Hoy en día hay muchas iglesias y denominaciones que dicen ser los verdaderos seguidores de Cristo.
Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net
Hoy en día hay muchas iglesias y denominaciones
que dicen ser los verdaderos seguidores de Cristo. Sin embargo, en los inicios
del cristianismo no era así. Había una sola Iglesia y todos los cristianos
permanecían unidos bajo las enseñanzas de los apóstoles.
HOY HABLAREMOS DE CUÁL ES ESTA IGLESIA, Y PARA QUÉ
FUNDA CRISTO UNA IGLESIA.
Hay personas que encuentran, muchas veces, a la Iglesia como un obstáculo,
incluso reconocen que prefieren ir a la Iglesia sólo cuando lo sienten. Otros,
sostienen que en la Iglesia católica hay muchas normas y prefieren dejarla. Y
hay quienes alegan que ellos prefieren confesarse directo con Dios, o que
tratan de acomodar los Mandamientos de la Iglesia según su conveniencia.
¿POR QUÉ CRISTO FUNDÓ UNA
IGLESIA?
Hay muchos cristianos que encuentran a la Iglesia como un obstáculo por las
normas, las reglas y la estructura; creen que los asfixia y sugieren entonces
vivir algo espontáneo, sin lineamientos. Pero, si lo pensamos bien, no podemos
vivir un auténtico cristianismo sin la Iglesia fundada por Cristo.
Sin la Iglesia, el cristianismo se hace inofensivo. La Iglesia traduce el
cristianismo en un cristianismo real. Sin la Iglesia, el Evangelio sería como
cualquier libro o como una plastilina en donde cada quien modelaría su propio
cristianismo, el que quisiera, como más le convenga o le guste, haciendo a un
lado aquello que le desagrada y exige.
Hay personas que pueden decir que son católicas, pero que nunca van a Misa, que
no se acercan a la Iglesia y sus sacramentos, o que están lejos del Papa y los
sacerdotes, representantes de Cristo, y no se dan cuenta que justamente la
Iglesia es al Católico como la tortilla a un taco (valga la comparación
sencilla): sin la tortilla no hay taco, pues sin la Iglesia no hay
cristianismo.
Es la Iglesia la que traduce al cristianismo en un compromiso real y que pone
lo rieles de nuestro tren para que sepa hacia donde ir; no puede ser un estorbo
para un verdadero cristiano. Es un estorbo sólo para aquellos que quieren vivir
el cristianismo como les viene en gana, y que deciden hacerla a un lado y
fundar su "iglesia propia".
Por ejemplo, el joven que se escapa de la escuela, que dice sentirse muy feliz
y contento porque no hay quien le exija, aún cuando sabe que su deber es estar
estudiando; sólo se engaña a él mismo. Pues en nuestra religión, es la Iglesia
la que nos pone las normas, la que hace que el cristianismo sea compromiso, la
que nos motiva e impulsa a seguir, la que responde nuestras dudas, la que nos
señala por dónde ir, que nos da un
espíritu de lucha, de superación, de esfuerzo, de exigencia, reto y autoconquista
para transformarnos en otro Cristo.
Es gracias a la Iglesia que sabemos que lo importante no era tener el cabello
largo, usar sandalias, y traer túnica para ser católico. Sin la Iglesia, el
cristianismo no hubiera pasado de ser el club de amigos de Jesús de Nazaret.
Fue la Iglesia la que propagó, perpetuó y creó ese movimiento de fe, amor
práctico y compromiso de vida. Para eso Cristo creó su Iglesia para que
perpetuar a lo largo del tiempo su mensaje.
¿POR QUÉ, A VECES, ESTORBAN
LAS NORMAS DE LA IGLESIA?
La única respuesta es por falta de amor. Por ejemplo, cuando tu amas a una
persona estás dispuesto a hacer todo lo que ella te pide: hasta te sacas diez
en el examen, o hasta te cae bien tu suegra. Dejas todo por corresponder a ese
amor que te tienen, cumples con tus responsabilidades y hasta dejas el partido
de fútbol por estar con esa persona.
Cuando se ama, aún el gesto más sencillo, un pequeño detalle lo sabemos
apreciar. Si decimos ser cristianos y amar a Cristo, ¿por
qué entonces no sabemos apreciar lo que Cristo hizo por nosotros al dejarnos
concretamente, y sin fallas, todo lo que quiere que hagamos y cómo hacerlo?
Hay veces en que apreciamos más un detalle que nos brinda un desconocido, que
el gran regalo que nos tiene Cristo; y hasta lo dejamos a un lado con el moño
puesto.
Cuando hay amor no dejas a Cristo abandonado con los brazos abiertos por que te
pidió que hicieras ciertas cosas: te das por completo aceptando las normas y
condiciones. Como cuando una pareja se va a casar, la novia no puede pensar "me caso contigo y te entrego toda mi vida
incondicionalmente, pero yo no plancho, ni lavo, ni hago de comer". Cuando
amas lo das todo sin límites, y aceptas los requisitos sin límites.
Cristo fundó una Iglesia y estableció una jerarquía a ser respetada (El Papa,
los Obispos); puso unas leyes y normas para que no estuviéramos cada año, cada
tiempo y cada moda re-inventando la Iglesia, sino para que vivamos en la
Iglesia como Él quiso, por amor a ella y así, formemos con ella un sólo cuerpo
en Cristo.
¿QUÉ SIGNIFICA IGLESIA?
Iglesia quiere decir "comunidad
convocada". En este caso, convocada por Cristo.
Cristo dio ciertas características a la Iglesia para que la distinguiéramos
como la verdadera. Entre estas características está la unidad.
En primer lugar, unidad de fe, que se muestra
por el Credo que rezamos todos los Domingos, que es el mismo que rezaban los
apóstoles y describe en pocas palabras en qué creemos como católicos.
En segundo lugar, unidad de comunión, pues
formamos una sola Iglesia en todo el mundo, en donde nuestro jefe, nuestro rey
es Cristo, y su vicario, la cabeza visible de la Iglesia es el Papa. Es la
misma en todas partes del mundo, ya sea en Cuba, en México, o en España. Igual
que en los primeros tiempos, en donde existía la misma Iglesia en Filipo o en
Corintio. Unidad de comunión, también porque comemos del mismo pan y formamos
un mismo cuerpo (Hechos 2:42).
Es necesario que colaboremos en esta unidad, que estemos unidos entre nosotros,
unidos entre los grupos sin que haya divisiones, y después, estos grupos unidos
al sacerdote; y él, a su vez, al obispo y al Papa. Y así, dar testimonio
verdadero de que somos la Iglesia de Cristo y que en nosotros se cumple ese
deseo de Cristo, la unidad. Esta es una característica que nos distingue a los
católicos.
La Iglesia es llamada, también, Cuerpo Místico de Cristo, en donde Jesús es la
cabeza y nosotros todo el cuerpo. Y está viva como el cuerpo de cualquiera de
nosotros lo está; y siente dolor cuando una parte se enferma; y alegría cuando
una parte se mejora. Cada uno de nosotros forma la Iglesia de Cristo, y es en
nosotros, en los jóvenes, donde la Iglesia se mira a sí misma. "Vosotros jóvenes sois la esperanza de la
Iglesia", afirmó hacia el comienzo de su pontificado, el papa Juan
Pablo II.
Gracias a muchas personas, hoy tenemos nuestra fe. Desde los primeros tiempos
hasta el día de hoy, desde los apóstoles, mártires, y tantos santos que, al dar
su vida, nos mostraron el valor de nuestra fe. Ahora, el Santo Padre nos dice
que nosotros, que cada uno de nosotros somos la esperanza de la Iglesia, porque
ahora nos corresponde tomar la estafeta de nuestra fe y transmitirla, para
continuar a través de nuestro testimonio esa gran labor que Cristo ha dejado: "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio".
Hace poco, me dijo una amiga, que desde que se cambió de la Iglesia Católica a
otra distinta, vive mejor y hace más cosas buenas, y hasta ha logrado
deshacerse de vicios. Podemos con esto concluir que en muchas otras "iglesias" (recuerda que es el cuerpo
místico de Cristo, y ni modo que tuviera varios cuerpos) algo bueno debe haber,
y si aunque sea eso bueno se vive, se pueden lograr buenas cosas; pero es
necesario hacer notar que si ella hubiera vivido todo lo bueno que tiene
nuestra Iglesia, simplemente llegaría a niveles como el de la Madre Teresa de
Calcuta: a la santidad.
Si nosotros la viviéramos, la conociéramos y la amáramos, nos daríamos cuenta
de todas sus características y podríamos sacarle más fruto que cualquiera de
las otras. Es importante que usemos los medios que nos ofrece la Iglesia
Católica, como ir a Misa, confesarse, leer la Biblia, participar en grupos
parroquiales, conocer la palabra y escritos del Santo Padre. Es importante
conocer, amar y vivir lo que en ella se enseña.
NOTAS DE LA BIBLIA
1. San Juan 17, 20, nos habla de cómo Cristo es
quien convoca la Iglesia, nos invita a que seamos una sola Iglesia.
2. Carta a los Efesios 4,4, nos describe la
Iglesia que predicaba San Pablo, una sola.
EN RESUMEN:
- Cristo fundó la Iglesia, la única y auténtica
depositaria de lo que Dios quiere de nosotros, y puso a Pedro y a sus
sucesores, los Papas, para reconocerla como la verdadera y para guiarla.
- Un católico que no vive dentro de las líneas de la Iglesia, es como un tren
que decide no seguir las vías... ¿has oído de las consecuencias de un
descarrilamiento?
- Hay personas que hacen su propia iglesia porque no quieren seguir reglas ni
obedecer; por comodidad.
- Un verdadero miembro de la Iglesia vive diariamente el mandato de Jesús:
"Id por todo el mundo, y predicad el Evangelio..."
- Si viviéramos en profundidad todo lo que la Iglesia Católica nos recomienda,
llegaríamos al máximo nivel y plenitud que un hombre y una mujer pueden llegar:
la santidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario