EN LA MAYORÍA DE LOS CASOS NO NECESITAN
UN EXORCISMO SINO OTRO ACOMPAÑAMIENTO.
Los datos de diócesis de todo el mundo evidencian
el aumento de las personas que acuden a los exorcistas a pedir ayuda.
La Diócesis
estadounidense de Charleston, situada en Carolina del
Sur, tiene casi 5 millones de habitantes aunque los
católicos apenas superan el 4% del total,
no llegando a los 200.000. Sin embargo, al igual que está pasando en otros
muchos lugares del mundo occidental cada año está aumentando considerablemente
el número de personas que pide la ayuda de los exorcistas creyendo que sufren
algún tipo de posesión o influencia demoníaca.
Al igual
que la influencia del demonio es mayor debido a los numerosos peligros en los
que está cayendo el hombre, también es cierto que el exorcista
diocesano y los sacerdotes reconocen que muchos más llegan con grandes heridas
que necesitan otro tipo de ayuda espiritual, pero también de especialistas médicos debido a la
influencia masiva de la pornografía, otras muchas nuevas adicciones y otras
como el alcohol y las drogas.
UN
EJEMPLO DE LO QUE TAMBIÉN HACE UN EXORCISTA
Sobre
esto habla el padre Allam Marredy,
exorcista diocesano de Charleston, en Post and Courier,
poniendo como ejemplo el caso de una mujer que le visitó a su oficina. Había sido abusada sexualmente cuando era niña, debido a ese trauma acabó
tomando drogas siendo adulta y relacionándose con malas compañías. No tenía paz interior y no podía
ni comer por lo que acabó yendo al exorcista creyendo estar poseída.
Este
sacerdote le negó el exorcismo, pero en cambió la acogió con
ternura, rezó con ella y la ayudó a darse cuenta de que Dios sí estaba presente
en su vida, y la
acabó dirigiendo a terapeutas especializados para que pudiera recibir un
tratamiento médico adecuado.
El
padre Marredy va a cumplir seis años como exorcista de la diócesis de
Charleston
Ahora
ella está debidamente medicada y atendida, su salud ha mejorado
considerablemente, y tiene una vida de oración constante y un trabajo estable. Esta es también la misión a la
que están llamados los exorcistas de hoy.
“Tienes la capacidad. Si quieres que tu vida cambie, lo obtendrás.
Literalmente, ella lo ha hecho”, asegura
este sacerdote.
AUMENTO
DE LAS PETICIONES DE AYUDA
Este
exorcista de Charleston asegura que desde que lleva ejerciendo en esta pequeña
diócesis de Carolina del Sur cuando fue nombrado en 2013 ha visto como han ido
creciendo las solicitudes de exorcismos. De las 10 que recibió el primer
año a las 48 que tuvo este pasado año.
Sin
embargo, debido a que no haya muchos católicos en la diócesis o estén muy
dispersos, que la figura del exorcista sea reciente allí o que haya en EEUU
otros sacerdotes con este ministerio más conocido, hace
que esta cifra sea inferior a lo que ocurre en otras muchas diócesis del país.
Hay
diócesis que tienen tal número de solicitudes y trabajo que tienen varios
exorcistas y aún así necesitarían más. Las hay que tiene más de 1.000
al año, o como el conocido exorcista Vincent Lampert, que llega a recibir
al año hasta 1.700 solicitudes.
Este
aumento de peticiones y de la necesidad de ayuda que muchas personas demandan
ha llevado a la propia diócesis de Charleston a realizar cursos especializados
sobre exorcismos para el clero diocesano, mientras prepara a más
sacerdotes para este ministerio tan específico.
UN
GIRO DE LA SOCIEDAD HACIA EL MAL
¿Por qué hay más personas buscando ayuda ante los posibles ataques de
Satanás? Según los
responsables diocesanos es el resultado del giro de la
sociedad hacia el mal con el auge de la pornografía, las drogas u otro tipo de
adicciones. Y además
son muchos, cada vez más, los que viven sin la referencia de Dios, sin fe, sin
la Iglesia y en muchos casos sin esperanza.
“A medida que nuestra sociedad comienza a entrar en áreas de oscuridad, eso
tiene consecuencias espirituales”, asegura el padre Jeff Kirby, sacerdote experto en
Teología Moral de la Diócesis de Charleston.
Tanto él
como otros sacerdotes advierten que este giro se empezó a dar a mediados del
siglo XX cuando algunos, también en el seno de la Iglesia, comenzaron a ver lo
sobrenatural como algo medieval o supersticioso. Y esto abrió más tarde el
camino a un aumento de la curiosidad por temas espirituales
peligrosos como la brujería, el tarot o la ouija.
ORAR
CON LOS QUE SUFREN
Sin
embargo, el exorcista Allam insiste en que la gran mayoría de las personas no
presentan síntomas de posesión. Afirma que en
sus cinco años en este ministerio sólo ha tenido un caso puro de posesión
demoníaca.
La
mayoría de las veces, esta personas traen grandes sufrimientos pero
generalmente por algún tipo de problema psicológico, mental o físico. En estos
casos, el exorcista debe ser paciente, comprensivo y orar
con la persona, ayudarla y derivarla a los expertos que sí podrán intentar
solventar las causas de sus males.
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