El Papa Francisco explicó, durante la Misa
celebrada este lunes 23 de marzo en Casa Santa Marta, cuáles son los tres
elementos que debe tener una oración para que sea efectiva: fe, perseverancia y
valentía.
En primer lugar, la fe. El Santo Padre explicó que muchas veces la
oración se limita a la repetición mecánica de unas palabras, pero esa oración “no viene de la fe, del corazón. O es una fe débil”.
“La fe en la oración. Rezar con fe, tanto cuando
rezamos fuera, como cuando venimos aquí (a la capilla), y el Señor está ahí (en
el Sagrario). ¿Tengo fe o es sólo un hábito? Estemos atentos en la oración,
caer en la costumbre sin la conciencia de que está el Señor, que estoy hablando
con el Señor, y que Él es capaz de resolver el problema. La primera condición
para una oración verdadera es la fe”.
La segunda condición es la perseverancia. “Algunos
piden y luego, como no viene la gracia… No tienen esa perseverancia, porque, en
el fondo, no tienen necesidad, o no tienen fe. Y Jesús mismo nos enseña la
parábola de aquel señor que va junto al vecino a pedir pan por la noche. La
perseverancia al llamar a la puerta. O la viuda con el juez injusto: insiste,
insiste, insiste. Perseverancia”.
El Papa explicó que “fe y perseverancia van
juntos. Porque si tienes fe, tú estás seguro de que el Señor te dará aquello
que pides. Y si el Señor te hace esperar: llama, llama, llama. Al final el
Señor da la gracia. Pero esto el Señor no lo hace para hacerse el interesante o
porque diga que mejor esperemos. No. Lo hace por nuestro bien, para que nos
tomemos las cosas en serio. Tomarnos en serio la oración. No como papagayos:
bla, bla, bla y nada más”.
“El mismo Jesús nos reprende: ‘No seáis como los
paganos que creen en la eficacia de la oración y en las palabras, en muchas
palabras’. No. La perseverancia y la fe”.
La tercera cosa que Dios quiere en la oración es la valentía. “Alguno puede pensar: pero, ¿hace falta valentía para
rezar? Para estar delante del Señor, hace falta. La valentía de estar ahí,
pidiendo, y avanzando, incluso casi, casi, no quiero decir una herejía, como
amenazando al Señor”.
Esa es la misma valentía que mostró Moisés “cuando
Dios quería destruir el pueblo y a él hacerlo jefe de otro pueblo. No: ‘Yo con
el pueblo’. Valentía. La valentía de Abraham, cuando negocia la salvación de
Sodoma. Y si fuesen 30, si fuesen 25, si fuesen 20… Ahí, valentía”.
“Esta virtud de la valentía es muy necesaria”, subrayó el Pontífice. “No sólo para las
acciones apostólicas, también para la oración”.
“Fe, perseverancia y valentía. En estos días que es
necesario rezar cada vez más, pensemos si nosotros rezamos así: con fe de que
el Señor puede intervenir, con perseverancia y con valentía. El Señor no
decepciona, nos hace esperar, se toma su tiempo, pero no decepciona. Fe,
perseverancia y valentía”, concluyó el Papa Francisco.
Redacción ACI Prensa
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