Cada 16 de diciembre se inicia la Novena de Navidad y comienza la cuenta regresiva para celebrar el nacimiento de Jesucristo.
Aquí las oraciones para vivir intensamente estos 9
días en familia, en el trabajo, la comunidad, grupo parroquial, etc.
Se recomienda rezar a la Santísima Virgen, a San
José y al Niño Jesús, así como reflexionar con la meditación del día y cantar
los llamados “gozos”.
PRIMER
DÍA DE LA NOVENA DE NAVIDAD
1.- Oración para comenzar
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos
diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho
nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para
nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En
retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo
y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad,
la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
2.- Oración para la
familia
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria
porque Tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que
no haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el
perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar
hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y
sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras
vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos
lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos
esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más.
Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos
unidos para siempre en ti. Amén.
3.- Oración a la Virgen
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz
que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor,
nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores
que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
4.- Oración a San José
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú
fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a
los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
5.- Meditación del día
Vamos a afianzar nuestros valores de modo que la navidad sea lo que debe
ser; una fiesta dedicada a la RECONCILIACIÓN.
Dedicada al perdón generoso y comprensivo que aprenderemos de un Dios
compasivo.
Con el perdón del Espíritu Santo podemos reconciliarnos con Dios y con
los hermanos y andar en una vida nueva. Es la buena noticia que San Pablo
exclamó en sus cartas, tal como leemos en su epístola a los Romanos 5. 1 – 11.
Vivir la Navidad es cancelar los agravios si alguien nos ha ofendido, y es
pedir perdón si hemos maltratado a los demás.
Así, del perdón nace la armonía y construimos esa paz que los ángeles
anuncian en Belén: paz en la tierra a los hombres que aman al Señor y se aman
entre sí. Los seres humanos podemos hacernos daño con el odio o podemos ser
felices en un amor que reconcilia. Y esa buena misión es para cada uno de
nosotros: ser agentes de reconciliación y no de discordia, ser instrumento de
paz y sembradores de hermandad.
6.- Oración al niño
Dios
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la
presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es
certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú,
Divino Niño, eres nuestro Hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos
comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el
odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que
donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas
rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del
dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu
esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del
rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero
manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego
santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor
del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano.
Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de
desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino
hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus
manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te
dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu
amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos
una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas!
¡Ven, no tardes tanto!
SEGUNDO
DÍA DE LA NOVENA DE NAVIDAD
1.- Oración para comenzar
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos
diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho
nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para
nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En
retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo
y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la
verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
2.- Oración para la
familia
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria
porque Tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que
no haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el
perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar
hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y
sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras
vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos
lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos
esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más.
Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos
unidos para siempre en ti. Amén.
3.- Oración a la Virgen
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz
que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor,
nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores
que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
4.- Oración a San José
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú
fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a
los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
5.- Meditación del día
Segundo día dedicado a la COMPRENSIÓN.
Comprensión es una nota distintiva de todo verdadero amor.
Podemos decir que la Encarnación de un Dios que se hace hombre puede
leerse en clave de ese gran valor llamado comprensión. Es un Dios que se pone
en nuestro lugar, que rompe las distancias y comparte nuestros afanes y
nuestras alegrías. Es gracias a ese amor comprensivo de un Dios padre que somos
hijos de Dios y hermanos entre nosotros. Dios, como afirma San Juan nos muestra
la grandeza de su amor y nos llama a vivir como hijos suyos. Leer la primera
carta de Juan 3, 1 – 10. Si de verdad actuamos como hijos de Dios no imitamos a
Caín si no que “damos la vida por los hermanos” (3, 16).
Con un amor comprensivo somos capaces de ver las razones de los demás y
ser tolerantes con sus fallas.
Si la NAVIDAD nos torna comprensivos
es una excelente Navidad.
Feliz Navidad es aprender a ponernos en el lugar de los demás.
6.- Oración al niño
Dios
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la
presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es
certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú,
Divino Niño, eres nuestro Hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos
comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el
odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que
donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas
rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del
dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu
esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del
rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero
manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego
santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor
del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano.
Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado.
Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus
manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te
dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu
amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos
una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas!
¡Ven, no tardes tanto!
TERCER
DÍA DE LA NOVENA DE NAVIDAD
1.- Oración para comenzar
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos
diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho
nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para
nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En
retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo
y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la
verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
2.- Oración para la
familia
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria
porque Tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que
no haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el
perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar
hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y
sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras
vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos
lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos
en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando
amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para
siempre en ti. Amén.
3.- Oración a la Virgen
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz
que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor,
nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores
que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
4.- Oración a San José
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú
fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a
los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
5.- Meditación del día
Tercer día dedicado al RESPETO.
Una cualidad del amor que nos mueve a aceptar a los otros tal como son.
Gracias al respeto valoramos la gran dignidad de toda persona humana
hecha a imagen y semejanza de Dios, aunque esa persona esté equivocada.
El respeto es fuente de armonía porque nos anima a valorar las diferencias,
como lo hace un pintor con los colores o un músico con las notas o ritmos.
Un amor respetuoso nos impide juzgar a los demás, manipularlos o querer
moldearlos a nuestro tamaño.
Siempre que pienso en el respeto veo a Jesús conversando amablemente con la
mujer samaritana, tal como lo narra San Juan en el capítulo cuatro de su
evangelio.
Es un diálogo sin reproches, sin condenas y en el que brilla la luz de una
delicada tolerancia.
Jesús no aprueba que la mujer no conviva con su marido, pero en lugar de
juzgarla la felicita por su sinceridad. Actúa como buen pastor y nos enseña a
ser respetuosos si de verdad queremos entendernos con los demás.
6.- Oración al niño
Dios
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la
presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es
certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú,
Divino Niño, eres nuestro Hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos
comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el
odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que
donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas
rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del
dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu
esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del
rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero
manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego
santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor
del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano.
Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de
desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino
hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus
manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te
dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu
amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos
una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas!
¡Ven, no tardes tanto!
CUARTO
DÍA DE LA NOVENA DE NAVIDAD
1.- Oración para comenzar
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos
diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho
nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para
nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En
retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo
y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la
verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
2.- Oración para la
familia
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria
porque Tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que
no haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el
perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar
hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y
sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras
vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos
lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos
esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más.
Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos
unidos para siempre en ti. Amén.
3.- Oración a la Virgen
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz
que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor,
nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores
que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
4.- Oración a San José
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú
fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a
los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
5.- Meditación del día
Cuarto día dedicado a la SINCERIDAD.
Una cualidad sin la cual el amor no puede subsistir, ya que no hay amor
donde hay mentira. Amar es andar en la verdad, sin máscaras, sin el peso de la
hipocresía y con la fuerza de la integridad.
Sólo en la verdad somos libres como lo anunció Jesucristo: Juan 8, 32.
Sólo sobre la roca firme de la verdad puede sostenerse una relación en las
crisis y los problemas.
Con la sinceridad nos ganamos la confianza y con la confianza llegamos
al entendimiento y la unidad.
El amor nos enseña a no actuar como los egoístas y los soberbios que
creen que su verdad es la Verdad.
Si la Navidad nos acerca a la verdad es una buena Navidad: es una fiesta
en la que acogemos a Jesús como luz verdadera que viene a este mundo: Juan 1,
9. Luz verdadera que nos aleja de las tinieblas nos mueve a aceptar a Dios como
Camino, Verdad y Vida. Ojalá nuestro amor esté siempre iluminado por la verdad,
de modo que esté también favorecido por la confianza.
6.- Oración al niño
Dios
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la
presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es
certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú,
Divino Niño, eres nuestro Hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos
comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el
odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que
donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas
rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del
dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu
esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del
rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero
manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego
santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor
del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano.
Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de
desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino
hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus
manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te
dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu
amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos
una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas!
¡Ven, no tardes tanto!
QUINTO
DÍA DE LA NOVENA DE NAVIDAD
1.- Oración para comenzar
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos
diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho
nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para
nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En
retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo
y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la
verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
2.- Oración para la
familia
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria
porque Tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que
no haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el
perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar
hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y
sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras
vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos
lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos
esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más.
Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos
unidos para siempre en ti. Amén.
3.- Oración a la Virgen
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz
que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor,
nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores
que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
4.- Oración a San José
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú
fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a
los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
5.- Meditación del día
Quinto día dedicado al DIÁLOGO.
Toda la Biblia es un diálogo amoroso y salvífico de Dios con los
hombres. Un diálogo que lleva a su culmen y su plenitud cuando la palabra de
Dios que es su Hijo, se hace carne, se hace hombre, tal como lo narra San Juan
en el primer capítulo de su evangelio.
De Dios apoyado en la sinceridad, afianzado en el respeto y enriquecido
por la comprensión, es el que necesitamos en todas nuestras relaciones.
Un diálogo en el que a diario “nos revistamos de misericordia, bondad,
humildad, mansedumbre y paciencia”. Colosenses 3, 12.
El diálogo sereno que brota de un sincero amor y de un alma en paz es el
mejor aguinaldo que nos podemos dar en Diciembre. Así evitamos que nuestras
casas sean lugares vacíos de afecto en los que andamos dispersos como extraños
bajo el mismo techo.
Dios nos concede a todos el don de comunicarnos sin ofensas, sin
juicios, sin altanerías, con respeto y empatía, lo que genera acogida y mutua
aceptación.
6.- Oración al niño Dios
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la
presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es
certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú,
Divino Niño, eres nuestro Hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos
comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el
odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que
donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas
rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del
dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu
esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del
rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero
manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego
santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor
del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano.
Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de
desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino
hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus
manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te
dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu
amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos
una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas!
¡Ven, no tardes tanto!
SEXTO
DÍA DE LA NOVENA DE NAVIDAD
1.- Oración para comenzar
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos
diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho
nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para
nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En
retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo
y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad,
la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
2.- Oración para la
familia
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria
porque Tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que
no haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el
perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar
hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y
sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras
vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos
lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos
esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más.
Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos
unidos para siempre en ti. Amén.
3.- Oración a la Virgen
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz
que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor,
nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores
que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
4.- Oración a San José
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú
fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a
los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
5.- Meditación del día
Sexto día para valorar la SENCILLEZ.
Sencillez que es la virtud de las almas grandes y de las personas
nobles.
Sencillez que fue el adorno de María de Nazaret tal como ella misma lo
proclama en su canto de Magníficat.
"Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador porque ha mirado la
humildad de su esclava" Lucas 1, 47 - 48
Navidad es una buena época para desterrar el orgullo y tomar conciencia
de tantos males que acarrea la soberbia. Ninguna virtud nos acerca tanto a los
demás como la sencillez y ningún defecto nos aleja tanto como la arrogancia.
El amor sólo reina en los corazones humildes, capaces de reconocer sus
limitaciones y de perdonar su altivez.
Es gracias a la humildad que actuamos con delicadeza, sin creernos más
que nadie, imitando la sencillez de un Dios que “se despojó de sí mismo y tomó
la condición de siervo” Filipenses 2, 6 – 11.
Crecer en sencillez es un estupendo regalo para nuestras relaciones.
Recordemos que en la pequeñez está la verdadera grandeza y que el
orgullo acaba con el amor.
6.- Oración al niño
Dios
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la
presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es
certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú,
Divino Niño, eres nuestro Hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa
a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar
la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor
y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas
rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del
dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu
esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del
rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero
manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego
santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor
del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano.
Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de
desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino
hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus
manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te
dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu
amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos
una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas!
¡Ven, no tardes tanto!
SÉPTIMO
DÍA DE LA NOVENA DE NAVIDAD
1.- Oración para
comenzar
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos
diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho
nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para
nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En
retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo
y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la
verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
2.- Oración para la
familia
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria
porque Tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que
no haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el
perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar
hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y
sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras
vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos
lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos
esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más.
Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos
unidos para siempre en ti. Amén.
3.- Oración a la Virgen
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz
que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor,
nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores
que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
4.- Oración a San José
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú
fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a
los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
5.- Meditación del día
Séptimo día para crecer en GENEROSIDAD.
La generosidad es la capacidad de dar con desinterés, es la virtud en la
cual el amor le gana la carrera al egoísmo.
Es en la entrega generosa de nosotros mismos donde se muestra la profundidad
de un amor que no se agota en las palabras.
Y eso es lo que celebramos en la Navidad: el gesto sin par de un Dios
que se da a sí mismo. Lo destaca San Pablo: “espero que también se distingan en
generosidad... Ya conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo que,
siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su
pobreza”.
Es un pasaje bíblico en que el apóstol invita a los Corintios a
compartir sus bienes con los necesitados. 2Cor 8, 7 – 15.
Sabemos amar cuando sabemos compartir, sabemos amar cuando damos lo
mejor de nosotros mismos en lugar de dar sólo cosas.
Tomemos pues, la mejor decisión: dar cariño, afecto, ternura y perdón;
dar tiempo y dar alegría y esperanza.
Son los aguinaldos que más valen y no cuestan dinero.
Demos amor, como decía San Juan de la Cruz: donde no hay amor pon amor,
y sacarás amor.
6.- Oración al niño
Dios
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la
presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es
certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú,
Divino Niño, eres nuestro Hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos
comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el
odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que
donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas
rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del
dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu
esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del
rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero
manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego
santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor
del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano.
Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de
desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino
hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus
manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te
dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu
amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos
una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas!
¡Ven, no tardes tanto!
OCTAVO
DÍA DE LA NOVENA DE NAVIDAD
1.- Oración para comenzar
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos
diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho
nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para
nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En
retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo
y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la
verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
2.- Oración para la
familia
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria
porque Tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que
no haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el
perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar
hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y
sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras
vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos
lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos
esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más.
Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos
unidos para siempre en ti. Amén.
3.- Oración a la Virgen
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz
que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor,
nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores
que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
4.- Oración a San José
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú
fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a
los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
5.- Meditación del día
Octavo día para afianzar la FE.
Una fe que es firme cuando nace una relación amistosa con el Señor.
Una fe que es auténtica está confirmada con las buenas obras, de modo
que la religión no sea sólo de rezos, ritos y tradiciones.
Necesitamos cultivar la fe con la Biblia, la oración y la práctica
religiosa porque la fe es nuestro mejor apoyo en la crisis.
Necesitamos una fe grande en nosotros mismos, en Dios y en los demás.
Una fe sin vacilaciones como lo quería Jesús: Marcos 11. 23.
Una fe que ilumina el amor con la fuerza de la confianza, ya que “el
amor todo lo cree”. 1Cor 13, 7.
La FE es la fuerza de la vida y sin ella andamos a la deriva. Razón
tenía Publio siro al decir: el que ha perdido la fe, ya no tiene más que
perder.
¡Qué bueno que cuidemos nuestra fe como se cuida un tesoro!
¡Qué bueno que nos puedan saludar como a la Virgen!: “Dichosa tú que has
creído”. Lc 1, 45.
6.- Oración al niño Dios
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la
presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es
certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú,
Divino Niño, eres nuestro Hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos
comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el
odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que
donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas
rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del
dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu
esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del
rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero
manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo.
Ven hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del
campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano.
Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de
desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino
hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus
manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te
dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu
amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos
una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas!
¡Ven, no tardes tanto!
NOVENO
DÍA DE LA NOVENA DE NAVIDAD
1.- Oración para
comenzar
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos
diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho
nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para
nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En
retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo
y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la
verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
2.- Oración para la
familia
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria
porque Tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que
no haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el
perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar
hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y
sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras
vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos
lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos
esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más.
Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos
unidos para siempre en ti. Amén.
3.- Oración a la Virgen
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz
que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor,
nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores
que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
4.- Oración a San José
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú
fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a
los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
5.- Meditación del día
Noveno día para avivar la ESPERANZA y
el AMOR.
El amor y la esperanza siempre van de la mano junto con la fe. Por eso
en su himno al amor nos muestra San Pablo que el amor cree sin límites y espera
sin límites”. 1Cor 13, 7.
Una fe viva, un amor sin límites y una esperanza firme son el incienso,
el oro y la mirra que nos dan ánimo para vivir y coraje para no decaer.
Es gracias al amor que soñamos con altos ideales y es gracias a la
esperanza que los alcanzamos.
El amor y la esperanza son las alas que nos elevan a la grandeza, a
pesar de los obstáculos y los sinsabores.
Si amamos a Dios, nos amamos a nosotros mismos y amamos a los demás,
podemos lograr lo que sugiere San Pedro en su primera carta: “estad siempre
dispuestos a dar razón de vuestra esperanza. Con dulzura, respeto y con una
buena conciencia”. 3, 15 – 16.
Si encendemos la llama de la esperanza y el fuego del amor, su luz
radiante brillará en el nuevo año después de que se apaguen las luces de la
Navidad.
6.- Oración al niño
Dios
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la
presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es
certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú,
Divino Niño, eres nuestro Hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos
comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el
odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que
donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas
rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del
dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu
esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del
rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero
manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego
santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor
del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano.
Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de
desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino
hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus
manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te
dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu
amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos
una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas!
¡Ven, no tardes tanto!
Redacción ACI Prensa
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