Ante la triste realidad de tantos matrimonios en dificultades, o ya divididos, “la respuesta debe ser, ante todo, acompañar”.
Así lo afirmó el Papa Francisco este sábado 6 de noviembre en la
audiencia que concedió en el Vaticano a los miembros de la Asociación “Retrouvaille”, dedicada al acompañamiento
pastoral de los cónyuges en crisis.
El Papa agradeció en su discurso esta iniciativa “dedicada a los cónyuges que viven una crisis serie en su relación”.
En ese sentido, reflexionó sobre la palabra “crisis”.
Señaló Francisco que la crisis también es una oportunidad, “oportunidad de dar un salto de calidad en la relación”.
“Sí, una oportunidad dolorosa, pero una oportunidad”.
El Papa subrayó que “no debemos asustarnos
de las crisis. La crisis nos ayuda a crecer, aquello que debemos evitar es caer
en el conflicto, porque el conflicto cierra los corazones. No hay una solución
al conflicto, o la hay pero con dificultad”.
En cambio, “la crisis te hace ‘bailar’ un
poco, te hace escuchar, en ocasiones, cosas incómodas, pero de la crisis se
puede salir, siempre que se salga mejores”. “No tengáis miedo de las crisis,
tened miedo del conflicto”.
La palabra crisis lleva a una segunda palabra: herida. “Porque las crisis de las personas producen heridas,
yagas en el corazón y en la carne.
Insistió en que “hoy tenemos mucha necesidad
de personas, de cónyuges que sepan dar testimonio de que la crisis no es una
maldición, sino que forma parte del camino, y constituye una oportunidad”.
“Pero para ser creíbles es necesario haberlo
experimentado. No puede ser un discurso teórico, una ‘exhortación pía’, no
sería creíble”, argumentó.
Además de la relación entre las palabras “crisis”
y “herida”, el Santo Padre hizo
referencia a otra palabra clave de la pastoral familiar: “acompañar”.
“Es una de las palabras más importantes del proceso
sinodal sobre la familia celebrado entre 2014 y 2015, de donde surgió la
Exhortación Amoris laetitia”.
Acompañar “hace referencia, naturalmente, a
los pastores, y forma parte de su ministerio, pero implica también en primera
persona a los cónyuges como protagonistas de una comunidad que acompaña”.
Acompañar, en conclusión, “quiere decir
‘perder el tiempo’ para estar cerca de las situaciones de crisis. Y con
frecuencia hace falto mucho tiempo, hace falta paciencia, respeto,
disponibilidad. Todo esto es acompañar”.
POR MIGUEL PÉREZ
PICHEL | ACI Prensa
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