Además de fe y gracia es necesaria para salvarse la libre cooperación con la acción divina.
Por: Mariano Ruiz Espejo | Fuente: Catholic.net
Como nos recuerda el Concilio de Trento, además
de la fe y de la gracia, es necesaria para salvarse la libre cooperación con la
acción divina.
La fe y la gracia son dones
de Dios que alcanzamos no por nuestros méritos personales sino por voluntad de
Dios. Si
bien Dios puede darnos la fe y la gracia incluso gratuitamente, el hombre
podría rechazarlas haciéndose culpable. Es por esto que la salvación del hombre también depende de él mismo, no
porque pueda salvarse por sí mismo ya que solo Dios salva, sino porque puede
condenarse por sí mismo.
Dios nos ofrece su salvación pero no todos los
hombres aceptan su palabra, su sacrificio, su redención y su salvación eterna.
De estos hombres que rechazan a Dios no sería posible llamarles “inteligentes” en correcto sentido literal porque
en lo más importante que afecta a sus vidas disciernen erróneamente: en su
salvación perpetua que no aprecian ni valoran cuando es el mejor regalo que
Dios ha ofrecido al hombre, la nueva creación.
Por la fe sola el hombre
sería creyente, por la gracia recibimos dones sobrenaturales y por la libre
cooperación con la acción divina el hombre completa con obras su misión en este
mundo para alcanzar la salvación del alma.
Un ejemplo de libre cooperación con la acción divina puede ser esta: realizar
de vez en cuando una indulgencia plenaria por nuestra alma en gracia de Dios. Hay
personas que piensan que estando ya en gracia de Dios se salvan, pero como
hemos indicado es necesaria, además de la fe y de la gracia de Dios, la libre
cooperación con su obra.
Ciertamente la gracia nos
abre las puertas del cielo, pero como antes de entrar al
cielo tenemos que purificarnos de toda maldad, una indulgencia plenaria por
nuestra alma nos perdona la pena temporal por nuestros pecados y nos dispone a
estar más cerca del cielo ya en esta vida. La práctica piadosa de las
indulgencias plenarias aumenta nuestra gracia a los ojos de Dios y hace un bien
inmenso a las almas. Es una forma concreta de cooperar con la acción divina.
Sin duda hay otras muchas formas de cooperar con la obra de Dios, cada uno ha
de reflexionar en lo que puede hacer en su vida agradando a Dios y a su
voluntad misericordiosa.
___________________________________________________
Fuentes
López, Javier: Qué son las indulgencias.
http://webcatolicodejavier.org/quesonlasindulgencias.html
Ruiz Espejo, Mariano (2016): El perdón de la pena temporal.
http://es.catholic.net/op/articulos/63856/cat/1200/el-perdon-de-la-pena-temporal.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario