Hace pocos días el portal de noticias “Montevideo portal” publicó una entrevista al sacerdote Julio César Boffano, ex-jesuita, sodomita practicante, político y comunicador.
Con el fin de analizar un poco
su pensamiento de estos personajes de la actual “farándula
política”, vamos a extractar partes de la entrevista que le hicieron
-con intencionalidad política, claro está- para comentar algunos pasajes,
dejando otros, directamente, sin comentar.
Que
no te la cuenten…
*
* *
Boffano: “Me acosté con obispos y cardenales que de la boca para
afuera eran homofóbicos”
ENTREVISTADOR: Julio
César Boffano se consagró a Dios
convencido de que era el camino para un mundo más justo, más igualitario, más
esperanzador. Fue seminarista, se hizo sacerdote y como estudiante viajó
a la capital italiana como miembro de la Compañía de Jesús. Allá en Roma, en el
corazón mismo del Vaticano, descubrió mentiras, engaños, hipocresía; advirtió
que la homosexualidad campeaba entre los religiosos y que él sería “un gay
más”. Presenció (y sufrió) abusos de poder. Vio que el sexo y la lascivia eran
moneda corriente y que los curas homosexuales eran más homofóbicos que la
minoría, los hetero.
NOTA: De
entrada a nomás hay un problema: no hace falta ingresar a un seminario para
buscar “un mundo más justo, más
igualitario, más esperanzador”.
Julio se
asumió gay, y un día se lo contó a otro cura. Este le dijo que él también era
gay y estaba orgulloso de serlo. Lo besó y lo invitó a la cama. Julio frecuentó
saunas y boliches gays, y allí siguió cruzándose con muchos religiosos que en
los pasillos del Vaticano se hacían los nunca vistos.
Julio César
Boffano (54), ex cura devenido en
político frenteamplista, hoy es concejal del municipio B de Montevideo… Acaba de lanzar su libro autobiográfico
(Conocerme me hizo libre, de editorial Planeta) donde narra sus
vivencias como cura en el seno mismo de la Iglesia Católica Apostólica Romana.
NOTA: Entonces, la nota tiene un triple objetivo:
promocionar a un político, vender un libro y, de paso, ensuciar a la Iglesia.
-¿Por qué
escribir un libro con tus vivencias como excura gay?
- Lo empecé a escribir recién
en 2019. Me costó porque me removió muchas cosas, tuve que volver a hacer
terapia en el medio del libro, tuve pesadillas. Me costó mucho contar el tema
de mi abuso, que no lo sabía nadie.
NOTA: A retener: es un sodomita que, como muchos otros,
pasó por el tremendo caso del abuso, siendo aún menor de edad.
-¿Cómo
podés ser un elegido de Dios, si la Iglesia condena la homosexualidad? ¿Te
hacía ruido eso?
-Claro. Vos sentís que sos
homosexual -que fue lo que me pasó a mí-, y te preguntás: “¿Cómo puedo ser
homosexual y el elegido de Dios?” Te están diciendo que eso está mal, que es
antinatural. Entonces, tenés que ocultarlo, tenés que negarlo, entonces se va creando esta doble vida, estas
hipocresías…. Te preguntás: “Dios me eligió, pero yo siento esto… ¿Cómo es?
¿Dios se equivocó? ¿Yo me equivoqué?” Hasta que hice todo el proceso y terminé
concluyendo: “Dios no tiene nada que ver con esto… O tiene todo que ver: me
eligió gay, me creó gay y me quiere gay”.
NOTA: Es el planteo de la auto-compasión que
luego lleva a la auto-aceptación y, posteriormente, a la norma.
-Llegaste a
Roma por primera vez en 1998 para vivir y estudiar con los jesuitas, en el
edificio Il Gesú. Fuiste a estudiar a la Universidad Gregoriana, fundada por
Ignacio de Loyola, en el corazón del Vaticano. Vos decís que te educaban para
“conocerte a tí mismo", pero siempre cuando seas funcional al sistema. Empezaste a estudiar la teología de la
liberación, que decís que es perseguida por la Iglesia Católica. ¿Por
qué?
-La teología de la liberación
no solo fue perseguida, fue prácticamente exterminada por la Iglesia Católica.
Ahora surge de algunas otras iglesias y algunos movimientos de gente de los 70,
pero fue prácticamente exterminada. ¿Por qué? Porque la teología de la
liberación está vinculada con las izquierdas.
NOTA: Es que no hay ningún error doctrinal que no lleve,
por consecuencia lógica, a un error moral, por aquello de que quien no vive
como piensa, termina pensando cómo vive…
-¿Cómo
es eso de que concebían al celibato como tener sexo con alguien de otro sexo, y
si era entre personas del mismo sexo no estaban violando el celibato?
- El celibato estaba concebido
para las relaciones heterosexuales. Nosotros renunciamos a un vínculo con
mujeres, porque como no se asume la homosexualidad… Y la mayoría de los casos de
curas abusadores lo hacen con varones usan eso como excusa: “Yo no
cometo una falta contra el celibato porque tengo relaciones con varones”.
NOTA: Aquí de nuevo da en la tecla y dice lo que
muchos no se atreven a decir: “la mayoría de los curas abusadores, son
homosexuales”. A confesión de parte, relevo de prueba…
-También te
costó mucho reconocer que habías sido
abusado sexualmente de niño. Es algo que asumís pasados los 30 años…
Y sí… me pasó en la niñez, yo tenía 8
años. Llegar a asumirlo me costó mucho, eh. Mucha terapia, muchos
años. Estaba jugando al fútbol y el entrenador me dijo: “Tenemos que tomar las
medidas para el short” y me llevó al vestuario, y ahí empezó. Empezaron los
manoseos, las caricias, y… violación.
NOTA: Acá está la probable raíz de su problema.
Hay que diferenciar entre
pedófilos y abusadores. Pero son súper conscientes de lo que están haciendo,
del abuso de poder, y sobre quienes no se pueden defender (…). El derecho
canónico tiene un sentido sanador, digamos. Si vos reconocés que cometiste un
pecado, la institución te va a ayudar para que sanes. Es una gran
mentira, porque no sanás de ser un pedófilo.
NOTA: esto es durísimo, pero probablemente certérrimo…;
la sanación, más sin el auxilio de la gracia, parece imposible para muchísimos
de los casos.
-No
te cae bien el papa Francisco. Decís que es todo marketing, que de progresista
no tiene nada.
-No es que no me caiga bien,
es que lo conozco desde que era jesuita… Se quedan con los titulares, Francisco
es experto en eso, experto en hacer creer que es más conciliador, más
misericordioso, más progre… es experto en marketing.
FIN
Javier Olivera
Ravasi
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