viernes, 19 de noviembre de 2021

7 – REFLEXIONES Y VIVENCIAS

Dios acompasa siempre su paso al ritmo del peregrinar humano.

No hay especiales signos en el cielo, no hay apariciones fantásticas, no hay fórmulas esotéricas.

No hay más que hombres que se mezclan con los hombres, que trabajan en unos mismos trabajos, que se afanan en unos mismos afanes.

Bajo el mismo cobertizo del mundo y bajo unas mismas apariencias externas, la luz de Dios brilla en el corazón de cuantos le buscan en la mejor realización de las tareas humanas.

Estos son los caminos trillados, sin apariciones espectaculares, en los que el hombre tiene el exclusivo acceso a Dios de cada día.

«Hay un instinto cristiano que rastrea a Dios en los sucesos de cada día con la aguda sensibilidad de un galgo campesino» (Javier Iturgaitz)

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