¡Familia! ¿Quién no ha esperado una llamada con ansias? Quizá la llamada del chico que te gusta para saludarte por tu cumpleaños, o la de papá que pronto volverá a casa luego de un largo viaje, o la del doctor para darte buenas noticias (¡el cáncer se fue!). En fin, todos en algún momento hemos esperado con mucha expectativa recibir una llamada.
Hoy hay mucha gente esperando
recibir una llamada, pero nada más y nada menos que una tuya. ¡Sí, tuya! Te aseguro que hay muchas personas a tu
alrededor que necesitan que alguien las escuche, que alguien
les pregunte cómo están, que alguien consuele sus tristezas, que alguien
celebre sus victorias, que alguien les dé ánimo en medio de la frustración al
pensar que todo se acabó. Y ese alguien, si aceptas, puedes ser tú. Supera el
mensaje y hazte presente.
Hay por lo menos 3
tipos de personas que puede que estén esperando una llamada tuya:
TUS ABUELITOS O
PERSONAS MAYORES
Ellos son los que más miedo
tienen en la pandemia. Saben que son los más vulnerables y por eso, con más
razón, necesitan sentirse acompañados. ¿Cuándo fue
la última vez que llamaste a tus abuelos?, ¿a un tío mayor?, ¿a algún anciano
que conozcas y quieras mucho?
Seamos sinceros, a veces estar
en Tik Tok o ver una serie de Netflix puede ser más entretenido que hablar con
los abuelos, pero te aseguro que para ellos no habrá nada más valioso que
recibir una llamada de sus nietos preguntándoles cómo les va, cómo va la vida,
cómo van los ánimos, cómo van los planes, etc.
TUS AMIGOS
A veces, tus amigos no solo
quieren compartirte memes, también quieren compartirte el corazón y no saben
cómo. Quizá una noche podrías cambiar una partida de «Among Us» por preguntarles
cómo están, cómo se sienten, qué les está ocasionando tristeza, qué les produce
miedo, qué les genera ansiedad, qué les preocupa, etc. Simplemente brindarles
tu compañía más allá de mensajes divertidos
Pareciera que la agenda se
llena cada vez más. Sentimos que tenemos menos tiempo para todo. En esa
saturación de actividades puede que descuidemos a nuestros amigos. En este
tiempo, ahora más que nunca, nos necesitan cerca. Son las buenas
relaciones las que nos llenan el corazón.
PERSONAS QUE
NECESITEN COMPAÑÍA
Están en el trabajo, en tu
familia, en tu universidad, en tu comunidad pastoral. Todos conocemos alguien
que en este momento no la esté pasando bien, que se siente solo. Quizá tiene un
familiar enfermo, quizá lo laboral le va de mal en peor, quizá no tiene tantos
amigos… en fin, tú lo sabes, ¡lánzate!
Estas personas deben tener mil
cosas en la cabeza. No tienes idea de lo feliz que los haría recibir una
llamada tuya preguntándoles cómo se sienten en este momento. ¡Vamos, Iglesia! ¡Vamos a servir! Seamos esos prójimos que salen
al encuentro a tiempo y a destiempo.
¡Ojo! Para hacer estas llamadas
tienes que estar dispuesto a invertir el tiempo que tranquilamente lo podrías
usar para otras cosas muy cómodas. Recuerda que no solo estás regalando lo que
pase en la llamada. También le estás diciendo al otro que hay alguien pensando
en él, y eso lo hará sentirse mucho más valioso.
Si sigues a Jesús de Nazaret,
entonces has apostado por transitar el camino de dar la vida por los hermanos.
El “dar la vida” se puede pensar
apocalípticamente, como si algún día nos llamarán para la guerra y tenemos que
estar dispuestos a morir o algo así. ¡La fe no es
una película de Hollywood! «Dar la vida» es darte, dar gratis tu tiempo,
servir en lo cotidiano.
Uno nunca sabe lo que pueda
estar viviendo la otra persona, y puede que una llamada tuya haga la diferencia
en su vida. Una llamada puede hacer la diferencia, tal vez evitar
tragedias. ¡Ánimo! ¡Dios va contigo!
Escrito por Fernando Merino








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