jueves, 11 de noviembre de 2021

BLAS CHANGANA BAZALAR

 En la década del 60, el boom de la harina de pescado modificó el litoral peruano. Cardúmenes de bolicheras salían cada mañana en la persecución de los bancos de sardinas. Se dice que el mar peruano, no tenía fondo. Humeaban caletas hasta ayer primitivas, perdidas en costumbres del pasado. Una nueva estirpe marcada por la audacia se abrió paso con insolente seguridad.

En ese tiempo se oyó mencionar el nombre de Luis Banchero Rossi que acumuló una impresionante riqueza personal al tiempo que hizo ricos a muchos otros y le dio al Perú el liderazgo mundial en la producción y exportación de la harina de pescado.

Carquín, caleta situada en el puerto de Huacho, dentro de nuestra Provincia de Huaura llegó a tener entre el 60 y el 72, trece fábricas pesqueras. Despertó como otros pueblos con instalación de factorías y la aparición de maquinaria e ingenieros con cascos de colores. Blas Changana contaba 15 años, se convirtió a mediados de 1961 en un trabajador del Consorcio Pesquero del Perú, ideado, formado y dirigido por Banchero.

Blas Changana, ejecutivo pesquero de nuestro litoral, se formó en la escuela del magnate Banchero. Como su Maestro no le corre a la faena de pesca y es de lenguaje directo. Recuerda y aplica el consejo que daba Luis Banchero a otros industriales y a sus trabajadores: En la industria pesquera uno tiene dos madres. Una la del muelle, donde se dice de todo. La otra es fuera del muelle, donde todos somos amigos.

Audaz, persuasivo y perseverante empresario en actividad tan riesgosa, salgo adelante con el apoyo de mis trabajadores. No hay que amilanarse ante las inclemencias. La fuerza del trabajo la hacemos nosotros los hombres. Me gusta el trajinar de la pesca. Creo en lo que hago y en mi gente. Mi padre era comerciante, aquí en Carquín. Mi madre Bernardina, de la Manchuria, de familia de pescadores.

Continúa: En 1974 me inicio con un capital de S/. 50,000.000. Era el gobierno de Morales Bermúdez que apoyaba a la pesca, a través de préstamos con el Banco Industrial. Mi esposa Marta Cavero, carquinera, educada en el Callao, contadora mercantil es la pieza fundamental en la empresa que formamos. Tenemos siete lanchas, algunas de las cuales son de 250 TM y además camiones frigoríficos para el comercio y el negocio del pescado.

Con su flota recorre Piura, Talara, Chiclayo, Trujillo, Lima y Arequipa. El 70% del mercado pesquero funciona en Lima. Sus embarcaciones, de acuerdo a la veda o temporada, se dirigen al sur: Ilo, Chala, Mollendo, Matarani, Tacna, Ilo y Arequipa son sitios donde hay bastante movimiento comercial.

Asegura: Carquín ha contribuido con el desarrollo pesquero de esta Provincia. Tenemos armadores chicos, medianos y grandes, con embarcaciones desde tres toneladas hasta 30, que son artesanales. Y de consumo humano, de 30 para arriba. Benigno Ramos es un prudente y competente armador carquinero. Atarrayeros, pinteros, cortineros, caladores, toda esta gama diversa de hombres de mar, reflejo de Carquín.

El mar es dulce y hermoso. Pero puede ser cruel, y se encoleriza súbitamente. Las avecillas, las gaviotas vuelan, pican y cazan, con sus tristes vocecillas son demasiado delicadas para la mar. «El trabajo de noche se torna de día. El viento y la mar no son nada, para el pescador la mar es un contendiente, un lugar. O a veces algo que concede o niega favores».

Mi tío Oswaldo Caramelo Bazalar, pescado, le decía al viento marino: «Sopla viento que no soy de azúcar, ni de sal para derretirme». «Así es, el viento fuerte y la mar gruesa no nos vence, menos a los carquineros».

Blas Changana habla sobre una peripecia marina: un naufragio. Esta no es la historia del naufragio. Sino lo que éste significa en la carrera de armador pesquero. En 1983 salió del astillero una embarcación nueva llamada Carolina, con todos sus implementos. Se voltea por la violencia de la corriente marina. Perdí cinco millones de soles y un hombre. No me abatí. Con la frente erguida continúe ante la adversidad.

Les da a sus seis hijos: Jessica, Lourdes, Carolina, Belisa, Renato y Alonso una educación sólida. Mantiene su casa de Carquín, como centro de operaciones de su flamante empresa. (La plática se realiza en esta casa cercana a la Iglesia Mayor de Carquín. Una potente radio le permite comunicarse con las embarcaciones a bordo y registrar su paso).

Una de las características de la problemática social de Carquín es que hay una muy buena cantidad de niños. Los carquineros plantan hijos en el vientre de sus mujeres, y ya... Es la costumbre. Salida educativa de este empresario para su caleta: Creación del Centro Tecnológico Pesquero, dependiente del SENATI. Este centro debe formar técnicos en Biología, Oceanografía, Pesquería, Navegación, Electrónica; técnicos como armadores pesqueros y armadores de redes. Una pesca necesita modernos aparatos, con profesionales debidamente capacitados. Las carreras estarán ligadas al mar o paralelas al mar, en Carquín.

Es su planteamiento que Carquín se convierta en el Centro Pesquero Industrial de la Provincia de Huaura. El Municipio de Carquín no ha tenido la mira en la Universidad de Huacho. No han hecho convenios para que sus profesionales en Pesquería, Contabilidad, Administración y otras áreas hagan sus prácticas en las plantas y fábricas carquineras. Ya es hora. Hay que aprovechar el recurso humano con ilustración y conocimiento.

Pareciera que escasa juventud procedente de Carquín asiste a las aulas universitarias de nuestra universidad. Confirma el entrevistado: 20% que concluye la secundaria en el José Olaya de Carquín va a la Universidad de Huacho. Otro 20% realiza tareas técnicas dentro de la pesca y el 60% restante se queda como pescador. Este 60 % trabaja para los padres como ellos trabajaron para los suyos, así se cumple la ley...

Los viejos aguardan por los hijos y por el día de la muerte, sentados en la vereda de las casas con vistas a la mar, buscan el solcito, aquel que cae en las tardes, a partir de las cuatro. Conversan entre ellos y luego caen en sus soledades, donde solo oyen el silencio y el cantar del mar y sus sirenas.

Frente a la casa de Blas Changana se aprecia a una señora que repara redes. Cada cierto espacio, al aire libre, se observa este espectáculo. Son profesiones que se enseñan en las familias de los pescadores, dice el entrevistado.

La bahía de Carquín es bella, y más, para algunos, a partir de las siete de la noche. Sería bueno que tenga un malecón parecido al de Ancón o por lo menos al de Chancay, para el sueño y vivencias de muchos.

Blas Changana está convencido que Carquín con su nueva carretera a Huacho, va a tener mucho adelanto. Su embellecimiento depende de la inteligencia y creatividad de sus pobladores y autoridades. Construyamos lagunas de oxidación, evitemos los desagües hacia el mar. No contaminemos el ambiente. Tomemos como ejemplo, la organización de los pobladores de Villa El Salvador. Y sembremos gramadales verdes desde Carquín hasta el puerto de Huacho. Prohibamos el desmonte y los basurales, con multas y sanciones.

Este dinámico armador pesquero augura que Carquín tendrá una imagen diferente en el 2005, con representantes de amplio conocimiento y con otras metas, debido a la educación impartida.

Huacho es la despensa de Lima y la pesca determina su crecimiento. De faz reciente, con el nuevo muelle y el mini complejo en el puerto. Con la vía de penetración a Huánuco, un Terminal Terrestre, nuevos mercados, parques y mercados artesanales, viene para Huacho un presente y un futuro promisorio, comenta Changana.

Salimos de su centro de ejecuciones a tomar aire salobre al pie de la ribera. Carquín es hoy un símbolo de un puertito emergente.

¿Usted es un próspero empresario huachano? Hay muchos empresarios con este calificativo en Huacho. Yo me defiendo bien en mi sector. Manrique, Alfredo Sifuentes también trabajan en la pesca, con ánimo y valor. Alfredo vive en el Puerto y tiene su fábrica en Supe.

¿Y pesqueros a nivel nacional, que le causen admiración?

Bueno, primero Banchero, no lo olvidaré. A los treinta y un años manejaba la producción y venta de un millón de toneladas de harina de pescado, el 50 por ciento de toda la producción mundial. En nuestros días, el grupo Gasky de Ramón y Alfredo Miranda tiene una flota inmensa, con plantas en todo el litoral. La industria ha ganado, por este ejemplo de excelentes empresarios.

Les hace una fina competencia, Austral, compañía norteamericana- venezolana.

Les digo que quien no quisiera ser como ellos.

-Usted por ejemplo.

- Si, con trabajo. A mí principalmente me interesa que Carquín surja, y que mi empresa contribuya con su bienestar.

Huacho, enero de 1996.

Publicado en: “Encuentro con Huacho y allende los mares” de Julia del Prado Morales. Libro del Fondo editorial de la Biblioteca Nacional. 656 p. 2001. Lima, Perú. Julia del Prado

Alejandro Smith Bisso

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