𝙈𝙖𝙧í𝙖 𝙈𝙖𝙙𝙧𝙚 𝙢í𝙖, 𝙡í𝙗𝙧𝙖𝙢𝙚 𝙙𝙚 𝙘𝙖𝙚𝙧 𝙚𝙣 𝙥𝙚𝙘𝙖𝙙𝙤 𝙢𝙤𝙧𝙩𝙖𝙡.
1. 𝑷𝒐𝒓 𝒆𝒍 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒄𝒆𝒅𝒊ó 𝒆𝒍 𝑷𝒂𝒅𝒓𝒆 𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐.
Dios te
salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte.
Amén.
2.
𝑷𝒐𝒓 𝒍𝒂 𝒔𝒂𝒃𝒊𝒅𝒖𝒓í𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒄𝒆𝒅𝒊ó 𝒆𝒍 𝑯𝒊𝒋𝒐.
Dios te
salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte.
Amén.
3.𝑷𝒐𝒓 𝒆𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆
𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒄𝒆𝒅𝒊Ó 𝒆𝒍 𝑬𝒔𝒑Í𝒓𝒊𝒕𝒖
𝑺𝒂𝒏𝒕𝒐
Dios te
salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte.
Amén.
Gloria al
Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
La siguiente Jaculatoria fue
indulgenciada por San Pío X, y la recomendó rezar junto con esta devoción: ¡Oh María, por tu Inmaculada Concepción, purifica mi
cuerpo y santifica mi alma!
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