Uno de los santos que destacó por su amor a la creación y cercanía con los animales fue San Francisco de Asís, cuya fiesta se celebra este 4 de octubre. Al igual que él hay otros santos reconocidos en la Iglesia Católica que también demostraron su amor a los animales.
1. SAN FRANCISCO DE ASÍS
En la ciudad italiana de Gubbio, en Umbría, provincia de Perugia, había
un lobo que atemorizaba a la población, ya que devoraba animales y personas.
Frente a ello, San Francisco quiso ayudar y fue hasta el lugar donde se
encontraba la bestia.
Cuando el animal se le acercó, el santo le hizo la señal de la Cruz en
el hocico y le dijo: “¡Ven aquí, hermano lobo! Yo
te mando de parte de Cristo, que no hagas daño ni a mí ni a nadie”.
Entonces el lobo se acercó mansamente y el santo le pidió que no vuelva
a hacer daño a ningún hombre o animal y le prometió que a cambio los habitantes
le darían alimento.
San Francisco
le tendió una mano y el animal puso en ella una de sus patas delanteras a modo
de “acuerdo”. Desde entonces el lobo
recorría la ciudad sin hacer daño a nadie, e incluso la muerte del animal fue
lamentada por el pueblo.
El santo también solía predicar a las aves que se reunían a su
alrededor, y su amor a la naturaleza era tan grande que llegó a componer un
cántico para agradecer y alabar a Dios por toda la creación.
2. SAN PÍO DE
PIETRELCINA
El P. Jean Marie Benjamin es un sacerdote francés que en los años
60 asistió a una Misa celebrada por San Pío de Pietrelcina en San Giovanni
Rotondo, Italia.
Según relató el sacerdote a ACI
Stampa, agencia en italiano del Grupo ACI, en el momento de la Misa
cuando el santo pronunciaba las palabras para consagrar la hostia, los pájaros
que estaban en las ventanas de la iglesia dejaban de cantar.
3. SAN JOSÉ DE
CUPERTINO
Uno de los diversos dones sobrenaturales de San José de
Cupertino , además de la levitación, fue el don de comunicarse
con los animales. Por ejemplo, las ovejas lo escuchaban con atención cuando
rezaba y las golondrinas lo seguían mientras caminaba.
La estadounidense Joan Carroll Cruz, escribió en su libro “Misterios, Maravillas y Milagros en las vidas de los
Santos” la historia de un pájaro que solía acompañar con sus cantos a
las religiosas de Santa Clara en la ciudad de Cupertino.
Según señala Carroll, un día dos novicias comenzaron a pelear y el ave
se puso en medio. Frente al inesperado suceso, una de ellas lo atacó y el
pájaro se alejó. Entonces, las religiosas le pidieron al santo que lo llamara
de vuelta y el ave regresó.
En otra ocasión, el pájaro ingresó al área del coro y dejó que las
religiosas lo acariciaran. De pronto, una de ellas le ató una campanita en la
pata y el pájaro huyó. Al ver que no regresaba, las monjas volvieron a recurrir
a San José de Cupertino.
El santo respondió al llamado y dijo que había enviado al ave para que
cantara con ellas y no para que toque una campana; y luego, le pidió al
pajarito que regresara y este se quedó con las monjas.
4. DON BOSCO
En 1883, mientras caminaba por la ciudad italiana de Turín, San Juan
Bosco notó que un perro grande lo seguía. A continuación, el
santo se acercó al animal para acariciarlo y debido a su color gris, lo llamó “Grigio”.
Desde entonces, el perro lo seguía cuando caminaba solo en las noches.
En una ocasión, un hombre le disparó Don Bosco y Grigio apareció inmediatamente
para defenderlo, y en otro momento, el perro atacó a un bandido que había
atacado al santo por la espalda y le había colocado una bolsa sobre la cabeza.
Otro día, un desconocido quiso herir a San Juan Bosco con una estaca,
pero él se defendió. Frente a su respuesta, el delincuente llamó a gritos a sus
cómplices y de pronto apareció Grigio y comenzó a ladrarle.
Entonces, el hombre le pidió al santo que tranquilizara al perro y Don
Bosco accedió a su pedido con la condición de que ni él ni sus compañeros
volvieran a atacarlo.
5. SAN ANTONIO MARÍA
CLARET
San Antonio
María Claret, fundador de la orden de los Misioneros Claretianos,
narró en su autobiografía que cuando oía el canto de las aves durante sus
viajes, se acercaba a estos pájaros y “les hablaba
del cántico eterno y nuevo del cielo”.
Por su parte, la autora Joan Carroll Cruz también cuenta en su
libro “Misterios, Maravillas y Milagros en las
vidas de los Santos” que durante el funeral de San Antonio María
Claret, apareció un pájaro y comenzó a cantar las melodías de los salmos que
entonaban los asistentes.
6. SAN FRANCISCO JAVIER
En una de las paredes de la basílica dedicada a San Francisco
Javier en Navarra, España, está plasmado un suceso curioso que vivió
el santo durante uno de sus viajes.
Un día mientras navegaba rumbo a las islas Molucas, en Indonesia, se
desató una tormenta y lanzó su crucifijo al mar para calmar las aguas.
Cuando llegó a la playa, se sorprendió al ver a un cangrejo que sostenía
entre sus pinzas el crucifijo.
POR MARÍA XIMENA
RONDÓN | ACI Prensa
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