Rectifica unas declaraciones anteriores equívocas sobre el tema
En una
entrevista concedida hace unos días a un medio riojano, el arzobispo electo de
Zaragoza, Mons. Carlos Escribano, no negó la posibilidad de que las mujeres
puedan ser ordenadas. En otra entrevista al Heraldo de Aragón afirma la
doctrina católica al respecto y niega dicha posibilidad.
(InfoCatólica) Mons. Escribano sabe
rectificar. En la entrevista concedida a La Rioja, respondió de la siguiente manera a estas dos
preguntas:
-FALTAN CURAS EN LOS
PUEBLOS.
-Hay que trabajar en la
pastoral vocacional. Necesitamos comunidades vivas para que haya respuestas a
estos problemas. Pero es una carrera de larga distancia y la realidad social es
muy distinta. De momento en La Rioja puede darse la atención sacerdotal con
cierta solvencia. Hay diócesis que están peor en este sentido. Pero quizás en
un futuro inmediato haya que pensar que las celebraciones no sean solo el
domingo, sino también el sábado por la tarde.
-¿SERÍA UNA SOLUCIÓN
LA INCORPORACIÓN DE LA MUJER AL SACERDOCIO?
-Podría
ser, pero es algo que depende de la Iglesia universal y nosotros debemos
buscar soluciones con los medios que tenemos.
Sin embargo, entrevistado hoy por el Heraldo de
Aragón, responde de forma muy diferente a la misma cuestión:
-PARA ESO HACEN
FALTA SACERDOTES.
Ojalá tuviéramos más. Uno de
los grandes retos de las diócesis es generar comunidades vivas, que es de donde
salen las vocaciones. Es muy importante que los laicos descubran que un día
fueron bautizados y que por ello deben ser evangelizadores, y en ese contexto
es donde pueden surgir vocaciones consagradas a la vida religiosa.
-¿LA SOLUCIÓN SERÍA
INCORPORAR MUJERES AL SACERDOCIO?
Es
una cuestión que en la Iglesia está cerrada. La idea es que sean varones los que accedan al ministerio. Pero
tenemos que trabajar profundamente la vocación sacerdotal, dar un impulso a
nuestra pastoral, algo que no es sencillo y que tiene un gran recorrido.
LA DOCTRINA DE LA IGLESIA SOBRE EL TEMA
San Juan Pablo II, Papa,
dedicó una carta apostólica, Ordinatio
sacerdotalis, a explicar por qué la Iglesia no puede ordenar mujeres
como sacerdotes, poniendo toda su autoridad pontificia para zanjar
definitivamente la cuestión. La carta acaba así:
«Si bien la
doctrina sobre la ordenación sacerdotal, reservada sólo a los hombres, sea
conservada por la Tradición constante y universal de la Iglesia, y sea enseñada
firmemente por el Magisterio en los documentos más recientes, no
obstante, en nuestro tiempo y en diversos lugares se la considera
discutible, o incluso se atribuye un valor meramente disciplinar a la decisión
de la Iglesia de no admitir a las mujeres a tal ordenación.
Por tanto, con
el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que
atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de
confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro
que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación
sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles
de la Iglesia».
La Congregación para
la Doctrina de la Fe respondió a una dubia sobre la naturaleza del
pronunciamiento pontificio, advirtiendo que se trata de una doctrina propuesta
infaliblemente por la Iglesia:
Pregunta: Si la doctrina que debe
mantenerse de manera definitiva, según la cual la Iglesia no tiene facultad de
conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres propuesta en la Carta
Apostólica Ordinatio sacerdotalis, se ha de entender como perteneciente al
depósito de la fe.
Respuesta: Sí. Esta doctrina
exige un asentimiento definitivo, puesto que, basada en la Palabra
de Dios escrita y constantemente conservada y aplicada en la Tradición de la
Iglesia desde el principio, ha sido propuesta
infaliblemente por el Magisterio ordinario y universal (cf. Lumen gentium, 25,2). Por consiguiente, en
las presentes circunstancias, el Sumo Pontífice, al ejercer su ministerio de
confirmar en la fe a sus hermanos (cf. Lc 22,32), ha propuesto la misma
doctrina con una declaración formal, afirmando explícitamente lo que siempre,
en todas partes y por todos los fieles se debe mantener, en cuanto
perteneciente al depósito de la fe.
En el mes de mayo del año 2018, el cardenal Luis Ladaria,
Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, recordó en un artículo
publicado en L´Osservatore Romano el carácter definitivo de la doctrina
católica sobre el sacramento del orden sacerdotal reservado para los hombres.
Escribió entonces el
cardenal español:
La Iglesia siempre se ha
sentido obligada por esta decisión del Señor, que excluye que el sacerdocio
ministerial pueda conferirse válidamente a las mujeres. Juan Pablo II, en
su carta apostólica Ordinatio
sacerdotalis,
publicada el 22 de mayo de 1994, enseñó «con el fin
de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia» y «en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los
hermanos» (cf. Lc 22,32), que «la Iglesia no
tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las
mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los
fieles de la Iglesia».
La Congregación para la
Doctrina de la Fe, en respuesta a una duda sobre la
enseñanza de la Ordinatio sacerdotalis, reiteró que se trata de una doctrina que
pertenece al depósito de la fe.
Desde este punto de
vista, es motivo de grave preocupación que aún se escuchen voces en
algunos países que cuestionan la validez de esta doctrina. Para sostener
que esto no es definitivo, se argumenta que no se ha definido ex cathedra y que
una decisión posterior de un futuro Papa o Concilio podrían, por lo tanto,
revocarla. Sembrar estas dudas causa una gran confusión entre los fieles,
no solo acerca del sacramento del Orden Sagrado como parte de la constitución
divina de la Iglesia, sino también acerca del Magisterio ordinario, que puede enseñar
infaliblemente la doctrina católica.
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