lunes, 2 de marzo de 2020

ORACIÓN QUE CIERRA LAS PUERTAS DEL INFIERNO EL DIA DE TU NUESTRA MUERTE PARA TODOS LOS VIERNES DEL AÑO.


Nota: (esta Oración no exime los sacramentos y una vida de gracia )
Esta noche tuve un sueño. Que en aquel monte calvario tres cruces yo vi clavar. Y en la más alta de ella yo te vi crucificar Esa Divina Frente yo te vi sangrar Esa Divina Espalda yo ti vi azotar Esas Divinas Manos yo te vi clavar.
Esos Divinos Pies yo te vi clavar. Ese Divino Pecho yo te vi sangrar Esa Divina Boca yo te vi destemplar con hiel y vinagre. Si Madre todo lo que he dicho es pura verdad.
Quien esta oración rezare todos los viernes del año Indulgencias ganara. Como hierbas tiene el campo Como arenas tiene el mar Como estrellas tiene el cielo. A la hora de la muerte el demonio no sabrá. Las puertas del infierno cerradas las hallará
y las del paraíso abiertas para entrar en la gloria.
Tres horas antes de que muera vera a la virgen sentada en tu cabecera para que en sus brazos muera si el que sabe esta oración no la reza y el que la oye no la aprende El día del juicio sabrá lo que esta oración contiene. Amen
Rezar 1 Padre Nuestro 1 Ave María y 1 Gloria
* Llevar una vida cristiana.
* Practicar las obras de misericordia tanto espiritual como corporal.
* Repetir con frecuencia la jaculatoria: "Jesús, en ti confío".
Oración:
Este noche tuve un sueño, que en el monte calvario tres cruces yo vi levantar, y en la de en medio, yo te vi crucificar. En tu Divina fuente, te Vi sangrar. En tu Divina Espalda, te Vi azotar. En Tus Divinas Manos, te Vi clavar. Igual que en tus Divinos pies. Tu Divino Pecho, lo ví abierto por una lanza. Tu Divina Boca tuvo la amargura de la hiel y el vinagre. Sí madre, a todo esto tú estuviste presente. Y una espada de dolor traspasó tu corazón. Quien rezare esta oración, encontrará a la hora de su muerte cerradas las puertas del infierno, y las del paraíso abiertas para entrar en la gloria. Y en ese momento supremo de su vida, nuestra madre la Santísima Virgen María, lo recibirá para llevarlo a la vida eterna con su hijo Jesucristo.
Del libro: La Pieta.

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