Actúan como un grupo terrorista que ataca civiles inocentes
El ejército birmano, que se
comporta como un grupo terrorista cualquiera, ha requisado y profanado dos
templos cristianos. Se trata de la parroquia católica de San Juan y de la
iglesia de una comunidad eclesial bautista, en la aldea de Chat, en el municipio
de Mindat, en el estado birmano de Chin, en el oeste de Myanmar.
(Fides) Según confirman a la Agencia Fides fuentes eclesiales de la diócesis de
Hakha, donde se encuentra Mindat, el ataque tuvo lugar el martes. Los militares
de Myanmar tomaron los edificios religiosos y convirtieron en
cuartel los dos templos.
El párroco católico de la
Iglesia de San Juan, padre John Aung, expulsado de la parroquia, se expresa con
absoluta indignación con la Agencia Fides:
«Es
execrable. Los militares han requisado la iglesia para su uso. Abrieron el
tabernáculo, se llevaron las hostias consagradas y las tiraron al suelo
pisoteándolas. Han reventado todos los armarios cerrados con llave.
El ejército debe respetar los edificios de culto y no debe tocar nada dentro de
la iglesia. Condenamos la agresión y la violencia gratuita y la profanación de
nuestra iglesia, con la flagrante violación de la libertad de culto que
conlleva».
En el pueblo de Chat hay 68 casas, 42 de las cuales son de familias católicas. Toda la
parroquia abarca 20 pueblos de la zona. Cuando llegaron los militares, que se
enfrentaron con las fuerzas de la resistencia local, el párroco huyó al bosque
con los vecinos.
Shane Aung Maung, uno de los
fieles cristianos bautistas de la aldea, denuncia que «los
soldados destruyeron nuestras biblias, el mobiliario sagrado,
los generadores eléctricos y el amplificador de sonido. Beben alcohol
dentro del edificio de la iglesia. Matan el ganado. Y cocinan la
carne en la iglesia. El Tatmadaw (el ejército regular birmano) está
desestabilizando el país, atacando personas y propiedades de las iglesias
cristianas, matando a civiles desarmados y pacíficos e
incendiando aldeas y casas. Estamos realmente desconcertados».
Otro sacerdote católico de la
zona, el padre David Hmun explica que la comunidad está conmocionada. «Es realmente impensable. Los militares de Myanmar
ya no son un ejército del pueblo, sino un grupo terrorista militante violento contra
civiles inocentes».
La ocupación de las iglesias
por parte del ejército sucede cuando los combates entre los grupos de la
resistencia militar y civil (Chinland Defence Force, CDF) se intensificaron en
el área predominantemente cristiana del estado de Chin. El Institute of Chin
Affairs, una organización sin ánimo de lucro creada por líderes étnicos chin,
actualmente radicada en India, ha condenado la violencia de las tropas durante
la ocupación de las iglesias.
«La
ocupación de las iglesias y los destrozos perpetrados dentro son una violación
de la Convención de Ginebra. Exigimos el fin inmediato de estos actos contra
el Derecho internacional humanitario y contra los derechos humanos», indica el Instituto en un
comunicado enviado a la Agencia Fides.
La organización condena la
matanza de cientos de civiles chin en los últimos meses e informa de que, como
resultado del golpe militar del 1 de febrero, «el
país se está deslizando hacia una guerra fratricida que nos llevará a la
ruina». «Dada la reacción decidida y resiliente de la población, el golpe ha
fracasado» aseguran destacando la formación y tenacidad de las Fuerzas
de Defensa del Pueblo en todo el país.
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