El Papa Francisco pidió a los 19 nuevos sacerdotes
a los que ordenó este domingo 12 de mayo en la Basílica de San Pedro del
Vaticano que no ensucien la Eucaristía con “intereses mezquinos”.
“Por favor, no la ensuciéis con intereses
mezquinos”. “El Señor ha querido salvarte gratuitamente. Él mismo os ha dicho:
‘Dad gratis aquello que gratis habéis recibido’. La celebración de la
Eucaristía es el sumun de la gratuidad del Señor”, señaló.
Los nuevos sacerdotes ordenados este IV Domingo de Pascua, día en que se
celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, son: 1 de Seminario Romano, 8 del seminario Redemptoris Mater,
8 de los Hijos de la Cruz, 1 de la Diócesis de Hinche y 1 de los Discípulos de
Cristo.
El Santo Padre recordó a los nuevos presbíteros que al ejercer el Ministerio
de la Sacra Doctrina “seréis partícipes de la
Misión de Cristo, único Maestro”. En este sentido, subrayó que el orden
sacerdotal “no es una asociación cultural, no es un
sindicato. No. Hoy seréis partícipes del Ministerio de Cristo”.
“Dispensad a todos aquella Palabra de Dios que
vosotros mismos habéis recibido con alegría, y para eso leed y meditad
asiduamente la Palabra del Señor, para creer aquello que habéis leído, enseñar
aquello que habéis aprendido en la fe, vivir según aquello que habéis enseñado.
Nunca se puede hacer una homilía, una meditación sin oración con la Biblia en
la mano”.
El Papa también les pidió que “sea también
vuestra doctrina alimento para el pueblo de Dios. Cuando viene del corazón,
cuando nace de la oración, es muy fecunda. Sea alegría y sostengo de los fieles
de Cristo, perfume de vuestra vida, hombres de oración, hombres de sacrificio.
Porque con la Palabra y el ejemplo edificáis la casa de Dios, que es la
Iglesia”.
De ese modo, “continuaréis la obra
santificadora de Cristo. Mediante vuestro Ministerio el sacrificio espiritual
de los fieles se vuelve perfecto”.
“Estad atentos en la celebración de la Eucaristía”,
recomendó Francisco. “Reconoced
siempre aquello que hacéis, imitad aquello que celebráis, porque participando en
el misterio de la muerte y resurrección del Señor lleváis la muerte de Cristo
sobre vuestros hombros y camináis con Él en unidad de vida”.
“Con el Bautismo agregaréis nuevos fieles al pueblo
de Dios. Con el sacramento de la penitencia, perdonaréis los pecados en nombre
de Dios, de Cristo, de la Iglesia. Y por favor, aquí os pido que no os canséis
de ser misericordiosos, como el Padre, como Jesús ha sido misericordiosos con
nosotros. Con el santo óleo daréis alivio a los enfermos. Perded el tiempo en
visitar a los enfermos”.
El Papa continuó: “Conscientes de ser santos
elegidos entre los hombres y constituidos en su favor para atender a las cosas
de Dios, ejercitad con alegría y cariad, con sinceridad la obra sacerdotal de
Cristo. Tratad únicamente de agradar a Dios, y no a vosotros mismos. La alegría
sacerdotal sólo se encuentra sobre este camino, tratando de agradar a Dios, que
te ha elegido”.
“En fin, participando en la Misión de Cristo,
cabeza y pastor, en comunión filial con vuestro Obispo, comprometidos en unir a
los fieles en una única familia. Esta cercanía propia del sacerdote: cercano a
Dios en la oración; cercano al Obispo, que es vuestro padre; cercano al
presbiterio, a los otros sacerdotes, como hermanos; y cercano al pueblo de
Dios”.
El Papa finalizó su homilía pidiendo a los nuevos sacerdotes que tengan “siempre delante de los ojos el ejemplo del Buen Pastor,
que no ha venido para ser servido, sino para servir y para salvar aquello que
se había perdido”.
Redacción ACI
Prensa
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