El éxito dice que mi trabajo vale. El amor dice que el que vale soy yo.
Sentirse
admirado por el trabajo y no amado como persona es la mejor garantía para la
presencia de la depresión.
El
camino de la felicidad se inicia por el éxito pero solo se consuma por el amor.
Sin amor, el éxito acaba en amargura.
¡Cuánto sufrió Beethoven porque, admirado como músico, no era amado
como persona!
No hay comentarios:
Publicar un comentario