Condado
de Orange, California
Uno de los
consejos ofrecidos por los padres educadores es no intentar imitar el aula de
clases en casa. En su lugar, el aprendizaje es más fácil si se incorpora en las
actividades del hogar.
(Gaudium
Press) El aislamiento preventivo para evitar el contagio de coronavirus puede
transformarse en una oportunidad única para compartir más tiempo con los hijos, enseñar habilidades y
crear memorias que serán atesoradas toda la vida.
Este es el mensaje de varias familias
católicas que practican homeschooling (aprendizaje en casa) en reemplazo de la
educación en escuelas o colegios. Estos padres de familia no sólo están
acostumbrados a tener los hijos en casa sino que han desarrollado programas y herramientas para
hacer de esta opción una alternativa atractiva para otras familias.
«Hay que ver
esto como una bendición del don del tiempo y la oportunidad para (los
padres) de reclamar la responsabilidad como educadores primarios de sus hijos»,
afirmó Aimee Murphy, miembro de la organización Holy Family Catholic
Homeschoolers en el Condado de Orange, California a Catholic News
Service. Esta educación es muy gratificante, pero requiere paciencia
y perseverancia, por lo que recordaron a los padres “pedir la gracia de Dios que necesitas para continuar”».
Uno de los consejos ofrecidos
por los padres educadores es no intentar imitar el aula de clases en casa. En su lugar, el
aprendizaje es más fácil si se incorpora en las actividades del hogar. Una
lección sobre fracciones puede ser impartida en la cocina mientras se prepara
una receta, mientras que una clase de biología puede ser dada en el jardín o en
un parque, observando la naturaleza.
Las familias destacaron varias
oportunidades únicas que facilita la educación en casa. La primera de ellas es la oración y formación en la fe, las cuales suelen ser excluidas por completo en
la educación estatal. Los días pueden comenzar con una oración, y se pueden
tener descansos de oración en varios momentos del día. La segunda oportunidad
es establecer una rutina, lo que ofrece una guía para los niños. «Pero también sé flexible», recomendó Murphy. «Es una curva de aprendizaje para ti y para
ellos».
Un tercer consejo es tener
tiempos de lectura familiar, que
pueden ser seguidos por el comentario sobre lo que se leyó y la comprensión del
mensaje que el autor transmitía. También se recomienda tener experiencias, como
admirar o crear obras de arte, así como escribir historias o
representaciones, o investigaciones sobre temas de interés en niños más
mayores. Los niños pueden participar en las tareas del hogar, aprender nuevos
pasatiempos o, en la medida de lo posible, salir al aire libre y tener contacto
con la naturaleza.
«Recuerdo que
cuando comencé a impartir clases en casa, sentí que estaba saltando de un
puente. Puede ser muy intimidante», afirmó Patrice Fagnant-MacArthur, autora y
bloguera de Today's Catholic Homeschooling. «No es tan malo. Animo a todos a tomar una respiración
profunda colectiva. Van a estar bien».
Con
información de Crux.
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