Por su parte la mujer cuya matriz es fría y débil en el interior para concebir descendencia, debe proceder como sigue para llegar a ser fecunda si Dios quisiere.
Consigue la matriz de una cordera y la matriz de una vaca que ya esté en plenitud para poder engendrar, pero que aún estén intactas, de modo que ni estén preñadas de feto alguno ni lo han estado, y cuécelas con tocino y otras carnes grasas junto con la grasa y dáselo a comer a la mujer, bien cuando ella esté en plena unión con el marido o cuando vaya a unirse con el marido enseguida.
Y obrando
así frecuentemente, la carne y el líquido de la matriz de los citados animales
se unirá al jugo de la matriz de esta mujer para que engorde y se conforte algo
y, si Dios quiere, le será más fácil concebir. Porque muchas veces sucede que
es el juicio de Dios el que priva a los humanos de la virtud de procrear.
"Libro
de las causas y remedios de las enfermedades" de Santa Hildegarda de Bingen.
Santa Hildergarda de Bingen, alemana, fue criada para ser monja (fundó el primer convento de mujeres), era clarividente, quizás la primera compositora, es la primera que arma una obra musical en el medioevo; sabia, dicta libros sobre el ser humano, sus enfermedades y remedios de la naturaleza. Vivió hace más de 900 años. La iglesia católica la nombra como patrona de la medicina natural, también lo debe ser de la música clásica.
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