Hablaba conmigo una chica sobre las relaciones sexuales en el noviazgo. Me manifestó su desencanto por la forma de querer de los chicos y por su nula apreciación de los sentimientos. Es probable que lleve razón en bastante de lo que me dijo. No me quiero meter en ello.
Se le veía confusa, sin saber cómo comportarse a la hora de estar con un
chico.
Compórtate cómo eres, le
dije. Se quedó sorprendida, como si hubiera descubierto algo, mucho más
relajada.
Es tal la presión que están sufriendo muchas mujeres por gustar, por ser
atractiva, que su comportamiento tiene, con frecuencia, consecuencias negativas
para ella. Y desde luego, es poco natural.
Van vestidas- la moda es tirana, muchas veces es difícil vestirse de otro
modo- no para gustar, sino para excitar.
Cuando se empieza a ligar se dan cuenta que a los chicos lo que más les
interesa- a primera vista- es lo físico.
Como ven que eso les gusta, siguen por ese camino, porque creen que hay
que excitar más que la de al lado.
De esa manera, muchos noviazgos no son tales. Son solo parejas sexuales.
No se llega a ningún lado. Todo lo que crece solo por los sentidos, decrecerá
por lo mismo. Es la famosa ley de los rendimientos decrecientes. Esa que dicen
que los sentidos decaen.
Esa presión se ve en los medios de comunicación y en las redes de
una manera continuada.
No creo que el objetivo de las mujeres, así en general, sea que cuando un
hombre las vea, le den ganas de meterse en la cama con ellas.
Se está cambiando la belleza, que tiene que ver con la persona no solo
con el cuerpo.
Se está cambiando la belleza, decía, por lo sexy que, fundamentalmente,
solo valora el cuerpo. Parece que la persona no importa.
Cuando esto se da de una manera continuada, el hombre pierde la
capacidad de galanteo, de sentirse atraído por el misterio de la mujer, de
conquista, que tan bonita y necesaria es para el amor.
Lo explicaba muy bien un artículo del Magazine del diario El Mundo del
verano del 2011 que se titulaba Generación XXX. Mostraba con claridad las
carencias para el amor que tenían muchos chicos de las nuevas generaciones y el
desencanto que eso produce en las chicas.
También se veía con claridad el esfuerzo que éstas hacían para
comportarse como chicos y lo que eso les desencantaba. Otra conclusión que se
podía apreciar, era que en el terreno de la zafiedad, especialmente en el campo
sexual, siempre ganaba el hombre.
Yo creo que la personalidad se muestra mucho a la hora de vestir. Ahí
tiene uno que ir a gusto consigo mismo. Cuando se pregunta demasiadas veces, ¿voy bien? Es porque se tiene la sensación de que
no se va bien, y se está forzando la situación de alguna manera.
Pensemos.
Por
cierto, la chica de la que hablamos al principio, terminó la conversación
diciendo que no tendría relaciones sexuales hasta que un chico se comprometiera
de por vida y de verdad, no de boquilla.
P.D.
Prácticamente todo lo escrito lo dijo ella. Yo simplemente lo he
reproducido.
Por Pequeños secretos de la vida en
común
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contreras @jmcontreras.es
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