En mi diócesis no
hay MUSULMANES, PERO SE ESTÁN CONSTRUYENDO MUCHAS MEZQUITAS
Mons. Georges Varkey
Puthiyakulangara, Obispo de Port-Bergé, en el norte de Madagascar, habla con
Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) sobre los desafíos que afronta la Iglesia
en el país, entre los cuales se encuentran tanto la creciente islamización de la
isla como la fuerte influencia de la brujería.
(ACN/InfoCatólica)
Entrevista
al obispo de Port-Begrgé:
¿ESTÁN LOS
CRISTIANOS, MAYORITARIOS EN EL PAÍS, PRESENTES EN TODA LA ISLA?
Su presencia varía mucho según
las diócesis. El catolicismo está muy
presente en la región de la meseta, evangelizada hace 160 años, pero en mi diócesis no es así: de los 800.000 habitantes, solo entre 25.000
y 30.000 son católicos y
luego hay unos pocos creyentes de otras confesiones. El 95% de la
población es lo que llaman animista.
¿LA POBLACIÓN SIGUE
ESTANDO FUERTEMENTE VINCULADA A LA BRUJERÍA?
¡Sí,
mucho! Debido a las creencias en la brujería, se me prohíbe incluso entrar en
ciertos pueblos. Así, por ejemplo, en mi
diócesis, una mujer fue a impartir el Catecismo a un pueblo al que no puedo
acudir, y su casa fue incendiada dos veces. Tuvo que mudarse. La brujería está todavía muy presente en los pueblos de la selva; por
falta de educación, la gente no conoce otras cosas.
¿CÓMO SON LAS
RELACIONES CON EL ISLAM?
Antes las relaciones con los
musulmanes eran buenas, pero desde hace algún tiempo están surgiendo islamistas y nos enfrentamos a la islamización del país. El número de musulmanes
está aumentando fuertemente: antes solo había comoranos, paquistaníes y unos
pocos malgaches musulmanes, pero ahora los islamistas están llegando del
extranjero, no sabemos cómo, y también hay reclutamientos en el país. Se están construyendo mezquitas por todas partes, y hay un acuerdo con el
Gobierno para construir 2.400.
En mi diócesis, por ejemplo,
no hay musulmanes, pero se están construyendo muchas mezquitas. También vienen
a convertir a la gente, abren escuelas coránicas y dan becas a los niños que
acuden a ellas. También hemos sabido que en las universidades, a las jóvenes
(no musulmanas) se les paga tres euros al día por llevar el burka. ¡Se aprovechan de la pobreza del pueblo, especialmente de los estudiantes
que necesitan dinero! Aquí, el 85% de la población vive por debajo del umbral
de pobreza.
¿CUÁL ES EL MAYOR
DESAFÍO PARA LA IGLESIA EN MADAGASCAR HOY EN DÍA?
Uno de los retos más
importantes para nosotros es la educación. En
mi diócesis, alrededor del 70% de los jóvenes son analfabetos porque no hay escuelas
cercanas y no hay suficientes medios de transporte y de comunicación. Intento que vengan comunidades
religiosas, pero es difícil. El 53% de la población tiene menos de 18 años.
Nosotros queremos educar a los jóvenes para devolverles su dignidad, para
ayudarles a encontrar trabajo, para educar mejor a sus hijos, para hablarles de
Dios, para ayudarles en su vocación… Pero es difícil encontrar profesores
dispuestos a ir a zonas aisladas.
¿ES CIERTO QUE EN EL
PAÍS TAMBIÉN SE REGISTRA A UNA FUERTE CORRUPCIÓN?
Sí, la corrupción es terrible.
El Gobierno está poniendo en marcha planes para combatirla, pero es difícil
porque está muy arraigada…
Por otra parte intentamos
luchar contra la «justicia popular», a saber,
que la gente se tome la justicia por su mano. Dada la pobreza existente (que
disminuye en las grandes ciudades, pero aumenta en los pueblos), a veces, por el simple robo de una gallina, el ladrón es
juzgado por la gente del pueblo y luego se encuentra su cadáver. Trabajamos
mucho desde la Iglesia para educar a la gente, a través de nuestras homilías,
la enseñanza del Catecismo y también a través de las Comisiones de Justicia y
Paz, presentes en todas las diócesis. Tratamos de estar lo más cerca
posible del pueblo malgache, sea cual sea su religión o sus creencias, para
ayudarles e infundirles esperanza para luchar contra la corrupción.
MADAGASCAR TIENE
PREVISTO PLANTAR 100 MILLONES DE ÁRBOLES PARA LUCHAR CONTRA LOS DESASTRES
NATURALES.
Sí, porque en Madagascar nos
enfrentamos a dos extremos: las inundaciones en el norte (en mi diócesis,
recientemente, debido a ellas, 1.600 casas resultaron dañadas) y las sequías en
el sur. La Iglesia y el Gobierno están animando a la gente a plantar árboles
para luchar contra la deforestación. Por ejemplo, en el terreno que fue donado
para albergar la gran Misa con el Papa en septiembre pasado, se plantará un
vivero. Yo animo a los malgaches a plantar árboles frutales,
pero también arroz, mandioca, etc., para que puedan alimentarse.
¿SUSCITÓ ESPERANZA
LA LLEGADA DEL PAPA FRANCISCO EN SEPTIEMBRE PASADO?
La
llegada del Papa fue realmente una bendición para todo el país. Todas las
confesiones acudieron para escucharlo, incluso los que criticaban a la Iglesia. Hubo más de un millón de
personas en la Misa. Todo el mundo olvidó sus problemas para aprovechar su
presencia, realmente vieron en él a un hombre de Dios, atento a todos. Su
llegada dejó una impronta duradera en los corazones.
¿TIENE USTED UN
MENSAJE PARA LOS BENEFACTORES DE AYUDA A LA IGLESIA NECESITADA?
Sí, que les agradezco su
ayuda. Gracias a ACN, hemos podido construir una
capilla en la prisión donde yo era capellán, así
como una sala donde hemos podido instalar una biblioteca, impartir el Catecismo
y luchar contra el analfabetismo. Esto ha infundido esperanza en los
prisioneros, que han podido ver así el rostro misericordioso de la Iglesia, que
está ahí para ayudarlos y mejorar así sus condiciones de vida.
También les pido que recen por
mi diócesis, pues esta abarca más de 33.000 km2 y sólo tengo 33 sacerdotes: realmente necesito vocaciones, misioneros para
evangelizar y anunciar la Buena Nueva. Afrontamos muchos
desafíos, pero Dios y la Virgen María nos infunden valor para seguir adelante.
Llevamos nuestra cruz, pero seguimos confiando en Dios. Y también rezamos por
todos nuestros benefactores.








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