Te dicen que solo es un perro, no un humano.
Te dicen que pasará.
Te dicen que los animales no saben que deben morir.
Te dicen que lo importante es no hacerlos sufrir.
Te dicen que puedes conseguir otro.
Te dicen que sucederá.
Te dicen que hay dolores más insoportables.
Pero
no saben cuántas veces has mirado a tu perro a los ojos.
No saben
cuántas veces fuisteis tú y tu perro los que miraron en la oscuridad.
No saben
cuántas veces tu perro fue el único a tu lado.
No saben
que el único que no te ha juzgado es tu perro.
No saben
lo asustado que estabas la noche en que sus gemidos te despertaron.
No saben
cuántas veces tu perro ha dormido a tu lado.
No saben
cuánto has cambiado desde que el perro se convirtió en parte de tu vida.
No saben
cuántas veces lo abrazaste cuando estaba enfermo.
No saben
cuántas veces fingiste no ver cuando su pelo se estaba volviendo más blanco y
blanco.
No saben
cuántas veces has hablado con tu perro, el único que realmente te escucha.
No saben
lo bueno que fuiste con tu perro.
Poco
saben ellos que solo tu perro sabía que estabas sufriendo.
No saben lo que es ver a tu viejo perro tratando de venir a saludar.
No saben que cuando las cosas salen mal, el único que no se ha ido es tu
perro.
No saben que tu perro confía en ti, en cada momento de su vida, incluso
en el último momento.
No saben cuánto te amaba tu perro y lo poco que necesitaba para ser
feliz, porque tú eras suficiente para él.
No saben que llorar por un perro es una de las cosas más nobles, más significativas,
verdaderas y puras que puedes hacer.
Ellos no saben sobre la última vez que lo sacudiste duro... Ten cuidado
de no hacerle daño.
No saben lo que sentiste cuando acariciaste su cara en los últimos
momentos de su vida.
De
papá
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