El Vaticano difundió este jueves 5 de marzo el
mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de 2020, que se celebrará
a nivel diocesano el Domingo de Ramos 5 de abril.
El mensaje, que lleva por título “Joven, a
ti te digo, ¡levántate!”, subraya la importancia de la movilización de
los jóvenes para lograr un mundo caracterizado por la misericordia y renueva el
pedido del Santo Padre a la juventud: “¡Hagan
lío!”.
En su mensaje, el Pontífice explicó el motivo por el que eligió Lisboa,
capital de Portugal, para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud de 2022.
Francisco explicó que una de las características de la juventud es su
predisposición a aceptar desafíos, “a comenzar de
nuevo”.
“Os gusta viajar, confrontaros con lugares y
rostros jamás vistos antes, vivir experiencias nuevas”, señaló. Por eso, Lisboa es una ciudad que se puede identificar con esos
ideales de la juventud, porque “desde allí, en los
siglos XV y XVI, numerosos jóvenes, muchos de ellos misioneros, partieron hacia
tierras desconocidas, para compartir también su experiencia de Jesús con otros
pueblos y naciones”.
El Papa reflexionó sobre el verbo levantarse, que ocupa un lugar central
en el lema de la Jornada de este año, pero también del lema de la JMJ de
Lisboa: “María se levantó y partió sin demora”,
del Evangelio de San Lucas.
Recordó que el lema “Joven, a ti te digo,
¡levántate!” procede del episodio evangélico de la resurrección de un
joven en la ciudad galilea de Naín.
Jesús se apiadó de la madre de aquel joven al ver el cortejo fúnebre,
explicó el Santo Padre. “Su mirada provocó el
encuentro, fuente de vida nueva. No hubo necesidad de muchas palabras”.
Por eso el Papa invitó a los cristianos a preguntarse: “Mi mirada, ¿cómo es? ¿Miro con ojos atentos, o lo hago
como cuando doy un vistazo rápido a las miles de fotos de mi celular o de los
perfiles sociales?”.
En ese sentido, lamentó que con demasiada frecuencia en el mundo de hoy
se puede encontrar a jóvenes, a uno de veinte años,
“arrastrando su vida por el suelo, sin estar a la altura de la propia dignidad.
Todo se reduce a un ‘dejar pasar la vida’ buscando alguna gratificación: un
poco de diversión, algunas migajas de atención y de afecto por parte de los
demás…”.
“Hay también un difuso narcisismo digital, que
influye tanto en los jóvenes como en los adultos. Muchos viven así. Algunos de
ellos puede que hayan respirado a su alrededor el materialismo de quien sólo
piensa en hacer dinero y alcanzar una posición, casi como si fuesen las únicas
metas de la vida. Con el tiempo aparecerá inevitablemente un sordo malestar,
una apatía, un aburrimiento de la vida cada vez más angustioso”.
Tras ser testigo del cortejo fúnebre del joven, Jesús sintió compasión. “La conmoción de Jesús lo hace partícipe de la realidad
del otro. Toma sobre sí la miseria del otro. El dolor de esa madre se convierte
en su dolor. La muerte de ese hijo se convierte en su muerte”, destacó
Francisco.
El Papa destacó la compasión de los jóvenes en la sociedad de hoy: “Es suficiente ver cuántos de vosotros se entregan con
generosidad cuando las circunstancias lo exigen. No hay desastre, terremoto, aluvión
que no vea ejércitos de jóvenes voluntarios disponibles para echar una mano.
También la gran movilización de jóvenes que quieren defender la creación
testimonia vuestra capacidad para oír el grito de la tierra”.
Además, pidió a los jóvenes que no se dejen “robar
esa sensibilidad”. “Si sabéis llorar con quien llora, seréis verdaderamente
felices”.
Jesús detuvo el cortejo fúnebre, se acercó y tocó al joven infundiendo “el Espíritu Santo en el cuerpo muerto del muchacho y
reaviva de nuevo sus funciones vitales”.
“Ese toque penetra en la realidad del desánimo y de
la desesperación. Es el toque de la divinidad, que pasa también a través del
auténtico amor humano y abre espacios impensables de libertad, dignidad,
esperanza, vida nueva y plena. La eficacia de este gesto de Jesús es
incalculable. Esto nos recuerda que también un signo de cercanía, sencillo pero
concreto, puede suscitar fuerzas de resurrección”.
El Pontífice recordó a los jóvenes que “también
vosotros podéis acercaros a las realidades de dolor y de muerte que encontráis,
podéis tocarlas y generar vida como Jesús. Esto es posible, gracias al Espíritu
Santo, si vosotros antes habéis sido tocados por su amor, si vuestro corazón ha
sido enternecido por la experiencia de su bondad hacia vosotros”.
El Papa también hizo una interesante reflexión sobre lo que hace el
joven nada más volver a la vida de la mano de Jesús: Empezó
a hablar.
“La primera reacción de una persona que ha sido
tocada y restituida a la vida por Cristo es expresarse, manifestar sin miedo y
sin complejos lo que tiene dentro, su personalidad, sus deseos, sus
necesidades, sus sueños”.
Explicó que “hablar significa también entrar
en relación con los demás. Cuando estamos ‘muertos’ nos encerramos en nosotros
mismos, las relaciones se interrumpen, o se convierten en superficiales,
falsas, hipócritas. Cuando Jesús vuelve a darnos vida, nos ‘restituye’ a los
demás”.
El Papa Francisco finalizó su mensaje invitando a los jóvenes a
responder a una pregunta. “Queridos jóvenes:
¿Cuáles son vuestras pasiones y vuestros sueños? Hacedlos surgir y, a través de
ellos, proponed al mundo, a la Iglesia, a los otros jóvenes, algo hermoso en el
campo espiritual, artístico, social. Os lo repito en mi lengua materna: ¡hagan
lío! Haced escuchar vuestra voz”.
Redacción ACI Prensa








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