¿Y si nos
dejáramos de inventos y ocurrencias baratas?
¿Y si empezamos
a pasar de agitar gente?
¿Ocurriría algo
con menos pizarra, menos cañones de proyección, menos videos?
¿Sería una
catástrofe suprimir algunos grupos parroquiales?
¿Se hundiría la
parroquia por disminuir los ágapes y agapitos de cuando en cuando?
¿Merece la pena
agotarse en campamentos, cursos, salidas, excursiones?
¿Han dado
suficiente fruto las convivencias juveniles?
¿Nos han hecho
más santos las banderas y las proclamas socio políticas?
¿Y si de repente
nos volviésemos locos y nos dedicásemos SIMPLEMENTE -je, simplemente- a celebrar
la eucaristía con dignidad, confesar, rezar el rosario y exponer el Santísimo
horas y horas?
¿Y si los curas
nos olvidásemos de programar, organizar, correr, reunirnos y empezásemos a
echar horas y horas ante el Santísimo expuesto?
Lo mismo, ya ven, nos
llevábamos una sorpresa y de las gordas. Lo mismo de tanta luz acabábamos
cegados. Lo mismo…
Jorge Gonzales
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