El motivo por el que se les denomina de esa forma tiene su origen en el diseño de las monedas puestas en circulación hacia el año 1728, bajo el reinado de Felipe V.
Ordenándose que a partir de aquel momento las monedas de 8 escudos (que eran de oro) serían acuñadas con el escudo real en el reverso y la efigie del monarca en el anverso (hasta entonces en aquellas monedas se había representado una cruz en lugar de la imagen del rey).
Resulta que Felipe V (y su corte) habían adoptado la moda de su Francia natal en la que los integrantes de la Casa Real de Borbón portaban unas grandes y vistosas pelucas, por lo que su efigie en la moneda de 8 escudos aparecía con ella.
Estas monedas acuñadas tanto en el Reino de España así como en las casas de moneda establecidas en los territorios coloniales en América, contenían el busto de perfil del rey portando está peculiar y larga peluca como símbolo de poder y elemento de moda en aquella época algo que provocó que el pueblo llano comenzara a llamar a dichas monedas con el apelativo de "peluconas", palabra que con el transcurrir del tiempo se redujo a "luconas" o simplemente a "luca".
Resulta habitual escuchar que, cuando se requiere hacer una "chanchita" o colecta grupal para realizar una compra, se oiga la pregunta: ¿¡quién pone tres lucas!?, en la actualidad está coloquial expresión convive casi a diario entre la población con su versión diminutiva, ¡Habla, me presta una luquita pal' pasaje!
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