ES HORA DE PELEAR POR TUS HIJOS

PADRE CELESTIAL, VENGO ANTE TI PARA PRESENTARTE LA VIDA DE MIS HIJOS.

Te pido que ellos no se conformen al mundo sino más bien que renueven su mente.

Ayúdales a entender tu voluntad, que ellos prueben y vean que es buena, agradable y perfecta.

Ellos piensan que lo saben todo y quieren hacer las cosas a su manera. Pero yo te pido Padre que tú les guíes con tu Santo Espíritu.

Que aprendan a obedecer tu Palabra para que sus caminos se limpien.

Que reciban con agrado los consejos de sus padres, para que les vaya bien en todo lo que emprendan.

Que sean sabios para aceptar la dirección que les damos para que ellos tengan larga vida.

Que sean ejemplo en sus palabras, en conducta, en amor, en fe y en pureza.

Que sus vidas se llenen del fruto del Espíritu para que ellos sean agradables a ti.

Que renuncien al pecado y a todo lo que no se ajusta a tu palabra y a tu voluntad.

Por favor libra de todo mal la vida de mis hijos.

Guárdales de tomar malas decisiones, y de los malos amigos que pueden afectar su vida y su futuro.

Que vivan reconociéndote a cada paso, agradecidos cada día por tus múltiples bendiciones.

Fortalece su espíritu para que batallen y ganen a la carne y a sus deseos pecaminosos.

Que no hagan ninguna amistad con el mundo para no ser tus enemigos.

Conviértelos en guerreros espirituales, victoriosos al pelear, más que vencedores.

AHORA REPRENDO A TODO ENEMIGO MALIGNO QUE VIENE CONTRA MIS HIJOS.

Le ordeno a todo demonio de robo, muerte y destrucción que ¡HUYA DE SUS VIDAS!

Todo espíritu del anticristo que quiere negar a Jesucristo, ¡HUYE DE SUS VIDAS!

Todo diablo opositor que viene con rebeldías y soberbias, ¡FUERA DE SUS VIDAS! Declaro que mis hijos pertenecen a Dios y por tanto NO serán destruidos por el maligno.

Cubre a mis hijos con tu Poderosa y Preciosa Sangre.

Escóndelos bajo la sombra de tus alas.

Amado Dios, pongo toda mi confianza en ti, porque solo tú puedes cuidar a mis hijos mejor que yo. Gracias por oír mi oración y por amar a mi descendencia. En el nombre poderoso de Jesús. Amén.