El amor es la entrega total y desinteresada por el otro.
Por: María José César | Fuente: Catholic.net
“La clave del verdadero amor es el respeto y la confianza.
Amar es tolerar las tonterías de los demás. Aceptarlos con todas sus
limitaciones. Porque el verdadero amor es compasión, y la compasión viene
cuando ves todas tus limitaciones y es entonces cuando puedes aceptar las
limitaciones de otras personas. El amor por dependencia es egoísmo.
Se ama realmente cuándo quieres estar con la otra persona sin necesitarla ni
siquiera para ser feliz, sino porque tu felicidad se multiplica cuando estás
con ella.” Swami Purohit
El concepto del amor, se ha ido desvirtuando a
lo largo de la historia, nos hemos convertido en una sociedad consumista en la
que buscamos más recibir que dar. Nos acomodamos dónde nos sirven o nos puede
convenir, y es verdad que nos hemos convertido en una sociedad más
convenenciera. Lo que no sirve se deshecha, y ya no se emplea el tiempo en
reparar o buscarle otro uso. Muchas veces de forma inconsciente, amamos con un
amor condicionado. Me entrego a otros pero pendiente de quién me va a celebrar,
alabar, o si recibiré algo a cambio. Ayudo pero mientras me vean, comparto pero
que todos lo noten, hago una obra buena y deseo que el mundo entero lo sepa. Un
amor condicionado, convenenciero, y que poco tiene de lo que es el verdadero
amor.
El amor es la entrega total y
desinteresada por el otro, y si
repasamos estas palabras, nos daríamos cuenta que muchas veces no es ni total
ni desinteresado. En ocasiones amamos sin una pureza de intención, amamos
porque es nuestro deber, nuestra responsabilidad, pero no con una intención de
servir, agradar o nutrir al otro. Tememos a “darnos
de más” por miedo a ser lastimados, y nos vamos poniendo capas, que se
convierten en un caparazón tan duro, que nos impide amar y ser amados. No nos
permitimos amar y ser amados, pues ya hemos sufrido demasiado.
¿Pero cómo encontrar la
clave para amar de verdad? Diana Cantor afirmaba que cuando aprendes a
quererte a ti mismo, le muestras a otros el camino para amarte. El amor
verdadero nace de amarnos responsables y sinceramente a nosotros mismos. Y es
verdad, toda historia de amor comienza con el amor propio y el amor divino. Si
no nos queremos, respetamos y miramos, ¿Cómo
podremos hacerlo por los demás?
¿Cómo comenzar este viaje? Comienza
por enamorarte de ti para poder amar a tu pareja, tu familia, tus hijos. No
puedes amar verdaderamente si no te reconoces ni te amas a ti.
El
Papa Francisco, habló a los jóvenes en Junio del 2015 en Turín, sobre dos
dimensiones por las cuales se basa el amor.
- “El amor es concreto, está más en las obras
que en las palabras.”. El amor va más allá del habla, de los sentimientos
románticos, sino de las obras concretas. Podemos decir “Te amo”, pero la
pregunta que le da peso al amor es ¿Qué haces por amor? ¿Qué haces con ese
amor? El amor se da.
- La manera de poner en acción este amor
concreto: la dimensión del diálogo. “El amor no es ni sordo ni mudo, el
amor de hecho, escucha y responde, se realiza en el diálogo, en la
comunión: se comunica.” Hay que aprender a respetar al otro, desde los
gestos y actitudes más pequeñas.
¿CÓMO
VIVIR EL AMOR VERDADERO? DATE, ACEPTA, PERDONA, DIALOGA, ABRE TU CORAZÓN.
Si comprendieras desde el corazón que el amor es
mucho más sencillo de lo que piensas, tus relaciones fluirían mejor. El Papa
Francisco nos invita a vivir un amor diferente, no cómo el que solemos ver en
la sociedad, no un amor interesado y que cuando ya no le sirve se deshecha. Un
amor que se esfuerza por aprender a respetar al otro como quisiéramos ser
respetados nosotros mismos, un amor que se esfuerza por darse en las pequeñas cosas
y en gestos genuinos.
No siempre es fácil amar, pero es por eso que
todos los días hemos de decidir AMAR, aún en las
dificultades, hemos de comprometernos en dar más para hacer fecundo ese amor. “Todos nosotros en la vida hemos pasado por momentos en que
esta virtud es muy difícil, pero es precisamente el camino de un amor genuino,
de una amor que sabe dar la vida, que no busca usar al otro para el propio
placer. Es un amor que considera sagrada la vida de la otra persona: yo te
respeto, yo no quiero usarte, yo no quiero usarte. No es fácil. Todos conocemos
las dificultades para superar esta concepción “facilista” y hedonista del
amor”. Papa Francisco
En estos días del amor y la amistad,
examinémonos en el amor y en nuestra capacidad de amar. Busquemos vivir un amor
genuino, volquémonos en un amor que sea capaz de sacrificarnos por el otro
hasta volvernos serviciales, en lo que más nos cuesta. Ahí, en esa entrega, en
ese acto desinteresado y puro, estás poniendo y sembrando amor.
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