EL PADRE ÁNGEL ESPINOSA DE LOS MONTEROS HA AYUDADO A MILES DE MATRIMONIOS
El padre Ángel Espinosa de los
Monteros ha ayudado a miles de matrimonios.
Miles de
matrimonios acaban cada año en divorcio en España, al igual que ocurre en
Europa y América. A su vez, cada vez menos parejas deciden casarse, por lo que
parecería que el matrimonio está sufriendo una grave crisis.
Pero no lo ve así el popular
sacerdote Ángel Espinosa de los Monteros, conocido por sus virales vídeos
con consejos para familias y que en su larga trayectoria pastoral ha ayudado a
miles de matrimonios. Él tiene claro que el sacramento ni está ni puede estar
en crisis, sino que son las personas, inmersas en un ambiente hedonista e
influenciadas por las ideologías mundanas, las que lo están.
En una entrevista con la Revista Misión,
de suscripción gratuita y la más leída por las
familias católicas españolas, el padre Espinos de los Monteros, ofrece su amplia experiencia para que el matrimonio se fortalezca a pesar de los ataques constantes que
recibe:
-¿ESTÁ
EN CRISIS EL MATRIMONIO?
-El matrimonio no puede estar en
crisis porque es la institución más hermosa del mundo. Los que estamos en crisis somos nosotros, que somos materialistas,
hedonistas y nos empapamos con las corrientes del mundo. Tenemos miedo al
compromiso. El “para siempre” ya no interesa
y le damos una importancia brutal a los sentimientos: “Si
ya no te quiero, se acabó”. Ahora, a los tres o a los cinco años se
rompen los matrimonios. Antes vivíamos en una cultura donde las cosas duraban;
ahora todo se tira, se desecha, también el matrimonio.
-¿CÓMO
AYUDAR A SALVAR MATRIMONIOS?
-Tratando de
enseñarles a vivir mejor la fe. Nos hemos enfocado, y con justa
razón, en la moral, pero debe ir primero la fe. La Iglesia necesita trabajar en
la fe de las personas. Mostrar que en el matrimonio existe un compromiso con
Dios, con el cónyuge, con los hijos. Y motivarlos, porque con Dios se puede
salir adelante. Cuando alguien diga que ya no quiere a su cónyuge, si tiene fe
puede ponerse en manos de Dios y solucionarlo. Sin fe, el compromiso se viene
abajo y la vida se convierte en hacer lo que nos da la gana.
-¿NOS
PUEDE HABLAR DE ALGÚN CASO LÍMITE DEL QUE USTED HAYA SIDO TESTIGO?
-Conozco casos de hasta cuatro
años de adulterio que se han perdonado. Historias
horribles, pero pueden perdonarse y reconstruir el matrimonio.
-¿CÓMO
DETECTAR QUE NUESTRO MATRIMONIO NO VA BIEN?
-Cuando se
empieza a perder el diálogo, algo no funciona. Ahí se enciende una luz roja.
Cuando se pasa más tiempo fuera de casa que en el hogar, y se pasa mejor allá
fuera, hay otra señal roja. Cuando disminuye la intimidad aparece otra luz
roja, al igual que si se acaban los detalles, las llamadas y los gestos de
cariño…
-¿ALGO
MÁS?
-Hay una palabra clave:
desvivirse. He vivido en Francia, Italia y EE. UU., y nunca pude traducir este
término maravilloso. Cuando un hombre se desvive por
su mujer, ella tiene la certeza de ser amada.
Igual pasa con la mujer: cuando ella se desvive por su marido, él se sabe
querido. Desvivirse es entregar la vida totalmente por el otro. Cuando un
matrimonio ya no se desvive, cuando ha perdido la ilusión, ¡esto es una luz roja enorme!
-CON
LOS AÑOS PUEDE APARECER LA RUTINA. ¿ES AMIGA O ENEMIGA?
Mucha gente habla mal de la
rutina, pero la rutina es buena. Tener una vida ordenada es importante. La rutina nos educa, nos forma. A la vez,
tiene que haber sorpresas, alguna salida sin los hijos o una pequeña “luna de miel” de dos días. Yo recomiendo a los
esposos salir solos dos veces por semana, aunque en ciertas etapas de la vida
es imposible. Cuando estos detalles no se dan se pierden los sentimientos, la
ilusión y los deseos.
-UN
MATRIMONIO ESTÁ LLAMADO A SER “UNA SOLA CARNE”, SIN EMBARGO, ESTO ES DIFÍCIL
PORQUE EL HOMBRE Y LA MUJER SON DISTINTOS…
-El problema es no ser consciente
de la diferencia. Es importante saber que son
distintos. El matrimonio es
una sola carne en cuanto que es un solo proyecto, una sola familia, pero cada
uno sigue siendo una persona distinta, y uno es hombre y la otra mujer. Ella
piensa, siente, reacciona como mujer, y él como hombre. Cada uno debe estudiar
a fondo al otro para aprender de memoria sus gustos. Hay que consentirle al
cónyuge todos sus caprichos buenos, no los malos, pero sí los buenos: “Habla conmigo, guarda tu teléfono, vámonos a cenar una
pizza…”. Para eso hay que estudiar de memoria los caprichos del otro. Y
también saber qué temas no hay que tocar, qué cosas no le gustan, y
respetarlas.
-HOY
LOS DOS ESPOSOS SUELEN TRABAJAN MUCHO. ¿QUÉ HACER PARA QUE NO SE RESIENTA EL
-MATRIMONIO?
-Es complicado. Hemos endiosado el trabajo y el dinero, y somos sus esclavos. Habría que hacer un énfasis
enorme en el amor, en el sentido de la presencia, de la pertenencia a un hogar
para que apenas uno pueda librarse de sus actividades vuelva pronto a casa. Hay
que dedicar tiempos de oro a la familia. Y cuando no hay cantidad, tiene que
haber mucha calidad.
-¿A
QUÉ SE REFIERE?
-Que cuando se llega a casa no
haya móvil ni televisión… Que se dediquen de lleno el uno
al otro: dar un paseo, hablar sobre el día, cocinar juntos… ¡Invéntense
hobbies! Y los domingos, consagrarlos a Dios y a la familia.
-A
VECES LOS NIÑOS VAN POR DELANTE DEL CÓNYUGE, ¿QUÉ LUGAR TENDRÍAN QUE OCUPAR EN
LA FAMILIA?
-Error garrafal. La prioridad en el matrimonio es siempre el marido y la mujer. ¡Los hijos son prestados! A los 18 años en EE. UU., en
España ya pasados los 30 años (risas), se van de casa. La prioridad deben ser
él y ella, todo lo demás es momentáneo. Porque cuando se vayan los hijos los
esposos se quedarán solos.
¿Y
UN ÚLTIMO CONSEJO?
-Vigilar cómo se tratan. Si se
tratan bien entre ellos, nunca se les pasará por la cabeza el divorcio. A veces hay dinero, belleza, salud, pero no hay buen trato. Hay que cuidar el carácter.
CINCO
CONSEJOS DEL PADRE ESPINOSA DE LOS MONTEROS
Además, el
padre Espinosa de los Monteros ofrece cinco consejos para un matrimonio fuerte:
1.
ANCLA TU MATRIMONIO EN DIOS. El matrimonio es para
siempre y tienes que vivirlo con su gracia. La Eucaristía, la oración y las
tradiciones católicas te ayudarán a permanecer firme cuando los sentimientos
escaseen.
2.
SÉ BONDADOSO. La bondad es un fruto del Espíritu Santo. Piensa en cómo hacer
feliz a tu cónyuge. Siempre puedes dar más diálogo, más presencia, más
intimidad...
3.
PRACTICA LA HONESTIDAD. Una persona honesta detecta
un peligro e inmediatamente se aleja. O detecta las cosas buenas y las
promueve.
4.
CRECE EN CAPACIDAD DE SACRIFICIO. ¿Quién
dijo que casarse iba a ser una historia de Walt Disney? Desde antes de
casarse hay que saber que el matrimonio es una cruz que hay que cargar con
amor.
5.
FORMA BIEN A TUS HIJOS. ¿Qué tipo de hijos
quieres? Fórmalos bien porque los hijos
pueden ser la fuente de las más profundas alegrías y también de las más
terribles tristezas.
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