Los iniciadores del
Proyecto de Amor Conyugal han publicado el libro “El Inmaculado Corazón de
María triunfará en mi matrimonio”, sobre cómo salvaron su unión y comenzaron
los famosos retiros que ayudan a redescubrir la grandeza de esa unión.
José Luis y Magüi se casaron por
la Iglesia y muy enamorados, pero según afirmaron: “No
sabíamos amar. Sufrimos mucho durante años… en definitiva, sin ser conscientes
de ello, estábamos destruyendo nuestro matrimonio. Pero por pura misericordia
del Corazón de Cristo todo eso cambió y de vernos abocados a una separación, la
Virgen nos mostró un camino de construcción para ayudarnos a ser felices
juntos”.
Desde ese momento de conversión
en el Santuario de Fátima, José Luis y Magüi se comprometieron a ayudar a otras
parejas en dificultad y por eso nació Proyecto de Amor Conyugal, que ha ayudado
a miles de matrimonios a revitalizar el sacramento o a evitar una separación
que veían irrevocable.
Según explica esta pareja, “nuestra Madre impulsó Proyecto de Amor Conyugal para
recuperar la grandeza de la vocación matrimonial como Dios lo pensó. En este
libro encontrarás testimonios de matrimonios que ya están recorriendo el
itinerario de Proyecto de Amor Conyugal. Ellos hablan de lo que han experimentado
y cómo ello les ha ayudado de manera efectiva en su relación matrimonial”.
Entre los testimonios que se
recogen en el libro “El inmaculado Corazón de María
triunfará en mi matrimonio” está el de Begoña e Ignacio. Llevaban 36
años casados y tenían tres hijos. Pero se separaron durante nueve meses porque
les era imposible dejar de discutir y convivir con respeto. Estaban muy cerca
de firmar una separación definitiva, pero decidieron acudir a un retiro de
Proyecto de Amor Conyugal.
“Lo que vivimos
allí fue increíble. Abrimos el corazón y Dios se derramó en los dos. Aprendimos
a interpretar el plan que Dios tenía para nosotros, el porqué de cada paso,
pudimos volver al momento de nuestra boda y sentir que empezábamos de nuevo;
que teníamos todavía una vida para ser felices. Dios quería que fuésemos
plenamente felices y nos había dado la oportunidad preciosa para conseguirlo”, aseguran en su testimonio.
Además aseguran que su matrimonio
tuvo “un antes y un después” de ese retiro
de Proyecto de Amor Conyugal.
“Las dificultades
no han desaparecido, pero gracias a la oración conyugal que realizamos juntos,
todo se va encauzando y los problemas se abordan desde otra perspectiva. Darte
cuenta de que Dios está presente en nuestro matrimonio es tan importante que te
cambia la vida a la fuerza”, aseguran
Begoña e Ignacio.
También precisan que “ahora somos un matrimonio de tres, y cuando resurgen
tambores de guerra o alguna circunstancia difícil, que en otros momento habría
causado una fuerte discusión, uno de los dos reacciones y ayuda al otro a
reconducir la situación y a que la sangre no llegue al río”.
Otro ejemplo de la efectividad de
este itinerario para matrimonios es el testimonio de Paula y Gabriel, que
llegaron al retiro de Proyecto Amor Conyugal después de estar separados casi
durante un año, una gran falta de comunicación, problemas de adicciones y “una gran incapacidad para amarnos habiendo llevado
siempre vidas paralelas, con mucho dolor y serios daños en nuestros cuatro
hijos”.
Según explican, después de ese
retiro “todo cambió, aunque poco a poco, muy poco a
poco. Pero sin dejar el camino, eso es lo más importante, la fidelidad”.
“En el retiro se
planta la semilla, pero si luego no se riega muere y no da fruto, para nosotros
ha sido fundamental el contar con un matrimonio tutor que nos han ayudado mucho
a seguir el camino recto y a entender la verdad del matrimonio y cuando nos
hemos desviado enseguida nos han corregido. Es fundamental dejarse ayudar”.
Paula y Gabriel aseguran que
nunca se han sentido juzgados porque “todos somos
iguales, Pobres hombres y mujeres que buscan ser felices y que son débiles. El
Señor nos ama en nuestra debilidad y sólo nos pide que abramos nuestro corazón
y nos dejemos amar por Él”.
Además precisan que Proyecto de
Amor Conyugal supone para ellos “un soplo del
Espíritu Santo en nuestro matrimonio. Un impulso para el combate diario, un
motor para poder amarnos como Cristo nos ama, una razón para evitar la
monotonía; para que nuestra unión conyugal se renueve cada día”.
También aseguran que les ayuda a “mirar juntos al Cielo todos los días” y ponerse “el uno en el lugar del otro, evitando el juicio y
mirando con una mirada compasiva, amando al esposo o esposa en su debilidad, en
lo que es más pobre, con gratuidad, sin esperar nada a cambio, viendo en el
otro un regalo, un don inmenso que te ha sido dado, no fijándonos en lo malo
sino valorando y acogiendo todo lo bueno”.
Redacción ACI Prensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario