Director del departamento de Ministros Ordenados y
Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Colombiana
La formación de
los seminaristas debe garantizar que el futuro sacerdote tenga capacidad para
el servicio y que interiorice que el celibato es parte integral de su
ministerio.
(EWTN) El P. Manuel Vega León, director del departamento de Ministros Ordenados
y Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC) señaló que la
formación de los seminaristas debe garantizar que el futuro sacerdote tenga
capacidad para el servicio y que interiorice que el celibato es parte integral
de su ministerio.
«Los procesos
formativos deben garantizar dos cosas importantes: capacidad para el servicio,
es decir que tenga la vocación a la vida sacerdotal y generosidad que está
relacionado con la opción de asumir un estilo de vida donde el celibato hace
parte integral de su manera de ser en el mundo y al servir a Iglesia», indicó a EWTN Noticias.
Las palabras del P. Vega se
dan luego de las declaraciones del Papa Francisco en su vuelo de retorno a Roma
tras participar en la Jornada Mundial de la Juventud Panamá 2019, en la que
afirmó que «el celibato es un don para la Iglesia» y
que no está de acuerdo «con permitir el celibato
opcional».
En ese sentido, las palabras
del P. Vega expresan el respaldo de la CEC al Santo Padre, añadiendo que hay
que tener un especial énfasis y cuidado en el proceso de formación en los
ministros.
En ese sentido, la Iglesia en
Colombia está a punto de tener el primer borrador de su «Ratio Nationalis», indicó el P. Vega, «donde
el esquema tiene como característica principal formar en la gradualidad, es
decir, el proceso de la formación afectiva de un futuro sacerdote se tiene que
asumir desde los aspectos fundamentales como las relaciones interpersonales».
La «Ratio Nationalis» nace de
la «Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis», un documento elaborado por
la Congregación para el Clero, cuya versión oficial fue aprobada por el Papa en
el 2016.
Este documento comprende de
manera formativa la misión y el trabajo, enfatizando el acompañamiento por
parte de toda la comunidad (el obispo, el presbítero, el equipo de formadores,
entre otros) a los futuros sacerdotes.
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