Una periodista política del medio estadounidense
National Review Institute escribió un artículo sobre cómo la industria
pornográfica se aprovecha de la pandemia mundial del coronavirus y el
aislamiento social para captar más usuarios, e incluso, provocar la recaída de
personas que luchan contra la adicción a la pornografía.
El Catecismo de la Iglesia Católica señala que la pornografía “atenta gravemente a la dignidad de quienes se dedican a
ella (actores, comerciantes, público), pues cada uno viene a ser para otro
objeto de un placer rudimentario y de una ganancia ilícita. Es una falta grave,
Las autoridades civiles deben impedir la producción y la distribución de
material pornográfico”.
Madeleine Kearns explica en su artículo “Big Porn Seeks
to Capitalize on the Pandemic”,
publicado el martes 24 de marzo, que en medio de la pandemia mundial “muchos están atrapados en el autoaislamiento,
enfrentando el estrés del desempleo y la incertidumbre indefinida”, y
también es el momento en que “muchos hombres se
preguntarán si eligieron la semana equivocada para dejar la pornografía”.
Kearns informó que el 13 de marzo el mayor proveedor de pornografía en
Internet, Pornhub, ha visto en su sitio “un aumento
constante en los espectadores de toda Europa, Canadá y Estados Unidos”, luego
de anunciar que proporcionaría a los usuarios en Italia acceso gratuito y
privilegios de suscriptor; luego hizo lo mismo en Francia y España.
“En los días en que se lanzaron membresías premium
gratuitas en Italia, Francia y España, el tráfico en cada país aumentó en un
57%, 38% y 61%, respectivamente. El 17 de marzo, su tráfico mundial aumentó un
26,4 %. Los administradores de Pornhub declararon en su blog que las
estadísticas ‘ilustran claramente que las personas de toda Europa estaban
felices de tener distracciones mientras estaban en cuarentena en casa’”, continuó Kearns.
Más adelante, en su informe recopiló algunos testimonios de usuarios de
Reddit, un foro con más de medio millón de miembros que se están recuperando de
la adicción a la pornografía.
Uno de los comentarios decía que no lo estaba matando el coronavirus, “sino la cuarentena. Fui al gimnasio todos los días y
estaba muy activo en mi vida social, pero ahora no tengo a dónde ir y nada que
hacer. Recaída después de 24 días”.
Un usuario español dijo: “Mis clases
universitarias están suspendidas y mi trabajo a tiempo parcial ahora es remoto
debido al coronavirus. Puedo salir de casa pero no es recomendable. Ahora que
estoy en casa todo el día, recaer es mucho más fácil. Hoy tuve una recaída 3
veces, cuando en las últimas semanas normales solía recaer 1 o 2 veces.
Necesito ayuda, esto puede empeorar mucho si no lo detengo ahora”.
Además, un usuario aseguró haber recaído en la pornografía nueve veces
este último mes durante la cuarentena; mientras que otro señaló que estaba “descendiendo lentamente a la locura en el encierro” y
estaba tentado cada vez más a volver a ver pornografía.
“Dado que hay más de 75 estudios que relacionan el
uso de pornografía con resultados de salud mental más pobres y otros 45
estudios neurocientíficos que sugieren que la pornografía es adictiva, no
sorprende que no todos encuentren la creciente tentación de ver pornografía
como una distracción bienvenida. Evidentemente, hace que algunos se sientan más
desesperados”, escribió Kearns.
En medio de esta problemática, la escritora sugirió acceder a algunas
recomendaciones escritas en un blog por los organizadores del foro de Reddit y
del sitio web NoFap para aquellos que intentan evitar la pornografía
mientras viven en cuarentena.
“Recomiendan la meditación, hacer ejercicio,
conectarse y comunicarse virtualmente con otros, y limitar el uso diario de
Internet”, resumió Kearns.
La periodista dijo que los sitios pornográficos no solo buscan
aprovecharse de los usuarios, sino que algunos van más allá y se centran en “la coerción, el abuso y la extorsión”.
Kearns citó al medio Daily Caller, que informó que “un sitio web de pornografía [IsMyGirl] está dirigido a
los trabajadores de McDonald's que sufren bajos salarios durante la pandemia de
coronavirus al ofrecerles la oportunidad de ganar más de $100.000 al año para
participar en contenido pornográfico”.
El fundador del sitio mencionado, Evan Seinfeld, dijo en un comunicado
de prensa enviado a más de medio millón de empleados de McDonald’s: “En un esfuerzo por ayudar a los empleados de McDonald’s,
y para asegurarnos de que puedan continuar abasteciéndose a sí mismos y a sus
familias, queremos ayudarlos, proporcionarles una opción legítima”.
Kearns recordó de la existencia de miles de videos de violaciones de niñas menores
de edad que terminan en sitios pornográficos que, incluso
después de que se haya identificado contenido no consensuado, no siempre se
eliminan.
“La industria del porno puede aprovechar la
oportunidad de una pandemia global. Pero en un momento de aislamiento,
aburrimiento y miedo, solo agrega más miseria”, escribió
Kearns.
En un escrito post scriptum publicado el mismo día y titulado “The Last Thing
Isolated People Need”, Kearns recogió un correo
electrónico de Gabe Deem, el fundador de Reboot Nation, una red para quienes
buscan recuperarse de la pornografía en Internet.
“Lo último que necesitan las personas aisladas es
algo que pueda hacer que se sientan aún más aisladas. Un estudio de 2018 sobre
usuarios jóvenes de pornografía encontró que aquellos que vieron más
pornografía también estaban más solos.
Hay docenas de estudios que relacionan el uso de pornografía con una salud mental
y emocional más pobre, y más de 30 estudios que relacionan el
uso de pornografía con problemas sexuales y una menor excitación
con estímulos sexuales”, sostiene
el texto de Deem.
Añadió que “irónicamente, Italia, el primer
país al que Pornhub ofreció acceso premium gratuito, fue una de las primeras
áreas en informar que el uso de la pornografía puede causar disfunciones
sexuales”.
“En 2011, el urólogo Carlo Foresta, jefe de la
Sociedad Italiana de Andrología y Medicina Sexual, encuestó a 28.000 hombres
italianos y descubrió que muchos de ellos se volvieron insensibles al porno,
experimentaron ‘una caída general de la libido’ y eventualmente se hizo
imposible para ellos tener una erección sin pornografía. En
pocas palabras, aquellos que usan pornografía mientras se distancian
socialmente pueden terminar con una disfunción social y sexual”, concluyó Deem.
Redacción ACI Prensa
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