Recordarnos, a nosotros mismos la presencia de Dios en nuestras vidas, requiere buenos hábitos diarios.
Por: Sam Guzman | Fuente: CatholicGentleman.net //
PildorasDeFe.net
Todos nosotros vivimos vidas muy ocupadas, corriendo al trabajo, apresurando a
traer mandados y manejando en tráfico intenso. Con todas estas ocupaciones tan
agitadas, es difícil llevar una vida de oración y darse cuenta de la plena presencia de
Dios, aun cuando lo deseemos. Pero, en última instancia, la quietud viene desde
dentro, e incorporar hábitos santos en nuestras vidas nos puede ayudar a
mantenernos recogidos en medio de todo el ruido y caos del mundo moderno.
A continuación
presento cinco maneras para bajar el ritmo y vivir una vida más pacífica y llena
de oración.
1.- DEDICA UN TIEMPO PARA ORAR EN LAS
MAÑANAS.
Créeme, sé lo difícil que es el
escaparse de la cama en la mañana. El sentimiento de debilidad matutina es tan
difícil de sacudirse. Pero es importante iniciar el día
con la oración. Por
experiencia les digo que mi día es tan productivo y pacífico en la misma
proporción que mi disposición para levantarme de la cama y dedicar un tiempo en
oración y lectura espiritual. Cuando hago esto, me encuentro a mí mismo más tranquilo, más paciente
hacia los demás, y en estado de recogimiento hacia la presencia de Dios. Pero
cuando presiono el botón del despertador para quedarme un rato más, entonces el
resto del día, incluyendo el trato con los demás, parece venirse en contra.
Sé lo difícil que es realizar un
tiempo de oración al levantarse, así que compartiré en otro artículo mi propia
rutina matutina.
2.- PRONUNCIA UN AVE MARÍA ANTES DE INICIAR EL TRABAJO.
Cuando me siento a trabajar en la
computadora, mi primer impulso es empezar ansiosamente a checar los correos y
leer mis noticieros favoritos online. Pero en lugar de darle rienda suelta a
mis impulsos, he tomado el hábito de rezar un
Ave María antes de realizar cualquier otra cosa,
y muchas de las veces incluso antes de encender la computadora. Pido a Nuestra
Señora que bendiga mi día y guíe mis prioridades. Mi jornada laboral es
inevitablemente menos estresante o correteada cuando la inicio de esta manera.
3.- REZA EL ÁNGELUS.
El Ángelus es una oración hermosa y honorable que
nos recuerda el milagro de la Encarnación y la importancia de alinearse a la
voluntad de Dios. Es también una manera grandiosa de ponerle pausa al día,
elevar nuestros corazones a la voluntad de Dios y tomar un respiro profundo, y
así podremos hablar en medio de un día frenético. Tradicionalmente es rezado al
medio día, pero quizás podrías empezar tu receso para la comida rezándolo.
ÁNGELUS
V. El Ángel del Señor anunció a María,
R. Y concibió
por obra del Espíritu Santo.
Avemaría.
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí
según tu palabra.
Avemaría.
V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Avemaría.
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
Nuestro Señor Jesucristo.
Oración: Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que
con los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo
Jesucristo, por su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su
Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
No todos tenemos un trabajo que
permita rezar el Ángelus, pero si tú tienes la fortuna de tenerlo, te reto a que en este momento pongas una alarma en tu
celular o reloj y empieces a rezarlo.
4.- REZA EL ROSARIO.
El rosario es una de las más
populares y conocidas oraciones católicas, y por una muy buena razón. Cuando lo
rezamos con concentración y devoción, se convierte en una de las mejores
oraciones que podemos realizar. Nuestra Señora de Fátima pidió a todos los
creyentes que se rezara el rosario a diario, así que debería ser La Oración que
nosotros prioricemos, aun cuando no nos quede tiempo para cualquier otra
cosa.
Considera rezar el
rosario después de la cena. Es una manera hermosa de
dedicarles tiempo a Jesús y a María al final del día. Si tienes una familia,
récenlo juntos. Si de plano no encuentras tiempo para rezarlo, puedes hacerlo
en el automóvil camino al trabajo. Cualquiera que sea tu ocupación, REZA EL ROSARIO.
5.- EXAMINA TU CONCIENCIA ANTES DE IR A
LA CAMA.
El pecado es una realidad en
nuestras vidas, y se nos escapa a lo largo del día cuando hablamos, pensamos y
hacemos cosas que desagradan a Dios. Si tú no crees esto, entonces te estás
auto engañando. Ve a la cama, pero con
conciencia limpia, examinándote diariamente. Haz una pausa, revisa tus pensamientos
e interacciones con otros y pregúntate si has hecho algo que desagrade a
Nuestro Señor. Luego piensa en Jesús Crucificado y lleno de amor hacia ti. Dile
lo mucho que te apenan tus faltas y realiza un acto de contrición para determinarte en hacerlo bien de
aquí en adelante.
Jesús, mi Señor y
Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me
pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan
bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita
misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la
vida eterna. Amén
CONCLUSIÓN
Es muy fácil distraerse y olvidar
la presencia de Dios a lo largo del día. Recordarnos a nosotros mismos la
presencia de Dios, a menudo requiere santificar nuestro día con buenos hábitos
diarios.
Artículo publicado
originalmente en Catholic Gentleman
Adaptado y traducido al español por Rafael Ruiz, para PildorasdeFe.net
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