En el país semindependiente de Abjasia
La pequeña
república caucásica es el escenario de una acerba disputa entre diversas
Iglesias Ortodoxas, tras el vacío de poder que ocasionó la guerra en que
Abjasia se independizó de Georgia, en los años noventa.
(InfoCatólica) Desde el cisma de oriente de
1054, que separó a los ortodoxos de la Iglesia Católica, los cismas intraortodoxos han sido numerosos. En la actualidad, el
más conocido es la ruptura de la comunión entre el Patriarca Ecuménico de
Constantinopla, que tiene la primacía de honor entre los ortodoxos, y el
Patriarca de Moscú, que mantiene bajo su autoridad a la mayoría de los
ortodoxos del mundo. Este quiebre de las relaciones entre ambos Patriarcas se
produjo con ocasión de otro cisma, acaecido cuando Ucrania se independizó
eclesiásticamente del Patriarcado de Moscú en 2018, con el apoyo de
Constantinopla. No se trata, sin embargo, de los únicos cismas que afectan
actualmente a la Ortodoxia. Un buen ejemplo de ello es la república
caucásica de Abjasia, situada entre Rusia y Georgia.
Cuando la Unión Soviética
se desmembró en 1991, el territorio de Abjasia pasó a formar parte
de la nueva Georgia independiente. Un año después, sin embargo, los abjasios declararon su independencia e iniciaron una guerra contra
Georgia, con el apoyo de Rusia. Treinta años y dos guerras más
tarde, Abjasia sigue siendo independiente, pero solo cinco países del mundo
reconocen oficialmente esa independencia (Rusia, Siria, Venezuela, Nicaragua y
Nauru).
Este pequeño país, con una
superficie similar a la de la Comunidad Valenciana, tiene una población de unos
250.000 habitantes, algo más de la mitad de los cuales son de religión
ortodoxa. Debido a la particular relación que
tradicionalmente suele haber entre las Iglesias Ortodoxas y las autoridades
civiles, la evolución del estatus político de Abjasia necesariamente
ha influido en su situación dentro de la organización eclesial de la Ortodoxia.
Después de la guerra de 1992, con
la derrota de Georgia, los popes de etnia georgiana huyeron de Abjasia o fueron
expulsados y solo quedó un sacerdote, que era abjasio: Vissarion
Apliaa.
En esas circunstancias, Vissarion se convirtió en el dirigente de facto
de los ortodoxos abjasios, que se organizaron en una eparquía (equivalente
oriental a una diócesis). Poco a poco, comenzaron a llegar sacerdotes de Rusia
y a ordenarse otros sacerdotes abjasios.
En 2009, la eparquía declaró unilateralmente su independencia del Patriarcado de Georgia. A pesar de las protestas georgianas, Vissarion se proclamó Catholicós
de Abjasia, en un intento de resucitar el antiguo Catolicado de Abjasia,
una demarcación eclesial ortodoxa que existió entre los siglos XV y XIX, hasta
la conquista por Rusia. Dos años después, en 2011, el gobierno abjasio
reconoció oficialmente a la Iglesia Ortodoxa Abjasia
y le cedió el control de las iglesias, catedrales y monasterios ortodoxos en
territorio abjasio. La catedral de Pitsunda, donde antiguamente había estado la
sede del Catolicado, se convirtió en sede del nuevo Catholicós y se formaron
dos eparquías, Pitsunda y Sujumi, con un total de nueve parroquias y dos
monasterios.
Desde el principio, el
Patriarcado de Georgia rechaza frontalmente la independencia de la Iglesia Ortodoxa
Abjasia. Si bien Rusia mira políticamente con buenos ojos a los rebeldes
abjasios, el Patriarcado de Moscú apoya oficialmente la postura
del Patriarcado de Georgia, ya
que, según algunos analistas, necesita su apoyo para acabar con el cisma de Ucrania, de mucha mayor
magnitud que el de la pequeña República de Abjasia.
Curiosamente, dentro del cisma abjasio se ha producido un nuevo cisma y existe un grupo de sacerdotes rusos y abjasios,
encabezados por el Archimandrita Dorotheos Dbar, que han establecido el Santo Metropolitanato de Abjasia, rival de la Iglesia Ortodoxa
Abjasia y dependiente directamente del Patriarcado de Constantinopla. Este
grupo está relacionado con el monasterio Nuevo Athos, en el que Dorotheos fue
monje.
En febrero de 2021, la Iglesia
Ortodoxa Abjasia suspendió temporalmente los servicios religiosos en
todo el país como medida de presión para
conseguir oficialmente la independencia el Patriarcado de Georgia. Vissarion
declaró en la televisión abjasia que, durante la Segunda Guerra Mundial los
abjasios habían sido incorporados ilegítimamente al Patriarcado de Georgia (que
solo fue reconocido por Constantinopla medio siglo después). Asimismo, afirmó
que la situación de los últimos treinta años era «imposible».
Recientemente, Vissarion,
volvió a pedir a los Patriarcas de Moscú y de Georgia que reconocieran la
independencia o autocefalía de la Iglesia Ortodoxa Abjasia. En respuesta, el
pasado mes de octubre, el Patriarca de Georgia invitó a
Vissarion a acudir a Tiblisi, la
capital de Georgia para dialogar. Sin embargo, Vissarion rechazó
la invitación, declarando era «otra argucia» y que la cuestión de la Iglesia
Abjasia solo podía resolverse en Rusia, un país que se considera más favorable
a la autocefalía solicitada.
Por el momento, el cisma continúa y tres entidades se disputan el control de los ortodoxos abjasios: el Patriarcado de Georgia,
que sigue considerando Abjasia como una más de sus eparquías, aunque su
presencia efectiva en el país es nula; la Iglesia Ortodoxa de Abjasia, dirigida
por Vissarion, en principio autocéfala pero con una fuerte dependencia práctica
de Moscú; y el Santo Metropolitanato de Abjasia, dirigido por Dorotheos y
dependiente del Patriarca Ecuménico de Constantinopla.
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