Los síntomas después de una liberación espiritual se presentan como una reacción normal, ya que el cuerpo ha sido limpiado de las potestades malignas que lo tenían atado. Es como el despertar hacia una nueva vida llena de la luz infinita de Dios.
Te invito a leer: Cómo hacer la liberación espiritual. 9 pasos a seguir
La
liberación espiritual se realiza cuando la persona se encuentra atada a huestes
malignas que se han ido apoderando de su vida poco a poco. Esto pasa porque la
persona le ha dado ciertos derechos legales a estas potestades a través del
pecado, dejando puertas abiertas para que entren en su cuerpo, mente y
espíritu.
Sin
embargo la liberación es posible, y podemos hacer uso de las enseñanzas de
Jesucristo, quien vino a este mundo a liberarnos de la opresión del pecado,
haciendo liberaciones, milagros y prodigios, dignos de un verdadero hijo de
Dios, tal como se puede apreciar en la palabra:
“Y al atardecer, le trajeron muchos
endemoniados; y expulsó a los espíritus con su palabra, y sanó a todos los que
estaban enfermos” (Mateo 8:16)
En este pasaje se puede apreciar que Jesús solo con su palabra podía expulsar demonios y sanar a los enfermos, porque su poder y autoridad puede manifestarse y dar testimonio de su majestad.
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SÍNTOMAS DESPUÉS DE UNA LIBERACIÓN ESPIRITUAL
Los
síntomas después de una liberación espiritual en las personas aparecen de forma
paulatina, ya que es un proceso complicado donde después de padecer un ataque,
el espíritu debe reencontrarse de nuevo con el Señor. Dentro de los síntomas
que se manifiestan luego de la liberación del espíritu encontramos los
siguientes:
1.-
RETORNO Y PERSISTENCIA EN EL ASPECTO ESPIRITUAL
El
proceso de liberación espiritual no es nada simple, así que la persona que
quiera someterse a una liberación debe tener mucha fuerza de voluntad,
así como mucha fe en el Señor. Una vez que ésta haya sufrido un ataque
espiritual, el camino suele complicarse y se pueden presentar muchas barreras
para completar el proceso. Sin embargo, la fuerza y la luz de la esperanza que
es Cristo es más poderosa e invencible.
Este
regreso hacia el mundo espiritual es la reconexión directa con nuestro Padre
Celestial, con su misericordia, con su amor, bondad, resguardo, entre muchas
otras cualidades.
De esta
manera que cuando se entra de nuevo en contacto y total sintonía con el Señor,
la liberación espiritual se presenta de forma automática. Éste es un proceso
natural y sagrado, donde la persona se supera y es bendecida por Dios.
2.-
SE ELIMINA EL AGOTAMIENTO FÍSICO Y MENTAL
Después
de haber sufrido un ataque espiritual, la persona empieza a tener un
agotamiento a nivel corporal y mental. Se pierde el interés de seguir
luchando en la vida, hay un desánimo que nos impide realizar nuestras tareas
rutinarias.
La
persona liberada no quiere hacer nada, está desmotivada. Los sueños se
desvanecen al igual que los objetivos personales que se propusieron alcanzar.
Es decir que se pierde la fe y la esperanza.
Por esta
razón cuando se libera el espíritu, se pierde el interés hacia la familia, los
amigos y los seres especiales que lo rodean. Pero ese interés se va recuperando
y la liberación le permite reencontrarse consigo mismo y le permite la
reconciliación con las cosas positivas que le proporciona la vida.
3.-
DESEOS DE LIBERACIÓN
Cuando la
persona es liberada tiene la necesidad de siempre buscar la libertad, y
constantemente pide la oración por esto porque no quiere volver a ser poseída
por algún ente maligno.
Para ser
liberada totalmente debe existir el deseo de hacerlo, y esto debe ir acompañado
de la fe, la esperanza y confianza en el Señor, sentir en el corazón un
profundo amor y devoción por el Señor.
El poder
de Dios es inquebrantable y puede sin duda alguna liberar totalmente a la
persona que ha sufrido un ataque maligno por parte de huestes espirituales del
mal.
Por lo
cual si la persona se aferra a Dios con toda su alma, estará protegida de todo
mal y los demonios no volverán a atormentarla, por el contrario reinará la luz
admirable de Cristo y la victoria se hará presente.
4.- VIDA
DE ORACIÓN FUERTE Y PERMANENTE
Otro de
los síntomas que la persona puede llegar a experimentar es el deseo de orar con
fervor, de velar para que la presencia de Dios no la desampare. Lo cual es
fundamental, ya que hacerlo la mantiene alejada de otro ataque maligno y además
le proporciona la paz y tranquilidad que necesita.
Puedes leer: Cómo romper las cadenas espirituales. 10 Aspectos Importantes
Sin
embargo, todas personas deben aferrarse a la oración porque estos ataques no
solo se presentan en los incrédulos, pueden llegar a darse en los creyentes que
dejan alguna puerta abierta, por donde se cuela el pecado y por ende las
huestes de maldad que están asechando y esperando su turno para entrar y
perturbar.
En este sentido,
Dios no hace acepción de personas, para él todas son importantes, por lo cual
está dispuesto a ayudar y proteger a quienes lo buscan de corazón y entregan su
alma totalmente al Señor, dándole cabida a la luz admirable de Cristo en su
vida.
5.-
SENTIMIENTO DE FORTALEZA
Una vez
que la persona ha sido liberada espiritualmente, siente una fortaleza
sobrenatural y eso demuestra el poder que tiene Dios para levantarnos cuando
estamos débiles y hemos sufrido un ataque espiritual que nos ha dejado sin
fuerzas.
Sin
embargo, para evitar otro ataque es importante reforzar la fe, mantener la
comunión con nuestro Padre Celestial, fortalecer nuestro espíritu con su
presencia, nutrirnos con la palabra y cuidar nuestras acciones, ya que no
podemos dejarle ninguna puerta abierta al enemigo para evitar que nos perturbe
otra vez.
Por otro
lado cuando una persona es débil o fácilmente manipulable, puede tener una
recaída. Así que si es posible se deben hacer oraciones colectivas para hacer
un vallado de protección para esta persona.
A pesar
de que en algunos momentos de debilidad, podemos ser atacados y dejarnos llevar
por el pecado, Dios siempre estará para ayudarnos porque él conoce nuestro
corazón y sabe perfectamente lo que necesitamos.
El Señor
conoce nuestro carácter mejor que nosotros y no permitirá que el enemigo tome
lugar en nuestra vida porque somos sus hijos y estamos amparados por el
Espíritu Santo, y en nuestra debilidad somos fuertes, tal como lo dice la
palabra:
“Por eso me complazco en las debilidades, en insultos,
en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo; porque
cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:10)
En este sentido la omnipotencia de Dios siempre debe estar presente en nuestra vida y con su fuerza, su palabra y nuestra fe, retornaremos al camino de luz, y recibiremos las bendiciones que nuestro Señor tiene para cada uno de sus Hijos. Esta es una promesa inquebrantable e inmutable.
6.- UN
NUEVO ESTILO DE VIDA
Cuando
una persona es liberada, debe retomar su vida de santidad, cambiar su estilo de
vida y dejar atrás las viejas costumbres, y malos hábitos y vicios. Al respecto
la palabra nos exhorta de la siguiente manera:
“Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo
aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa
para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare,
seréis verdaderamente libres” (Juan 8:34-36)
Uno de los síntomas al romperse las ataduras, es el deseo de cambiar, de ser transformado por el Espíritu Santo, ya que se siente un agradecimiento total por haber sido liberado de la opresión que no lo dejaba vivir plenamente en la presencia de Dios.
En este
sentido, la liberación del espíritu implica una franca y total purificación
cuando se logra desechar todas esas impurezas del alma. Por eso se siente
renovado, en plena libertad y agradecido por una nueva oportunidad.
7.-
RELACIÓN CON LA DIVINIDAD
Lo más
relevante que sentirá la persona al ser liberada es una enorme gratitud hacia
el Señor, quien es la luz que ilumina el camino que nos dirige hacia el
bienestar y la verdadera felicidad.
La
conexión con el Señor se refiere a una relación divina, sagrada, que es nutrida
por la fe y la esperanza, por esto el liberar el espíritu nos permite avanzar
por el camino de la paz.
8.-
CONEXIÓN CONSTANTE CON DIOS
Todos los
hijos de Dios deben estar en constante comunión con el Señor, porque un
espíritu lleno de esperanza, de amor y de fe siempre estará liberado y
protegido para luchar contra cualquier acto de maldad que se avecine.
Sin
embargo, debemos dejar atrás todo aquello que no nos deja crecer
espiritualmente y no nos permite acercarnos a Dios, tal como la amargura, el
rencor, el resentimiento, entre otros.
El
principal milagro de Dios es hacernos sus hijos y habernos creado con un
propósito especial, el cual tiene que ver con el amor pleno, la comprensión, la
bondad, misericordia, entre muchas cualidades.
Así que
si todos estos elementos están siempre presentes en nuestra vida, difícilmente
podremos ser atacados por esas huestes y potestades malignas. Por el contrario
reinará siempre la felicidad plena, un espíritu lleno de amor, de esperanza
y fe siempre.
¿POR QUÉ
UN CREYENTE REQUIERE DE LIBERACIÓN?
La
liberación espiritual es importante para toda persona, incluso si es creyente,
ya que aunque muchas veces se llegue a pensar de que ningún espíritu maligno
nos puede tocas, si hay casos en los que en momentos de debilidad, Satanás
entra a nuestra vida cuando dejamos alguna puerta mediante actos pecaminosos.
Muchas
veces los cristianos pasan desapercibido el pecado de la mentira, y por ello se
encuentran atados. Así que un creyente necesita ser liberado para dar buen
testimonio de que lo que hace Dios con cada uno de sus Hijos.
De esta
manera, que cuando una persona acepta y recibe a Cristo en su corazón de
forma sincera, tiene un nuevo nacimiento en su espíritu, y es hecha una nueva
criatura, es decir ha nacido de nuevo y será moldeada a imagen y semejanza de
Cristo.
Sin
embargo hay personas que a pesar de haber aceptado a Cristo no han dejado atrás
las viejas costumbres y deseos carnales, dejándole cabida al diablo para que se
apodere de la mente, cuerpo y espíritu de la persona.
Por otro
lado, si la persona ha aceptado a Cristo pero su alma, voluntad, sentimientos y
acciones siguen igual, de manera de que no existe un nuevo nacimiento en ella,
el alma del creyente requiere de una transformación total. Tal como lo expresa
la palabra:
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5.17)
En este sentido, en el momento en que nacemos de nuevo, estamos transformando por completo nuestra vida, y eso implica sentimientos, hábitos, actitudes, vestimenta, comportamiento, entre otros.
La
palabra es muy firme en aseverar que solo seremos nuevas criaturas en Cristo,
si dejamos atrás nuestra vieja vida, nuestros pecados, costumbres y
banalidades. Eso quiere decir que en nuestro espíritu, somos libres, santos,
justificados. Sin embargo, existe una parte de nuestro interior que necesita
ser renovado, transformado, liberado. Tal como lo expresa la palabra:
“No os conforméis a este mundo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
Comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. (Romanos 2.1, 2)
Dentro del alma residen nuestras heridas, ataduras, falta de perdón, resentimientos y baja autoestima. Por esta razón, muchos creyentes necesitan ser liberados, para romper las ataduras que no le permiten forjar el Ministerio que Dios le ha dado.
En este
sentido, para que un cristiano pueda cumplir la voluntad de Dios a cabalidad,
necesita nacer de nuevo pero realmente, liberarse de toda potestad maligna que
lo tiene cautivo y lo hace caer en tentaciones siempre.
Los
cristianos más que nunca deben conocer la manera en la que pueden hacerse las
liberaciones, dejando los miedos a un lado y cumpliendo la palabra de
Jesucristo y sus enseñanzas de predicar, sanar, echar fuera demonios y amar a
su prójimo por sobre todas las cosas.
En este
sentido, cuando hay una potestad maligna, influenciando a un creyente, no se
debe pasar desapercibido, se debe actuar para su pronta liberación, siempre
bajo la cobertura del Espíritu Santo, quien nos debe guiar en todo momento.
Además es
importante tener el respaldo de la iglesia para que oren por esa causa y Dios
interceda en dicha liberación de una manera sorprendente, dando testimonio de
las maravillas que él puede hacer con su poder y majestad.
CONSEJOS
MUY IMPORTANTES EN EL PROCESO DE LIBERACIÓN
Para
hacer la liberación espiritual se deben tomar en cuenta algunos consejos
fundamentales, a fin de que esta liberación sea hecha con éxito y podamos romper
el yugo que tiene atada a la persona poseída:
·
Procura
que los demonios hablen
·
No
se debe gritar
·
No
amonestes ni eches fuera los demonios cada vez que se haga presente una
manifestación física; solo átalos para que no se revelen. La Biblia nos exhorta
a no incitarlos para evitar que causen algún daño.
·
No
hagas la liberación espiritual en público para no avergonzar a la persona,
debido a que los demonios buscan llamar la atención y hacer señales, y por eso
tienden a manifestarse en público.
·
Cuando
un equipo esté ministrando, sólo debe existir una persona como autoridad. Sin
embargo es importante la intercesión de los grupos de oración y ayuno.
·
Cuando
el espíritu está atado le debes decir: “Te reprendo En el nombre de Jesús, no
tienes el control para dañar a ninguna persona, te echo fuera con la autoridad
que me da la palabra de Dios, de Jehová de los ejércitos”
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