.

El demonio empieza con una sugestión o mera representación del mal y después sigue con complacencia deliberada y consentimiento de la libertad.

Las tentaciones se vencen con la frecuencia de los sacramentos de la Eucaristía y la Penitencia, la oración, la mortificación de los sentidos, la abnegación del entendimiento y de la voluntad, la huida de las ocasiones de pecado y, sobre todo, con la devoción a la Virgen Santísima y al Ángel de la Guarda.

También con el absoluto desprecio del demonio: Son tantas veces las que estos malditos demonios me atormentan, y tan poco el miedo que ya los he, con ver que no pueden menear si el Señor no les da licencia… Sepan que cada vez se nos da poco de ellos quedan con menos fuerza y el alma muy más señora…

Porque no son nada sus fuerzas si no ven almas rendidas a ellos y cobardes que aquí muestran ellos su poder” (Santa Teresa de Jesús)

Al copiar este artículo favor conservar o citar la Fuente: EL CAMINO HACIA DIOS

www.iterindeo.blogspot.com

Publicado por Wilson f.

¿PARA QUÉ SIRVE UN MINUTO?


Un minuto sirve para sonreír, sonreír para el otro, para ti y para la vida.

Un minuto sirve para ver el camino, admirar una flor, sentir el perfume de la flor, sentir el césped mojado, percibir la transparencia del agua.

Un minuto sirve para escuchar el silencio.

Es en un minuto en que uno dice el sí, o el no que cambiará toda su vida.

Un minuto para un apretón de mano y conquistar un nuevo amigo.

Un minuto para sentir la responsabilidad, pesar en los hombros, la tristeza de la derrota, la amargura de la incertidumbre, el hielo de la soledad, la ansiedad de la espera, la marca de la decepción, la alegría de la victoria.

En un minuto se puede amar, buscar, compartir, perdonar... esperar, creer, vencer y ser.

En un minuto se puede salvar una vida.

Tan sólo un minuto para incentivar a alguien o desanimarlo.

Un minuto para comenzar la reconstrucción de un hogar, de una vida.

Minutos… Cuantas veces los dejamos pasar sin darnos cuenta, pero también cuantas veces traemos a nuestra vida los recuerdos de los minutos vividos llenos de felicidad, de alegría y tristezas.

Con frecuencia decimos ” es un minuto” que nos parece nada, pero cómo se aprecia ese minuto al levantar la mano y saludar a un amigo que se va para siempre, como se valora ese minuto que hace que lleguemos tarde a nuestro trabajo, como se espera ese minuto que nos lleva a reunirnos con los que amamos, cómo nos llena de emoción ese minuto al que se entrega al hilo al nacer y como también que la vida otorgue más minutos a que la muerte separará físicamente y no veremos más.

Un minuto parece increíble, parece tan poquito, y sin embargo, puede dejar una huella tan profunda en nuestra vida.

Lo importante no es vivir la vida por qué sí, dejando pasar el tiempo.

Aprendamos a vivir la vida intensamente.

Aprendamos a no posponer las emociones más lindas de la vida pensando que… ”sí no es hoy , será mañana “.

Recuerda que tu tiempo es hoy.

La vida es hoy.

Que el reloj de tu vida marque cada minuto al compás de los latidos de tu corazón.

Autora: María Julia La Fuente.

Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol… Eclesiastés 3:1-8

EL PAPA RECUERDA QUE AUNQUE «CRISTO HA VENCIDO», CADA HOMBRE DEBE APROPIARSE DE ESA VICTORIA


Regina Coeli con Francisco.

El papa Francisco rezó en este Lunes de Pascua con los miles de fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro, la oración mariana del Regina Coeli, que sustituye el Ángelus en este tiempo pascual.

"Que la fuerza de la Resurrección de Cristo llegue a cada persona –especialmente a quien sufre– y a todas las situaciones más necesitadas de confianza y esperanza", expresó el Pontífice.

"Cristo ha vencido al mal de modo pleno y definitivo, pero nos corresponde a nosotros, a los hombres de todos los tiempos, acoger esta victoria en nuestra vida y en las realidades concretas de la historia y de la sociedad", quiso puntualizar.

"El bautismo que nos hace hijos de Dios, la Eucaristía que nos une a Cristo, deben convertirse en vida, es decir, traducirse en actitudes, comportamientos, gestos y elecciones. La gracia contenida en los sacramentos pascuales es un potencial de renovación enorme para la existencia personal, para la vida de las familias, para las relaciones sociales", declaró.

"Pero todo pasa a través del corazón humano: si yo me dejo alcanzar por la gracia de Cristo resucitado, si le permito que me cambie en ese aspecto mío que no es bueno, que puede hacerme mal a mí y a los demás, yo permito a la victoria de Cristo que se afirme en mi vida, que extienda su acción benéfica".

Y añadió: "¡Éste es el poder de la gracia! Sin la gracia no podemos hacer nada. Sin la gracia no podemos nada. Y con la gracia del Bautismo y de la Comunión eucarística puedo llegar a ser instrumento de la misericordia de Dios. De esa bella misericordia de Dios".

"Expresar en la vida el sacramento que hemos recibido: he aquí, queridos hermanos y hermanas, nuestro empeño cotidiano, pero diría también ¡nuestra alegría cotidiana! ¡La alegría de sentirse instrumentos de la gracia de Cristo, como sarmientos de la vid que es Él mismo, animados por la linfa de su Espíritu!"

E invitó a orar el Regina Coeli "para que el odio deje el lugar al amor, la mentira a la verdad, la venganza al perdón, la tristeza a la alegría”.

Después del rezo del Regina Coeli el Papa saludó a todos los peregrinos, deseó a cada uno que pasara serenamente este “Lunes del Ángel”, como se llama en Italia, y concluyó deseando “¡Buena Pascua a todos! ¡Buena Pascua a todos, y buen almuerzo!”.

ReL

EL SACRIFICIO DE ISAAC: CUANDO ABRAHAM ALZÓ EL CUCHILLO SOBRE SU HIJO, AL QUE TANTO AMABA


El entorno del Patriarca no era tan distinto al nuestro.

¿Cómo es que Abraham, el gran patriarca de la Biblia, asumió un riesgo absoluto? La imagen del padre que puso a su hijo sobre un altar sigue espeluznando a nuestra cultura.

Uno de los momentos más dramáticos de la Historia Sagrada tiene lugar cuando Yahvé ordena a Abraham matar en sacrificio a su propio hijo Isaac.

Esta Semana Santa millones de espectadores han experimentado los fuertes sentimientos que despierta la escena del padre alzando su cuchillo sobre el hijo, en la nueva serie norteamericana La Biblia o en la versión anterior italiana de LuxVide o en tantas otras recreaciones. En la vigilia de Pascua, es un fragmento que leen todas las parroquias del mundo de rito latino.

Es un capítulo a la vez misterioso e inquietante, que ha suscitado una reflexión inacabable en la historia del pensamiento y del arte en Occidente, y que resuena hoy como ayer en una sociedad que se replantea una y otra vez la relación entre padres, hijos... y Dios.

F. Gotor se ha sumado a esta reflexión universal sobre la fe, el Creador y la filiación en su libro en Ediciones de Buena Tinta , centrándose en El sacrificio de Isaac en cuatro personajes sobre una recreación ficticia, aunque documentada y creíble, que desarrolla sus ideas con soliloquios y coloquios sobre el Dios misterios que puede dar razón de la vida y suscitar la expectativa de una pervivencia ultraterrena.

Abraham, Sara, el muchacho y un anciano servidor dan voz a las inquietudes del hombre, bajo el cielo inmenso del Dios a la vez escondido y presente y exigente.

¿Cómo es que Abraham, el gran patriarca de la Biblia, asumió un riesgo absoluto ante posibilidades inciertas y equiparadas y eligió la alternativa de una renuncia radical? ¿Era la clave que tenía confianza en que el ser perduraría?

"Después de mi jubilación, impulsado por experiencias y reflexiones, decidí dar expresión a mis reflexiones con intenciones apologéticas", explica el autor. Abraham, hombre de fe rodeado de compañeros tan titubeantes y quebradizos como nosotros mismos, es el personaje que permite concretar un drama cósmico tan antiguo como el hombre.

EL GRUPO DE MONTAÑA DE LA PARROQUIA ACERCÓ A ÁLVARO A LA FE... Y A LA VOCACIÓN SACERDOTAL


De la biotecnología al seminario.

Álvaro Campón nació y ha vivido siempre en Ávila, fue a un colegio católico, ha ido a la universidad e, incluso, trabajaba en un laboratorio. Una vida normal y corriente hasta aquí, pero con un par de notas a tomar en cuenta: nació en una familia no practicante y hoy estudia para ser sacerdote en la Pontificia de Salamanca.

BIOTECNOLOGÍA EN EL LABORATORIO

“Nací en Ávila en el año 1989, crecí y viví también en Ávila. Iba al colegio Asunción de Nuestra Señora, desde los dos años que entré en la guardería, hasta que salí en segundo de bachillerato”, explica Álvaro, después estudió Biotecnología y pasaba largas horas en un laboratorio. Una vida bien encaminada.

“Realmente nunca he vivido la fe dentro de mi casa", comenta Álvaro. Fui bautizado y tomé la comunión e incluso empecé la catequesis de confirmación sin creer en Dios. Era algo que tocaba, y ya está”.

VALORES PREVIOS A LA FE

Lo bueno de su familia es que sus padres siempre le educaron en unos valores firmes especialmente para que eligiera con libertad: “Cierto es que no he vivido la fe en mi casa ni en la comunidad parroquial hasta que no lo he elegido por mí mismo; pero si hay algo que me han inculcado mis padres es la capacidad de ser libre para elegir, de la honestidad con uno mismo y de la coherencia. Sin esta educación –explica Álvaro- dudo que hubiera tenido el valor para dar el paso que he dado. Sin saberlo han sido y siguen siendo instrumentos de Dios en mi vida”.

Sus dos grandes pasiones de adolescente, y todavía hoy, son la música y la montaña: “La providencia quiso que me encontrara de frente con una parroquia donde se vivía intensamente esto que a mí me apasionaba: clases de guitarra y campamentos de montaña. Entonces tenía 15 años”.

DOS MONJAS ENAMORADAS DE CRISTO

En la parroquia se encontró con dos monjas muy especiales: “Me hicieron comprender con su vida que se sentían amadas por Dios, que eran felices porque sabían por quién vivir, que merecía la pena conocer a Cristo. Y al final –confiesa Álvaro- todo se pega, la alegría se contagia, y el Evangelio entra en nosotros con una fuerza que no podemos explicar ni entender”.

Y es que Dios cuando entra en la vida de una persona y está dispuesto a cambiarla, lo hace con todas las consecuencias: “Dios ha salido a mi vida, me he sentido mirado, me he sentido capacitado para lo que me pedía a través de la Iglesia, me he sentido amado y consolado, me he sentido escogido. No puedo contar en unas frases la experiencia de Cristo, es algo que me sobrepasa. Solo puedo decir que sólo con Él he sido capaz de salir de mí mismo, de descubrir la belleza, de sentirme pequeño (como un insignificante humano más en este paso fugaz por la vida), y a la vez enorme (amado por Él)”, explica.

HE ENTREGADO MI VIDA A QUIEN ME AMA

¿Y por fuera?: “He cambiado exteriormente. Ahora soy seminarista, vivo en una comunidad con 14 hermanos y dos formadores a los que quiero y con los que convivo a diario -revela. Ha cambiado radicalmente mi actividad, ahora estudio Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca después de años estudiando una carrera de ciencias naturales”.

Más aún: “Me he enfrentado a mis miedos, a los prejuicios de los demás e incluso a Dios. Y he crecido. He crecido como persona y he crecido en la fe, y sigo haciéndolo cada día. He decidido ser Libre de Verdad, entregando mi vida a quien sé que me ama y ha dado la suya por mí”.

Mirando hacia atrás nos expone lo más profundo y humano de su decisión: “Lo más importante en esta vida no es hacer cosas, sino saber por qué las haces, y en mi caso por quién. Romper ha sido muy duro –estudios, trabajo, un futuro prometedor-, pero más duro sería vivir al margen de mi realidad, sin querer ver lo que estaba delante de mis ojos. Decía Nietzsche que quien tiene un qué y un porqué, puede soportar casi cualquier cómo. Pues yo en he encontrado mi ‘porqué”.

DIOS NOS CAPACITA

En un mundo tan secularizado como en el que vivimos en donde Dios no tiene cabida, o si la tiene se le convoca como convidado de piedra para ocasiones especiales, Álvaro responde con autoridad y humildad a la vez cuando le preguntamos que por qué Dios le ha elegido a él: “Alguien dijo alguna vez que Dios no elige a los capacitados sino que capacita a los elegidos. Está todo en sus manos. Y realmente me he sentido como Teresita de Lisieux: ‘Yo pensé que había nacido para la gloria, y buscando la forma de alcanzarla, comprendí que el Amor lo es todo. ¡El Amor me ha escogido a mí, que soy tan poca cosa!”

Bueno, una vez encontrado el Quién y el Cómo e, incluso, de alguna forma especial el Por Qué, se atreve a lanzar un mensaje a los jóvenes de su edad: “Encontrad vuestro ‘porqué’. No todo merece la pena. Hay algo que da una alegría plena: saberte elegido para una misión. Estad atentos y no tengáis miedo a seguir el camino si esa es vuestra vida. No seamos indiferentes al mal, seamos valientes, no hay nada tan grande como vivir por, para y en el Amor. Y repitiendo las palabras de Benedicto XVI en la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, ‘no os conforméis con menos que la Verdad y el Amor”.

DIOS SIGUE INVITANDO A LOS JÓVENES A SEGUIRLE

En esta misma línea nos responde Ángel Pérez Pueyo, el Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Seminarios de la Conferencia Episcopal Española: “Me resisto a creer que algún día haya jóvenes que no piensen, que no sientan, que no se compadezcan de tantos hombres y mujeres ‘crucificados’, heridos, rotos, vacíos, deshabitados interiormente… que no escuchen la voz del Señor en ellos que les invita a ser su ‘cirineo’, a cargar con su cruz para que puedan sentirse verdaderamente sanados, perdonados, amados incondicionalmente por Dios”.

Y es que Dios sigue llamando, como a Álvaro Campón, capaz de dejar todo para seguir a Jesús: “Actualmente hay mucha gente desencantada que se siente abandonada a su propia suerte y dirige su mirada confiada a Dios –explica don Ángel Pérez-, como nos recuerda el Papa Benedicto XVI, conscientes de que el mundo sólo es redimido por el Crucificado, que les devuelve la dignidad de hijos de Dios”.

SER SACERDOTE, UNA VIDA FASCINANTE

Frente a quienes piensan desde fuera, ¡siempre desde fuera!, que la vida del sacerdote es algo triste y que supone algo penoso, este sacerdote nos explica desde su experiencia personal que “ser sacerdote sigue siendo fascinante para aquellos jóvenes que se sienten urgidos a propiciar y favorecer, entre unos y otros, la armonía, el equilibrio, el respeto, la libertad, la dignidad, el cariño, la reconciliación entre los hombres y Dios…”

¿CÓMO SON LOS SACERDOTES DEL SIGLO XXI?

Los sacerdotes no caen del cielo, con los bolsillos repletos de estrellas, sino que nacen en el seno de una familia y crecen al calor de los diferentes grupos juveniles, comunidades cristianas, movimientos apostólicos…

Don Ángel Pérez aclara: “Son jóvenes normales, hijos de su tiempo”. Y nos detalla lo siguiente: “Son jóvenes que se sienten interiormente cautivados por el Señor y su Evangelio; están dispuestos a vivir su seguimiento al Señor en condiciones de riesgo, radicalidad y total disponibilidad. La mediocridad no cautiva a nadie. Viven sin complejos, y les gusta vestir de negro como expresión de su identidad; se les nota centrados, identificados e ilusionados; aceptan su debilidad y vulnerabilidad, se saben criaturas, necesitados de la gracia”.

“De ordinario, la mayoría de la gente no se adhiere a la fe por un razonamiento brillante sino por un testimonio de vida. Hay personas que hacen creíble a Dios en el mundo. Este es hoy nuestro gran desafío: ‘Hacer creíble a Dios, hasta dar la vida si hiciera falta”, concluye don Ángel Pérez.