jueves, 3 de junio de 2010

EN EL TIEMPO Y LUGAR CORRECTO


Estaba caminando por una calle poco iluminada una noche ya tarde, cuando escuché unos gritos que trataban de ser silenciados y que venían de atrás de un grupo de arbustos.

Alarmado, disminuí mi velocidad para escuchar y me aterroricé cuando me dí cuenta de que lo que estaba escuchando, eran los inconfundibles sonidos de una lucha: fuertes gruñidos, pelea desesperada y tela rasgándose. A sólo unos metros de donde yo estaba parado, una mujer estaba siendo atacada.

¿Me debería involucrar? Yo estaba asustado por mi propia seguridad y me maldije a mi mismo por tener que decidir repentinamente el tomar una nueva ruta a casa esa noche. ¿Y si me convertía en otra estadística? ¿No debería tan solo correr al teléfono más cercano y llamar a la policía? Aunque me pareció una eternidad, las deliberaciones en mi cabeza habían tomado solo segundos, y los chillidos ya habían aumentado poco a poco.

Yo sabía que tenía que actuar rápido. ¿Cómo podría alejarme de esto? No, finalmente me decidí. No podría darle la espalda a esta mujer, aún si esto significaba arriesgar mi propia vida. No soy un hombre valiente, ni soy atlético. No se dónde encontré el coraje moral y la fuerza física, pero una vez que había decidido finalmente ayudar a la chica, me volví extrañamente transformado. Corrí detrás de los arbustos y jalé al asaltante lejos de la mujer.

Forcejeando, caímos al piso, donde luchamos durante unos minutos, hasta que el atacante se puso en pie de un salto y escapó.

Jadeando fuertemente, me levanté con dificultad, y me acerqué a la chica, que estaba en cuclillas detrás de un árbol, sollozando. En la oscuridad, apenas pude ver su silueta, pero ciertamente pude percibirla temblando y en shock. No queriendo asustarla de nuevo, primero le hablé a distancia.
-"Esta bien - dije en tono tranquilizador - El ladrón huyó, estás a salvo ahora".
Hubo una prolongada pausa, y entonces oi las palabras, pronunciadas maravillosa y sorprendentemente:
-“¿Papi, eres tú?”
Y entonces de atrás del árbol, salió caminando mi hija más joven, Katherine.
Publicado por: Admin

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