EL PAPA FRANCISCO EN SU AUDIENCIA DE MIÉRCOLES EN EL AULA PABLO VI HABLÓ SOBRE EL PROFETA ELÍAS Y SU EJEMPLO
"Los creyentes actúan en el mundo después de estar primero
en silencio y haber rezado; de lo contrario su acción es impulsiva, carece de
discernimiento, es una
carrera frenética sin meta", ha
predicado este miércoles el Papa Francisco en su audiencia pública.
El modelo
que ha propuesto es el profeta Elías, un hombre a la vez contemplativo y
activo, de gran rectitud, insobornable, que atraviesa momentos de alegría pero
también persecuciones y gran pobreza.
El Papa
este miércoles ha retomado en su audiencia pública el tema de la oración. Las
dos últimas audiencias habló más bien de la espiritualidad en la pandemia y el
cuidado de la creación. Ha recibido a los fieles en el Aula Pablo VI de la
Ciudad del Vaticano, resguardándolos del frío otoñal.
ELÍAS,
MÁS ALLÁ DE SU ÉPOCA
Elías
aparece junto a Jesús y Moisés, en el momento de la Transfiguración y Jesús “se refiere a su figura para acreditar el testimonio de
Juan Bautista”. Es una figura importante para Jesús y los primeros
cristianos.
El papa
destacó que en el Antiguo Testamento “Elías aparece
de repente”, y “de forma misteriosa,
procedente de un pequeño pueblo completamente marginal”, después de lo
cual “saldrá de escena, bajo los ojos del discípulo
Eliseo, en un carro de fuego que lo sube al cielo”.
Elías es “como un hombre de fe cristalina”, que durante
toda su vida fue recto e incapaz de acuerdos mezquinos. Es también ejemplo "de todas las personas de fe que conocen tentaciones
y sufrimientos, pero no fallan al ideal por el que nacieron".
“La oración es la savia que alimenta constantemente su existencia. Por
esto es uno de los personajes más queridos por la tradición monástica, tanto
que algunos lo han elegido padre espiritual de la vida consagrada a Dios",
explicó el Papa, refiriéndose
-sin mencionarlos- a los religiosos de la familia carmelita.
MOMENTOS
DE ENTUSIASMO, Y MOMENTOS DE DOLOR
"Elías es el hombre de Dios, que se erige como defensor del primado
del Altísimo. Sin embargo, él también se ve obligado a lidiar con sus propias
fragilidades”
Por otra
parte, el Santo Padre dijo que en la oración siempre se suceden momentos de
entusiasmo y otros de dolor. Esta realidad de que la oración es así y se
encuentra en muchas otras vocaciones bíblicas, al igual que en el Nuevo
Testamento.
Elías es
el hombre de vida contemplativa y, al mismo tiempo, de vida activa,
preocupado por los acontecimientos de su época, capaz de arremeter contra el rey y
la reina, después de que habían hecho asesinar a Nabot para apoderarse de su
viña. Y manifestó la necesidad de cristianos con celo que actúen con el valor
de Elías ante los líderes.
“Así – dijo el
Papa – nos muestra que no debe existir dicotomía en
la vida de quien reza: se está delante del Señor y se va al encuentro de los
hermanos a los que Él envía. La prueba de la oración es el amor concreto por el
prójimo. Y viceversa: los creyentes actúan en el mundo después de
estar primero en silencio y
haber rezado; de lo contrario su acción es impulsiva, carece de discernimiento, es una carrera frenética sin meta”.
“La oración no es estar ante el Señor para maquillarse el alma, sino
para servir a los hermanos”
FUE CRECIENDO EN INTIMIDAD CON DIOS
Francisco
explicó que las páginas de la Biblia dejan suponer que también la fe de Elías
conoció un progreso y fue creciendo en la oración, refinándola poco a poco. De
este modo el rostro de Dios se fue haciendo más nítido para él durante su
camino. “Hasta alcanzar su culmen en esa
experiencia extraordinaria, cuando Dios se manifiesta a Elías en el monte
Horeb”.
“Se manifiesta no en la tormenta impetuosa, no en el terremoto o en el
fuego devorador, sino en el `susurro de una brisa suave’. O con una traducción
mejor `en un hilo de silencio sonoro’”
En su
resumen en español, Francisco reafirmó que Elías era un contemplativo, pero sin
desentenderse de las situaciones concretas de su tiempo. Él nos enseña que en
la vida de oración no puede existir separación: el
fruto de la intimidad con el Señor en la oración no puede ser otro que el amor
concreto a los hermanos y hermanas, a los que Jesús nos envía”.
LA
ORACIÓN Y LA CARIDAD VAN DE LA MANO
“La vivencia de Elías – dijo el
Papa – nos revela que la oración pasa por un camino de crecimiento, que a él lo
condujo a la experiencia de un encuentro personal con Dios, que se le manifestó
en el signo humilde del ‘murmullo de una brisa suave’, y le devolvió la
calma y la paz a su corazón cansado”.
“Esta es la historia de Elías, pero parece escrita para todos nosotros.
Algunas noches podremos sentirnos inútiles y solos. Es entonces cuando la
oración vendrá y llamará a la puerta de nuestro corazón”
COMENTARIOS
EN DISTINTOS IDIOMAS
A los
fieles de lengua árabe el Santo Padre les indicó la importancia de rezar el
Rosario, arma que protege. A los polacos Francisco les recordó que Elías
también fue un profeta fugitivo que había perdido la paz. Sin embargo, “Dios viene al encuentro de un hombre cansado, un hombre
que pensaba haber fracasado en todos los frentes”. Refiriéndose a la celebración
de Nuestra Señora del Rosario, les habló de la importancia de rezar el rosario
destacando, además, los misterios luminosos que añadió a esta
oración su compatriota, San Juan Pablo II.
INTERCESIÓN
DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
Al
finalizar el encuentro, el Papa pidió que “por
intercesión de Nuestra Señora del Rosario, el Señor nos conceda crecer en nuestro
camino de oración, para vivir en intimidad con Él, y haga que, en medio de este
tiempo de pandemia, nuestra vida sea un servicio amoroso a todos nuestros
hermanos y hermanas, en especial a quienes se sienten abandonados y
desprotegidos”
La
Audiencia general concluyó con el rezo del Padrenuestro y la Bendición
Apostólica del Santo Padre, tras haber saludado a los fieles italianos,
recordando a los jóvenes, enfermos, ancianos y recién casados.
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