viernes, 30 de septiembre de 2022

LA POLÍTICA ES REALISMO: MI OPINIÓN SOBRE LO PEOR QUE PUEDE OCURRIR

 Como todo el mundo me pregunta que es lo peor que puede pasar con la guerra en Ucrania, os lo comparto en este post. Son muchas las cosas que pueden suceder, muchos los pasos intermedios hasta llegar a la etapa peor en que puede desembocar estar guerra.

Esa etapa peor nunca va a consistir, directamente, en un ataque nuclear generalizado; sino que en esa etapa última habría cuatro pasos muy claros y definidos. Cuatro pasos consecutivos en lo que, sin duda, sería lo peor de lo peor que puede suceder. Esos cuatro pasos de la etapa cúspide serían los siguientes:

PASO 1: USO DE ARMAS TÁCTICAS NUCLEARES EN EL CAMPO DE BATALLA.

PASO 2: IMPACTO ATÓMICO EN KIEV O EN ALGUNAS CIUDADES UCRANIANAS.

PASO 3: ATAQUE NO NUCLEAR A ALGUNA INFRAESTRUCTURA DE LA UNIÓN Europea. Por supuesto, el primer blanco será el gaseoducto que une Noruega con Alemania. Pero también pueden ser centrales térmicas o cualquier otro objetivo con relevancia en el campo energético. Es decir, no se trataría de un ataque simbólico, no se trataría de una advertencia, sino de un daño real grave a la economía.

PASO 4: BOMBARDEO NUCLEAR DE TRES O CUATRO CAPITALES EUROPEAS.

Alguien pensará si puede darse EL PASO 5, UNA GUERRA ATÓMICA TOTAL. La respuesta es no. El impacto de una bomba como la de Hiroshima en el centro de una capital como París o Londres supondría tal agujero económico en las cuentas de la nación, que la nación solo podría ocuparse en sobrevivir.

Bancos quebrados, empresas volatilizadas, archivos financieros destruidos… no hay ninguna nación que pueda sobrevivir económicamente a algo así. La economía de Alemania, por ejemplo, no es ahora la de 1945. Ahora la bola de nieve se haría mucho más grande, el dominó sería mucho más espantoso.

La palabra “recesión” se quedaría corta para lo que sucedería. Ni en diez años se regresaría a los niveles de vida previos a un impacto así.

Una recesión normal, cíclica, son unos cinco años de destrucción de empleo y de retroceso de la economía. Esto sería un fenómeno económico a otro nivel.

Dado que Putin el Asesino está dispuesto a llegar a la etapa cúspide es por lo que es necesario ofrecer a ese asesino una salida digna de acuerdo a sus fantasías megalómanas. Dado que, antes o después, nos vamos a tener que detener, es mejor hacerlo antes.

Los ucranianos han podido continuar la guerra gracias a las armas de la Unión Europea. Ahora hay que decirles: “Vuestras vidas valen más que esta tierra”.

Putin pasará y con alguien más sensato se podrá tratar de recomponer todo. Ahora hay que salvar a un pueblo entero (el ucraniano) y tratar de que el incendio de ese pirómano no sea continental.

Alguien puede alegar que después puede ser Finlandia o Georgia. No, vamos a tratar de arreglar cada problema conforme vaya apareciendo. No tiene sentido comenzar una guerra atómica cuando el problema es una sola persona, y esa persona puede resbalar en la ducha cualquier día. Si para evitar una guerra atómica hay que regalarle el Polo Norte, pues se le regala. El día después de los funerales a Putin, su sucesor nos dirá: “Tenemos que hablar”. Porque está claro que la economía rusa va a ser como la de Mongolia. Su sucesor se sentará en la mesa de negociación y comenzará diciendo: “Todos sabemos que Putin estaba loco…”. Y a partir de ahí comenzará el diálogo.

Alguien me dirá que su sucesor puede ser peor. Vale, es una posibilidad. Pero, como ya he dicho, vamos a solucionar los problemas uno por uno. Como queramos solucionar todos los problemas hipotéticos de aquí a cien años, no vamos a lograr nada. De momento, los problemas reales. Más adelante, podemos ocuparnos de los problemas hipotéticos.

P. FORTEA

LOS CATÓLICOS NO DEBEMOS CALLAR, SINO APRENDER A HABLAR

Los discípulos no somos más que el maestro. Para mí es sencillo. No podemos callar.

Por: Jorge E. Traslosheros | Fuente: El Observador

Para los cristianos han sido tiempos de reflexión sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesús, el carpintero de Nazaret. Dios se reveló en Cristo y en Él mostró la plenitud de nuestra humanidad. Esta afirmación está en el corazón del Evangelio, de la teología centrada en la persona y del Concilio Vaticano II.

Jesús no fue asesinado por ser un moralista liberal, un judío celoso, un rabino incómodo o un revolucionario de avanzada. Lo crucificaron por ser el hijo de Dios vivo. Durante su proceso guardó silencio, menos al afirmar su identidad ante pregunta expresa del Sumo Sacerdote. Él es el Cristo, el Hijo de Dios Bendito.

Mientras medito en el sustento de mi fe, recuerdo las palabras de algunos amigos míos quienes me dicen, con insistencia, que la Iglesia debería ser más prudente en lo que habla y adaptarse a la época para no perder simpatizantes.

El hecho es que Cristo no calló, ni negó su identidad. Esto le valió el abandono de muchos seguidores (casi todos) y le costó la vida. Los discípulos no somos más que el maestro. Para mí es sencillo. No podemos callar.

También estoy convencido que debemos aprender a hablar en imitación de Jesús, quien sabía decir las cosas claro y despacito, a decir de mi abuelita.

El objetivo no es evitar problemas, sino transmitir bien el mensaje del Maestro. Ser cristiano y pretender no pasar dificultades resulta ilusorio. Reflexiono en tres aspectos del aprendizaje.

1.- Los cristianos anunciamos a una Persona, no defendemos una verdad de los ataques del mundo. Una verdad formulada con lógica y al detalle, por importante que sea, no enternece a nadie, no habla, no camina, no llora, mucho menos necesita de una madre que le acompañe al pie de la Cruz, ni de un apóstol que le siga hasta negarlo, que llore por amor y, al final, se convierta en la piedra de su Iglesia. Anunciamos a Cristo porque estamos ciertos que es el camino, la verdad y la vida.

2.- Moralismo y catolicismo se agarran a cachetadas. Puesto que no anunciamos un programa ético, sino a una persona, cuando centramos la acción en defender tercamente una verdad lógicamente formulada nos olvidamos de mostrar la belleza de la fe y, por ende, de compartir con hombres y mujeres de buena voluntad los horizontes inacabables de nuestra humanidad. La fe tiene consecuencias morales innegables, pero no surge de un código. No es la moral la que otorga su valor a la persona, es la centralidad de la persona lo que funda la moral.

3.- La belleza de la fe es Cristo y en Él todo queda vinculado. Así lo expresa el Papa: «Sólo si se respeta la vida humana desde la concepción hasta la muerte es posible y creíble también la ética de la paz; sólo entonces la no violencia puede expresarse en todas las direcciones; sólo entonces respetamos verdaderamente la creación; y sólo entonces se puede llegar a la verdadera justicia». Vida, justicia y paz están ligadas. Cuando las desvinculamos se genera un moralismo inaceptable que nos conduce a una conciencia fragmentada y a una fe sin coherencia. Así, ningún testimonio es creíble y ninguna esperanza enamora.

LAS ENSEÑANZAS DE SAN JERÓNIMO

Catequesis del Papa Benedicto XVI, sobre la relación entre Cristo y la Iglesia y los padres apostólicos. Miércoles 14 de noviembre 2007.

Por: SS Benedicto XVI | Fuente: Catholic.net

Queridos hermanos y hermanas:

Continuamos hoy presentando la figura de san Jerónimo. Dedicó su vida al estudio de la Biblia, hasta el punto de que fue reconocido por mi predecesor, el Papa Benedicto XVI, como «eminente doctor en la interpretación de las Sagradas Escrituras». Jerónimo subrayaba la alegría y la importancia de familiarizarse con los textos bíblicos: «¿No te parece que estás --ya aquí, en la tierra-- en el reino de los cielos, cuando se vive entre estos textos, cuando se medita en ellos, cuando no se busca otra cosa?» (Epístola 53, 10). En realidad, dialogar con Dios, con su Palabra, es en un cierto sentido presencia del Cielo, es decir, presencia de Dios. Acercarse a los textos bíblicos, sobre todo al Nuevo Testamento, es esencial para el creyente, pues «ignorar la Escritura es ignorar a Cristo». Es suya esta famosa frase, citada por el Concilio Vaticano II en la constitución «Dei Verbum» (n. 25).

«Enamorado» verdaderamente de la Palabra de Dios, se preguntaba: «¿Cómo es posible vivir sin la ciencia de las Escrituras, a través de las cuales se aprende a conocer al mismo Cristo, que es la vida de los creyentes?» (Epístola 30, 7). La Biblia, instrumento «con el que cada día Dios habla a los fieles» (Epístola 133, 13), se convierte de este modo en estímulo y manantial de la vida cristiana para todas las situaciones y para toda persona.

Leer la Escritura es conversar con Dios: «Si rezas --escribe a una joven noble de Roma--hablas con el Esposo; si lees, es Él quien te habla» (Epístola 22, 25). El estudio y la meditación de la Escritura hacen sabio y sereno al hombre (Cf. «In Eph.», prólogo). Ciertamente para penetrar de una manera cada vez más profunda en la Palabra de Dios se necesita una aplicación constante y progresiva. Por este motivo, Jerónimo recomendaba al sacerdote Nepociano: «Lee con mucha frecuencia las divinas Escrituras; es más, que el Libro no se caiga nunca de tus manos. Aprende en él lo que tienes que enseñar» (Epístola 52, 7). A la matrona romana, Leta, le daba estos consejos para la educación cristiana de su hija: «Asegúrate de que estudie todos los días algún pasaje de la Escritura… Que acompañe la oración con la lectura, y la lectura con la oración… Que ame los Libros divinos en vez de las joyas y los vestidos de seda» (Epístola 107,9.12). Con la meditación y la ciencia de las Escrituras se «mantiene el equilibrio del alma» («Ad Eph.», pról.). Sólo un profundo espíritu de oración y la ayuda del Espíritu Santo pueden introducirnos en la comprensión de la Biblia: «Al interpretar la Sagrada Escritura siempre tenemos necesidad de la ayuda del Espíritu Santo» («In Mich.», 1,1,10,15).

Un amor apasionado por las Escrituras caracterizó por tanto toda la vida de Jerónimo, un amor que siempre trató de suscitar en los fieles. Recomendaba a una de sus hijas espirituales: «Ama la Sagrada Escritura y la sabiduría te amará; ámala tiernamente, y te custodiará; hónrala y recibirás sus caricias. Que sea para ti como tus collares y tus pendientes» (Epístola 130, 20). Y añadía: «Ama la ciencia de la Escritura, y no amarás los vicios de la carne» (Epístola 125,11).

Para Jerónimo, un criterio metodológico fundamental en la interpretación de las Escrituras era la sintonía con el magisterio de la Iglesia. Por nosotros mismos nunca podemos leer la Escritura. Encontramos demasiadas puertas cerradas y caemos en errores. La Biblia fue escrita por el Pueblo de Dios y para el Pueblo de Dios, bajo la inspiración del Espíritu Santo. Sólo en esta comunión con el Pueblo de Dios podemos entrar realmente con el «nosotros» en el núcleo de la verdad que Dios mismo nos quiere comunicar. Para él una auténtica interpretación de la Biblia tenía que estar siempre en armonía con la fe de la Iglesia católica. No se trata de una exigencia impuesta a este libro desde el exterior; el Libro es precisamente la voz del Pueblo de Dios que peregrina y sólo en la fe de este Pueblo podemos estar, por así decir, en el tono adecuado para comprender la Sagrada Escritura. Por este motivo, Jerónimo alentaba: «Permanece firmemente unido a la doctrina de la tradición que te ha sido enseñada para que puedas exhortar según la sana doctrina y refutar a quienes la contradicen» (Epístola 52,7). En particular, dado que Jesucristo fundó su Iglesia sobre Pedro, todo cristiano, concluía, debe estar en comunión «con la Cátedra de san Pedro. Yo sé que sobre esta piedra está edificada la Iglesia» (Epístola 15, 2). Por tanto, con claridad, declaraba: «Estoy con quien esté unido a la Cátedra de san Pedro» (Epístola 16).
Jerónimo no descuida el aspecto ético. Con frecuencia reafirma el deber de acordar la vida con la Palabra divina. Una coherencia indispensable para todo cristiano y particularmente para el predicador, a fin de que sus acciones no contradigan sus discursos.

Así exhorta al sacerdote Nepociano: «Que tus acciones no desmientan tus palabras, para que no suceda que, cuando prediques en la Iglesia, alguien en su intimidad comente: “¿Por qué entonces tú no actúas así?”. Curioso maestro el que, con el estómago lleno, se poner a pronunciar discursos sobre el ayuno; incluso un ladrón puede criticar la avaricia; pero en el sacerdote de Cristo la mente y la palabra deben estar de acuerdo» (Epístola 52,7).

En otra carta, Jerónimo confirma: «Aunque tenga una espléndida doctrina, es vergonzosa la persona que se siente condenada por la propia conciencia» (Epístola 127,4). Hablando de la coherencia, observa: el Evangelio debe traducirse en actitudes de auténtica caridad, pues en todo ser humano está presente la Persona misma de Cristo. Dirigiéndose, por ejemplo, al presbítero Paulino, que después llegó a ser obispo de Nola y santo, Jerónimo le da este consejo: «El verdadero templo de Cristo es el alma del fiel: adorna este santuario, embellécelo, deposita en él tus ofrendas y recibe a Cristo. ¿Qué sentido tiene decorar las paredes con piedras preciosas si Cristo muere de hambre en la persona de un pobre?» (Epístola 58,7).

Jerónimo concretiza: es necesario «vestir a Cristo en los pobres, visitarle en los que sufren, darle de comer en los hambrientos, cobijarle en los que no tienen un techo» (Epístola 130, 14). El amor por Cristo, alimentado con el estudio y la meditación, nos permite superar toda dificultad: «Si nosotros amamos a Jesucristo y buscamos siempre la unión con Él, nos parecerá fácil lo que es difícil» (Epístola 22,40).

Jerónimo, definido por Próspero de Aquitania, «modelo de conducta y maestro del género humano» («Carmen de ingratis», 57), nos ha dejado también una enseñanza rica y variada sobre el ascetismo cristiano. Recuerda que un valiente compromiso por la perfección requiere una constante vigilancia, frecuentes mortificaciones, aunque con moderación y prudencia, un asiduo trabajo intelectual o manual para evitar el ocio (Cf, Epístolas 125, 11 y 130, 15), y sobre todo la obediencia a Dios: «No hay nada que le agrade tanto a Dios como la obediencia…, que es la más excelsa de las virtudes» («Hom. de oboedientia»: CCL 78,552). Del camino ascético pueden formar también parte las peregrinaciones. En particular, Jerónimo las impulsó a Tierra Santa, donde los peregrinos eran acogidos y hospedados en edificios surgidos junto al monasterio de Belén, gracias a la generosidad de la mujer noble Paula, hija espiritual de Jerónimo (Cf. Epístola 108,14).

No hay que olvidar, por último, la contribución ofrecida por Jerónimo a la pedagogía cristiana (Cf. Epístolas 107 y 128). Se propone formar «un alma que tiene que convertirse en templo del Señor» (Epístola 107,4), una «gema preciosísima» a los ojos de Dios (Epístola 107, 13). Con profunda intuición aconseja preservarla del mal y de las ocasiones de pecado, evitar las amistades equívocas o que disipan (Cf. Epístola 107,4 y 8-9; Cf. también Epístola 128, 3-4). Exhorta sobre todo a los padres a crear un ambiente de serenidad y de alegría alrededor de los hijos, para que les estimulen en el estudio y en el trabajo, y les ayuden con la alabanza y la emulación (Cf. Epístolas 107,4 y 128,1) a superar las dificultades, favoreciendo en ellos las buenas costumbres y preservándoles de las malas porque --dice citando una frase de Publilio Siro que había escuchado en la escuela-- «a duras penas lograrás corregirte de las cosas a las que te vas acostumbrando tranquilamente» (Epístola 107, 8).

Los padres son los principales educadores de los hijos, los maestros de vida. Con mucha claridad Jerónimo, dirigiéndose a la madre de una muchacha y luego al padre, advierte, como expresando una exigencia fundamental de toda criatura humana que se asoma a la existencia: «Que ella encuentre en ti a su maestra y que su inexperta adolescencia se oriente hacia ti maravillada. Que nunca vea en ti ni en su padre actitudes que la lleven al pecado. Recordad que podéis educarla más con el ejemplo que con la palabra» (Epístola 107, 9).

Entre las principales intuiciones de Jerónimo como pedagogo hay que subrayar la importancia atribuida a una sana e integral educación desde la primera infancia, la peculiar responsabilidad atribuida a los padres, la urgencia de una formación moral religiosa, la exigencia del estudio para lograr una formación humana más completa.

Además, hay un aspecto bastante descuidado en los tiempos antiguos, pero que era considerado vital por nuestro autor: la promoción de la mujer, a quien reconoce el derecho a una formación completa: humana, académica, religiosa, profesional.

Y precisamente hoy vemos cómo la educación de la personalidad en su integridad, la educación en la responsabilidad ante Dios y ante los hombres, es la auténtica condición de todo progreso, de toda paz, de toda reconciliación y de toda exclusión de la violencia. Educación ante Dios y ante el hombre: la Sagrada Escritura nos ofrece la guía de la educación y, por tanto, del auténtico humanismo.

No podemos concluir estas rápidas observaciones sobre este gran padre de la Iglesia sin mencionar la eficaz contribución que ofreció a la salvaguarda de elementos positivos y válidos de las antiguas culturas judía, griega y romana en la naciente civilización cristiana. Jerónimo reconoció y asimiló los valores artísticos, la riqueza de los sentimientos y la armonía de las imágenes presentes en los clásicos, que educan el corazón y la fantasía en los nobles sentimientos.

Sobre todo, puso en el centro de su vida y de su actividad la Palabra de Dios, que indica al hombre las sendas de la vida, y le revela los secretos de la santidad. Por todo esto precisamente en nuestros días podemos sentirnos profundamente agradecidos con san Jerónimo.

EXTRATERRESTRES, ADÁN Y EVA, MILAGROS, ENERGÍAS... «¿PREGUNTAS RARAS? SON LAS QUE MÁS NOS GUSTAN»

REL ENTREVISTA A STEPHEN BARR, PRESIDENTE INTERNACIONAL DE LA SOCIEDAD DE CIENTÍFICOS CATÓLICOS

Stephen Barr, profesor emérito de Física y Astronomía en la Universidad de Delaware, es presidente de la Society of Catholic Scientists, una asociación internacional nacida en 2016 y que ya cuenta con 1.800 socios científicos en 55 países. Casado y padre de cinco hijos, desde hace un par de años se dedica a tiempo completo a esta asociación, a impulsar la creación de grupos locales -está naciendo el capítulo español de la Society- y a difundir su mensaje, que siempre combina inteligencia y buen humor. 

En las salas del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra, a mediados de septiembre, se reunieron unos 50 científicos llegados de toda España para el primer congreso español de la Sociedad de Científicos Católicos y Barr comprobó que también en España hay una gran necesidad de juntar a los científicos con fe (y gran alegría cuando se hace). 

- ¿CUÁL ES EL MENSAJE DE LA SOCIEDAD DE CIENTÍFICOS CATÓLICOS?

- Damos al mundo el mensaje de que hay armonía entre ciencia moderna y fe católica. Nuestra asociación no da posiciones oficiales sobre temas ambientales, energéticos, de política pública... De hecho, no tenemos posición oficial sobre casi nada. No queremos ser instrumentos de la agenda de otros. Nuestra agenda es mostrar esta armonía entre ciencia y fe. Y cada vez más hacemos cosas de divulgación en ámbitos educativos, con estudiantes de secundaria.

- ¿LA ASOCIACIÓN PUEDE TRABAJAR PREGUNTAS EXTRAÑAS, SOBRE EXTRATERRESTRES, MILAGROS, ALMAS...?

Las preguntas extrañas y originales no nos molestan. De hecho, son las que más nos gustan. Son los temas apasionantes donde se encuentran la teología, la ciencia, la filosofía... Nos encanta hablar de los orígenes del ser humano, la inteligencia artificial, como podría ser -o no- la vida extraterrestre, qué sabemos del alma, el transhumanismo, los milagros...

- LOS MILAGROS, ¿NO PONEN NERVIOSOS A LOS CIENTÍFICOS?

- Es un tema que tratamos mucho en la asociación y no debería poner nerviosos a los científicos católicos. Los católicos creemos en los milagros, y cosas asombrosas como la Resurrección de Cristo, la de todos los muertos, el parto virginal de María... Nuestros socios son científicos, saben que el universo tiene leyes, pero también saben que Dios puede hacer milagros. Nos parece que eso tiene sentido.

- ESO LLEVA A REFLEXIONAR SOBRE LAS LEYES DE LA NATURALEZA... Y SUS LÍMITES...

- Nosotros creemos que las leyes de la naturaleza son leyes dadas por Dios. Lo curioso es que los ateos no se pregunten el porqué hay leyes en la naturaleza. ¿No es asombroso que esas leyes estén ahí? Dios es el legislador que da las leyes, y a veces puede saltárselas o hacer excepciones. Suponemos que cuando hace excepciones es por razones importantes, especialmente por la salvación eterna de los hombres. Los milagros no se hacen 'porque sí', tienen un mensaje, por eso la Biblia les llama 'signos' o 'señales'.

- PERO SI HAY MILAGROS, ¿NO DIFICULTA ESO LA CIENCIA?

- Vale, sobre esto hay un chiste que dice: No dejes que Moisés se meta en tu laboratorio si estudias la hidrodinámica". Un bioeticista religioso decía que, si los milagros existieran, la ciencia sería imposible porque eso rompería con la capacidad de la ciencia de hacer predicciones sobre la naturaleza.

» Pero la realidad ha demostrado que eso no es así. Miles de científicos han hecho buena ciencia creyendo en los milagros, durante siglos. James Maxwell, un gigante del electromagnetismo, o Newton, creían en Dios y en milagros, y no les impidió detectar leyes en la naturaleza. 

» De todas formas, si nos fijamos, los milagros suelen darse en un entorno religioso, en santuarios, cuando se reza... Los católicos no creen en Dios por los milagros, pero sí creemos que los milagros son posibles porque Dios, y sólo Dios, puede hacer que pasen cosas que contravienen a las leyes naturales.

» En cambio, de otros muchos temas, como la adivinación, ver el futuro, extrañas energías, etc... desde el catolicismo probablemente diremos que es superstición, precisamente porque las leyes naturales no lo permiten.

- ¿Y SOBRE LOS EXTRATERRESTRES? HAY CRISTIANOS QUE SE PONEN MUY NERVIOSOS CON EL TEMA Y DICEN QUE NO PUEDEN EXISTIR PORQUE LO DEDUCEN DE SANTO TOMÁS O DE TEXTOS ESCOLÁSTICOS...

- Bueno, la Iglesia no tiene magisterio sobre el tema. Podemos especular. Si hubiera especies extraterrestres con razón y voluntad, con almas espirituales, diríamos que también están hechas a imagen de Dios. Y significaría que existen por un acto especial creador de Dios. Probablemente, tiene sentido pensar que Dios les amaría como a nosotros. Si te gustan las flores, plantas muchas y diversas. Si te gustan los niños, tienes muchos. Que Dios cree otras razas no significa que te quiera menos a ti. Pero, claro, surgen preguntas teológicas...

- ¿PREGUNTAS TEOLÓGICAS SOBRE EXTRATERRESTRES?

- Sí. Por ejemplo, ¿necesitan salvarse? Y si necesitan salvarse, ¿cómo les salvaría Dios? Dios se hizo hombre, tomó carne humana, para salvar a los hombres. ¿Y a otras especies? Santo Tomás de Aquino planteó la pregunta de si Dios pudo haberse encarnado más veces con cuerpo humano: dice que no lo hizo, pero que tenía poder para hacerlo. No creo que Santo Tomás objetara a otra encarnación en otra especie.

» Jesús es un segundo Adán. Los Padres de la Iglesia decían que lo que no se asume no se redime. Por otra parte, C.S.Lewis, en su primera novela de Ransom, Fuera del Planeta Silencioso, presenta una raza extraterrestre que no tiene pecado original, nunca pecó. Pero incluso así Dios podría querer encarnarse en una raza así para compartir con ellos más intimidad y comunión. Son todo hipótesis, pero muy estimulantes.

- MUCHAS DE ESTAS PREGUNTAS ORIGINALES SE INTENTAN ENCAJAR Y RESPONDER CON LA BIBLIA...

- Sí, pero el tema de la Biblia es la salvación de los hombres, trata de cómo salvarnos nosotros. La Biblia no trata de los dinosaurios o la termodinámica o los extraterrestes.

- ¿QUÉ OTROS TEMAS CURIOSOS PLANTEA LA GENTE?

- Es muy común plantear el tema de Adán y Eva, el pecado original y el origen del hombre. Lo que también lleva a hablar de la mente humana. ¿La mente se parece a un ordenador? De hecho, los científicos aún se preguntan ¿qué es exactamente la inteligencia?

» Y ¿tenemos libre albedrío? En los años 90 se hizo famoso el experimento de Libert Benjamin que supuestamente probaba que los seres humanos no tienen libertad, a base de ver qué partes del cerebro generan electricidad al tomar según qué decisiones. Parecía que el cerebro se activaba antes, "decidiendo" por su cuenta, y sólo después la persona pensaba haber decidido. Pero luego los experimentos de Aaron Schurguer mostraron que la actividad eléctrica en el cerebro no tenía que ver con tomar decisiones.

- ¿TIENEN USTEDES ESTUDIOS O DEBATES SOBRE EXPERIENCIAS MÍSTICAS?

- Es un tema interesante pero aún no hemos trabajado mucho ese tema.

- ¿QUIÉN ACUDE A LOS ENCUENTROS DE LA SOCIEDAD DE CIENTÍFICOS CATÓLICOS?

Para ser socio hay que ser católico practicante y doctor en ciencias. Pero para venir a nuestras convenciones y debatir o dar conferencias no hace falta. Invitamos a gente muy variada. Hace no mucho vino Robert Berwick, que es judío, e hizo un libro con Noam Chonsky titulado Why only us, sobre por qué sólo los humanos tenemos lenguaje, que es algo muy distinto a las comunicaciones animales. Hay ateos que dicen: "sólo hay una cierta diferencia de grado". Pero Berwick dejó claro que no, que hay una diferencia radical, una exclusividad de lo humano.

- ¿QUÉ ENCUENTRAN LOS CIENTÍFICOS QUE SE APUNTAN A LA SOCIEDAD DE CIENTÍFICOS CATÓLICOS?

- Los que van a nuestras convenciones y encuentros se muestran luego entusiasmados. Dicen: "es la primera vez en mi vida que he estado en una habitación con 150 personas que son como yo, científicos y también católicos; por primera vez me sentí como un pez en el agua; pude ser yo mismo como nunca antes". Sin la asociación, muchos católicos de vocación científica no sentirían eso. Los que no pueden acudir a eventos personales, hacen contactos también, porque tienen acceso a la lista de socios de su zona. Y pueden participar en foros online y otras actividades. A medida que tenemos más socios, es más fácil hacer cosas y reunirlos.

Pablo J. Ginés

jueves, 29 de septiembre de 2022

CADENA PERPETUA PARA LOS AUTORES DEL ASESINATO RITUAL SATÁNICO DE UN NIÑO DE 11 AÑOS EN ARGENTINA

El juicio por uno de los infanticidios más atroces de la historia argentina llegó a su fin el pasado 23 de septiembre. Miguel “Brujo” Jiménez y Rodolfo “Rody” Sequeira, dos de los nueve acusados, fueron condenados a prisión perpetua por ser responsables directos del secuestro, la violación y descuartizamiento de Marito Salto en Quimilí (Santiago del Estero).

DETALLES DE LAS CONDENAS

Según informa TN, Jiménez y Sequeira eran dos de los cuatro imputados que enfrentaban una condena a prisión perpetua. Ramón Rodríguez, el tercero, fue condenado a 11 años de prisión y Daniel Sosa fue absuelto de la causa.

De los otros cinco imputados por encubrimiento agravado, sólo tres fueron condenados a tres años de prisión: María Eugenia Montes, Ramón Ocaranza y Pablo Ramírez. Daniel Gastón y Gustavo Hernández fueron absueltos.

El tribunal, conformado por los jueces Alfredo Pérez Gallardo, Luis Domínguez y Daniela Campos Nittinger, también rechazó el pedido de excarcelación que habían realizado los abogados de María Eugenia Montes y Pablo Ramírez.

Jiménez y Sequeira fueron los autores materiales del homicidio triplemente calificado por alevosía, ensañamiento y el concurso premeditado de dos o más personas y privación ilegítima de la libertad, y son señalados también como presuntos autores intelectuales de abuso sexual con acceso carnal, todo en concurso real de delitos.

LOS DETALLES QUE DIO LA FISCAL

 

La fiscal Mariela Bitar de Papa dio detalles escalofriantes de los hechos ocurridos entre el 31 de mayo y el 2 de junio de 2016, desde el secuestro de Marito hasta que sus restos fueron encontrados en varias bolsas de basura en la periferia de Quimilí.

Según el alegato de la funcionaria, quedó acreditado que el nene fue víctima de “un crimen en un ritual satánico en ofrecimiento a San La Muerte” y contó que “se lo exanguinó, los miembros de la secta bebieron su sangre y se quedaron con partes de su cuerpo”.

La fiscal consideró que Jiménez fue el ideólogo del espeluznante asesinato y encontró en Sequeira al responsable de haber secuestrado a Marito, que desapareció una tarde mientras pescaba en una represa en las cercanías de su casa.

LA EVOLUCIÓN DEL PROCESO JUDICIAL

En el inicio del juicio, en diciembre del año pasado, sobre Jiménez y Sequeira pesaban acusaciones diferentes de las que pesan hoy: al primero se lo señalaba como autor material y el segundo estaba imputado por captar a Marito e introducirlo por la fuerza en un auto negro.

Desde abril, tras un pedido de la fiscalía, ambos están acusados de ser los autores materiales y, semanas atrás, TN contó detalles de la ruptura del pacto de silencio que había entre ellos hasta entonces (véase la información más abajo).

Los forenses de la Corte Suprema de Justicia de la Nación determinaron que Marito Salto fue violado y, tras ser colgado con un alambre, fue descuartizado con vida. Antes había sufrido una asfixia incompleta por estrangulación.

Primero le cortaron las piernas y luego lo decapitaron. Los brazos estaban adheridos al torso cuando el cadáver fue encontrado en el basural. La autopsia determinó que la muerte ocurrió por “exaguinación, hemorragia fatal producida por la sección de vasos arteriales y venosos”.

CUANDO SE ROMPIÓ EL PACTO DE SILENCIO

El pasado mes de agosto, en el cierre de la ronda de testigos por el brutal crimen de Marito Salto, uno de los acusados pidió ampliar su declaración y, por primera vez en los nueve meses que llevaba entonces el juicio, apuntó contra otro.

Se trataba de Rodolfo Adrián Sequeira (46 años), alias “Rody”, que insistió en su inocencia e incriminó a Miguel “Brujo” Jiménez (59), según pudo saber TN a través de fuentes de la causa.

Después de las intervenciones de los dos últimos testigos, Sequeira compareció ante el tribunal. Según los portavoces, aseguró que Jiménez y un grupo de policías “armaron la causa” por la cual él se encontraba acusado.

Se refería a la postura asumida por Jiménez una vez que, en junio de 2016, el cuerpo del niño de 11 años apareció desmembrado y dispuesto en varias bolsas de basura.

Según contó Mario Salto (el padre de Marito) en aquellas semanas, el “Brujo” se acercó a la familia e incluso participó de operativos policiales y de marchas en las que se reclamaba el esclarecimiento del caso. “Es puntero político y siempre tuvo privilegios en la investigación”, denunció el padre de la víctima en una entrevista con TN en el inicio del juicio.

LA IMPLICACIÓN DE UNA VIDENTE

Jiménez fue más allá y, como parte de su coartada, contrató a una vidente cordobesa a la que llevó a recorrer Quimilí –la localidad de Santiago del Estero donde se produjo el crimen– y fue la que presuntamente señaló a Sequeira como sospechoso. Esos detalles constan en su declaración de diciembre de 2017, días después de ser detenido.

“(Jiménez) Armó lo de la vidente y se hizo tan grande que no lo pudo parar”, indicó –según las fuentes– Sequeira ante el tribunal. La mujer, conocida como Marcela Mendoza, declaró en marzo como testigo y dijo haber presenciado un encuentro entre los dos imputados, que siempre negaron conocerse.

“Nosotros tenemos muy claro cuál ha sido la participación de cada uno de los acusados”, remarcó Carol Gadán, abogada del papá de Marito, en diálogo con TN. Atribuyó la reciente declaración de Sequeira a un intento por atenuar una inminente condena y sostuvo que “hasta ahora (el acusado) no ha podido probar nada de todo lo que dijo durante el juicio”.

QUÉ PASÓ REALMENTE

La tarde del 31 de mayo de 2016, Marito Salto salió en bicicleta de su casa de Quimilí rumbo a una laguna cercana donde solía pescarFue secuestrado y su cuerpo apareció el 2 de junio. Desde el principio, la hipótesis principal sugería que el asesinato fue realizado como parte de un ritual satánico a San La Muerte. La sentencia judicial lo ha confirmado.

El inicio de la investigación estuvo teñido de dudas y el padre de Marito afirmó a TN que “se perdieron un montón de pruebas”. Hasta que, en noviembre de 2017, un perro rastreador marcó un cajón de la habitación matrimonial de Jiménez y la docente Arminda Díaz en Quimilí.

Dentro había papeles con frases como “Ya tengo su virilidad, su juventud, su fortaleza. Dame lo que pido”; y “Dame tu fuerza, 666″. También encontraron recortes de las páginas policiales del caso y en la parte trasera de la vivienda hallaron un altar donde se veneraba a San La Muerte. Desde entonces, Jiménez pasó a ser el principal sospechoso.

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HOY SE INICIA LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL SANTO ROSARIO

El 7 de octubre es fiesta de Nuestra Señora del Santo Rosario, una especial celebración de la Madre de Dios centrada en la oración favorita del Papa San Juan Pablo II.

Según la tradición fue la propia Madre de Dios quien un día se le apareció a Santo Domingo de Guzmán (1170-1221), le enseñó a rezar el Santo Rosario y le pidió que se propagara esta práctica.

La Virgen María le prometió a Santo Domingo que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.

A pocos días de la gran celebración en honor a Nuestra Señora del Santo Rosario, a quien le pueden rezar todos los fieles pidiéndole una gracia y para crecer en su amor filial, aquí una novena para pedir su intercesión:

PRIMER DÍA DE LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO


Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial

¡Oh Madre y clementísima Virgen del Rosario! Tú que plantaste en la Iglesia, por medio de tu privilegiado hijo Domingo, el místico árbol del Santo Rosario, haz que abracemos todos tu santa devoción y gocemos su verdadero espíritu; de suerte que aquellas místicas rosas sean en nuestros labios y corazón, por los pecadores medicina y por los justos aumento de gracia.

Primer día

"Dios te salve". ¡Cuánto mi alma se alegra, amantísima Virgen, con los dulces recuerdos que en mí despierta esta salutación! Se llena de gozo mi corazón al decir el "Ave María", para acompañar el gozo que llenó tu espíritu al escuchar de boca del Ángel, alegrándome de la elección que de ti hizo el omnipotente para darnos el Señor. Amén.

Súplica a la Virgen

Madre, una gracia te pido, que me sanes en cuerpo y alma. Sé que debo despojarme de mi orgullo y de todos mis pecados, que lejos estaba de ti, que un negro velo cubría mi alma. Hoy te descubro y quiero vivir. Detén tu mano y pósala en mi corazón. Amén.

Se dicen las intenciones de la novena y se rezan tres padrenuestros, avemarías y glorias.

Consagración a la Virgen

¡Oh Madre, quiero consagrarme a ti! Virgen María, hoy consagro mi vida a ti.
Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida para que me protejas, me guíes y me consueles. Sé que en ti mi alma encontrará reposo y la angustia en mí no entrará.
Mi derrota se convertirá en victoria, mi fatiga en ti fortaleza es. Amén.

Oración final

¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos! Por aquella confianza y autoridad de Madre con que puedes presentar nuestros ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien, intercede una y otra en favor nuestro. Consíguenos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de tu Hijo Jesús, hasta que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.

Se sugiere también rezar el Santo Rosario o al menos una decena, correspondiente al día.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

SEGUNDO DÍA DE LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO


Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Oración inicial

¡Oh Madre y clementísima Virgen del Rosario! Tú que plantaste en la Iglesia, por medio de tu privilegiado hijo Domingo, el místico árbol del Santo Rosario, haz que abracemos todos tu santa devoción y gocemos su verdadero espíritu; de suerte que aquellas místicas rosas sean en nuestros labios y corazón, por los pecadores medicina y por los justos aumento de gracia.

Segundo día

¡"María" nombre santo! Dígnate, amabilísima Madre, sellar con tu nombre el memorial de las súplicas nuestras, dándonos el consuelo de que lo atienda benignamente tu Hijo Jesús, para que alcancemos aburrimiento grande a todas las vanidades del mundo, firme afición a la virtud, y ansias continuas de nuestra eterna salvación. Amén.

Súplica a la Virgen

Madre, una gracia te pido, que me sanes en cuerpo y alma. Sé que debo despojarme de mi orgullo y de todos mis pecados, que lejos estaba de ti, que un negro velo cubría mi alma. Hoy te descubro y quiero vivir. Detén tu mano y pósala en mi corazón. Amén.

Se dicen las intenciones de la novena y se rezan tres padrenuestros, avemarías y glorias.

Consagración a la Virgen

¡Oh Madre, quiero consagrarme a ti!
Virgen María, hoy consagro mi vida a ti.
Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida para que me protejas, me guíes y me consueles.
Sé que en ti mi alma encontrará reposo y la angustia en mí no entrará.
Mi derrota se convertirá en victoria,
mi fatiga en ti fortaleza es. Amén.

Oración final

¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos! Por aquella confianza y autoridad de Madre con que puedes presentar nuestros ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien, intercede una y otra en favor nuestro. Consíguenos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de tu Hijo Jesús, hasta que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.

Se sugiere también rezar el Santo Rosario o al menos una decena, correspondiente al día.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

TERCER DÍA DE LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO


Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Oración inicial

¡Oh Madre y clementísima Virgen del Rosario! Tú que plantaste en la Iglesia, por medio de tu privilegiado hijo Domingo, el místico árbol del Santo Rosario, haz que abracemos todos tu santa devoción y gocemos su verdadero espíritu; de suerte que aquellas místicas rosas sean en nuestros labios y corazón, por los pecadores medicina y por los justos aumento de gracia.

Tercer día

"Llena eres de gracia". ¡Dulce Madre! Dios te salve, María, sagrario riquísimo en que descansó corporalmente la plenitud de la Divinidad: a tus pies se presenta desnuda mi pobre alma, pidiendo la gracia y amor de Dios, con el que fuiste enriquecida, haciéndote llena de virtud, llena de santidad, y llena de gracia. Amén.

Súplica a la Virgen

Madre, una gracia te pido, que me sanes en cuerpo y alma. Sé que debo despojarme de mi orgullo y de todos mis pecados, que lejos estaba de ti, que un negro velo cubría mi alma. Hoy te descubro y quiero vivir. Detén tu mano y pósala en mi corazón. Amén.

Se dicen las intenciones de la novena y se rezan tres padrenuestros, avemarías y glorias.

Consagración a la Virgen

¡Oh Madre, quiero consagrarme a ti!
Virgen María, hoy consagro mi vida a ti.
Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida para que me protejas, me guíes y me consueles.
Sé que en ti mi alma encontrará reposo y la angustia en mí no entrará.
Mi derrota se convertirá en victoria, mi fatiga en ti fortaleza es. Amén.

Oración final

¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos! Por aquella confianza y autoridad de Madre con que puedes presentar nuestros ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien, intercede una y otra en favor nuestro. Consíguenos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de tu Hijo Jesús, hasta que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.

Se sugiere también rezar el Santo Rosario o al menos una decena, correspondiente al día.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

CUARTO DÍA DE LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO


Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial

¡Oh Madre y clementísima Virgen del Rosario! Tú que plantaste en la Iglesia, por medio de tu privilegiado hijo Domingo, el místico árbol del Santo Rosario, haz que abracemos todos tu santa devoción y gocemos su verdadero espíritu; de suerte que aquellas místicas rosas sean en nuestros labios y corazón, por los pecadores medicina y por los justos aumento de gracia.

Cuarto día

"El Señor es contigo". ¡Oh Santísima Virgen! Aquel inmenso Señor, que por su esencia se halla con todas las cosas, está en ti y contigo por modo muy superior. Madre mía venga por ti a nosotros. Pero ¿cómo ha de venir a un corazón de tan poca limpieza, aquel Señor, que para hacernos habitación suya, quiso con tal prodigio, que no se perdiese, siendo Madre tu virginidad? ¡Oh! muera en nosotros toda impureza para que habite en nuestra alma el Señor. Amén.

Súplica a la Virgen

Madre, una gracia te pido, que me sanes en cuerpo y alma. Sé que debo despojarme de mi orgullo y de todos mis pecados, que lejos estaba de ti, que un negro velo cubría mi alma. Hoy te descubro y quiero vivir. Detén tu mano y pósala en mi corazón. Amén.

Se dicen las intenciones de la novena y se rezan tres padrenuestros, avemarías y glorias.

Consagración a la Virgen

¡Oh Madre, quiero consagrarme a ti!
Virgen María, hoy consagro mi vida a ti.
Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida para que me protejas, me guíes y me consueles.
Sé que en ti mi alma encontrará reposo y la angustia en mí no entrará Mi derrota se convertirá en victoria, mi fatiga en ti fortaleza es. Amén.

Oración final

¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos! Por aquella confianza y autoridad de Madre con que puedes presentar nuestros ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien, intercede una y otra en favor nuestro. Consíguenos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de tu Hijo Jesús, hasta que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.

Se sugiere también rezar el Santo Rosario o al menos una decena, correspondiente al día.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

QUINTO DÍA DE LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO


Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial

¡Oh Madre y clementísima Virgen del Rosario! Tú que plantaste en la Iglesia, por medio de tu privilegiado hijo Domingo, el místico árbol del Santo Rosario, haz que abracemos todos tu santa devoción y gocemos su verdadero espíritu; de suerte que aquellas místicas rosas sean en nuestros labios y corazón, por los pecadores medicina y por los justos aumento de gracia.

Quinto día

"Bendita tú eres entre todas las mujeres". Tú eres la gloria de Jerusalén: tú la alegría de Israel: tú el honor del pueblo santo de Dios. Obtenga por tu intercesión nuestro espíritu la más viva fe, para considerar y adorar con tu santo Rosario las misericordias que en ti y por ti hizo el Hijo de Dios. Amén.

Súplica a la Virgen

Madre, una gracia te pido, que me sanes en cuerpo y alma. Sé que debo despojarme de mi orgullo y de todos mis pecados, que lejos estaba de ti, que un negro velo cubría mi alma. Hoy te descubro y quiero vivir. Detén tu mano y pósala en mi corazón. Amén.

Se dicen las intenciones de la novena y se rezan tres padrenuestros, avemarías y glorias.

Consagración a la Virgen

¡Oh Madre, quiero consagrarme a ti!
Virgen María, hoy consagro mi vida a ti.
Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida para que me protejas, me guíes y me consueles.
Sé que en ti mi alma encontrará reposo y la angustia en mí no entrará.
Mi derrota se convertirá en victoria, mi fatiga en ti fortaleza es. Amén.

Oración final

¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos! Por aquella confianza y autoridad de Madre con que puedes presentar nuestros ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien, intercede una y otra en favor nuestro. Consíguenos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de tu Hijo Jesús, hasta que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.

Se sugiere también rezar el Santo Rosario o al menos una decena, correspondiente al día.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

SEXTO DÍA DE LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO


Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial

¡Oh Madre y clementísima Virgen del Rosario! Tú que plantaste en la Iglesia, por medio de tu privilegiado hijo Domingo, el místico árbol del Santo Rosario, haz que abracemos todos tu santa devoción y gocemos su verdadero espíritu; de suerte que aquellas místicas rosas sean en nuestros labios y corazón, por los pecadores medicina y por los justos aumento de gracia.

SEXTO DÍA

"Bendito es el fruto de tu vientre Jesús". Lloro, oh Madre mía, que haya yo hecho tantos pecados, sabiendo que ellos hicieron morir en cruz a tu Hijo. Sea el fruto de mi oración, que no termine nunca de llorarlos, hasta poder bendecir eternamente aquel purísimo fruto de tu vientre. Amén.

Súplica a la Virgen

Madre, una gracia te pido, que me sanes en cuerpo y alma. Sé que debo despojarme de mi orgullo y de todos mis pecados, que lejos estaba de ti, que un negro velo cubría mi alma. Hoy te descubro y quiero vivir. Detén tu mano y pósala en mi corazón. Amén.

Se dicen las intenciones de la novena y se rezan tres padrenuestros, avemarías y glorias.

Consagración a la Virgen

¡Oh Madre, quiero consagrarme a ti!
Virgen María, hoy consagro mi vida a ti.
Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida para que me protejas, me guíes y me consueles.
Sé que en ti mi alma encontrará reposo y la angustia en mí no entrará.
Mi derrota se convertirá en victoria, mi fatiga en ti fortaleza es. Amén.

Oración final

¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos! Por aquella confianza y autoridad de Madre con que puedes presentar nuestros ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien, intercede una y otra en favor nuestro. Consíguenos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de tu Hijo Jesús, hasta que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.

Se sugiere también rezar el Santo Rosario o al menos una decena, correspondiente al día.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

SÉPTIMO DÍA DE LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

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Principio del formulario

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial

¡Oh Madre y clementísima Virgen del Rosario! Tú que plantaste en la Iglesia, por medio de tu privilegiado hijo Domingo, el místico árbol del Santo Rosario, haz que abracemos todos tu santa devoción y gocemos su verdadero espíritu; de suerte que aquellas místicas rosas sean en nuestros labios y corazón, por los pecadores medicina y por los justos aumento de gracia.

Séptimo día

"Santa María, Madre de Dios". No permitas se pierda mi alma comprada con el inestimable precio de la sangre de Jesús. Dame un corazón digno de ti, para que amando el recogimiento, sean mis delicias obsequiártelo con el santo Rosario, adorando con él a tu Hijo, por lo mucho que hizo para nuestra redención, y por lo que te ensalzó, haciéndote Madre suya. Amén.

Súplica a la Virgen

Madre, una gracia te pido, que me sanes en cuerpo y alma. Sé que debo despojarme de mi orgullo y de todos mis pecados, que lejos estaba de ti, que un negro velo cubría mi alma. Hoy te descubro y quiero vivir. Detén tu mano y pósala en mi corazón. Amén.

Se dicen las intenciones de la novena y se rezan tres padrenuestros, avemarías y glorias.

Consagración a la Virgen

¡Oh Madre, quiero consagrarme a ti!
Virgen María, hoy consagro mi vida a ti.
Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida para que me protejas, me guíes y me consueles.
Sé que en ti mi alma encontrará reposo y la angustia en mí no entrará.
Mi derrota se convertirá en victoria, mi fatiga en ti fortaleza es. Amén.

Oración final

¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos! Por aquella confianza y autoridad de Madre con que puedes presentar nuestros ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien, intercede una y otra en favor nuestro. Consíguenos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de tu Hijo Jesús, hasta que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.

Se sugiere también rezar el Santo Rosario o al menos una decena, correspondiente al día.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

OCTAVO DÍA DE LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO


Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial

¡Oh Madre y clementísima Virgen del Rosario! Tú que plantaste en la Iglesia, por medio de tu privilegiado hijo Domingo, el místico árbol del Santo Rosario, haz que abracemos todos tu santa devoción y gocemos su verdadero espíritu; de suerte que aquellas místicas rosas sean en nuestros labios y corazón, por los pecadores medicina y por los justos aumento de gracia.

Octavo día

"Ruega por nosotros pecadores". ¡Madre de piedad! A ti solo dijo aquel Rey soberano de la gloria: Tú eres mi Madre. Alcánzame humildad y plena confianza, dispuesto de este modo, con el auxilio de Dios, a recibir los favores de la Divina misericordia, por los méritos de tu Hijo y Redentor nuestro. Amén.

Súplica a la Virgen

Madre, una gracia te pido, que me sanes en cuerpo y alma. Sé que debo despojarme de mi orgullo y de todos mis pecados, que lejos estaba de ti, que un negro velo cubría mi alma. Hoy te descubro y quiero vivir. Detén tu mano y pósala en mi corazón. Amén.

Se dicen las intenciones de la novena y se rezan tres padrenuestros, avemarías y glorias.

Consagración a la Virgen

¡Oh Madre, quiero consagrarme a ti!
Virgen María, hoy consagro mi vida a ti.
Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida para que me protejas, me guíes y me consueles.
Sé que en ti mi alma encontrará reposo y la angustia en mí no entrará.
Mi derrota se convertirá en victoria, mi fatiga en ti fortaleza es. Amén.

Oración final

¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos! Por aquella confianza y autoridad de Madre con que puedes presentar nuestros ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien, intercede una y otra en favor nuestro. Consíguenos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de tu Hijo Jesús, hasta que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.

Se sugiere también rezar el Santo Rosario o al menos una decena, correspondiente al día.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

NOVENO DÍA DE LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO


Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Oración inicial

¡Oh Madre y clementísima Virgen del Rosario! Tú que plantaste en la Iglesia, por medio de tu privilegiado hijo Domingo, el místico árbol del Santo Rosario, haz que abracemos todos tu santa devoción y gocemos su verdadero espíritu; de suerte que aquellas místicas rosas sean en nuestros labios y corazón, por los pecadores medicina y por los justos aumento de gracia.

Noveno día

"Ahora, y en la hora de nuestra muerte", estamos siempre expuestos a perder la gracia de Dios. Haz que no se aparte de mi memoria al último momento de la vida, que habrá de ser decisivo de mi eterna suerte. ¡Oh Madre de piedad! concédeme el consuelo de morir bajo tu protección y en el amor de mi Jesús. Amén.

Súplica a la Virgen

Madre, una gracia te pido, que me sanes en cuerpo y alma. Sé que debo despojarme de mi orgullo y de todos mis pecados, que lejos estaba de ti, que un negro velo cubría mi alma. Hoy te descubro y quiero vivir. Detén tu mano y pósala en mi corazón. Amén.

Se dicen las intenciones de la novena y se rezan tres padrenuestros, avemarías y glorias.

Consagración a la Virgen

¡Oh Madre, quiero consagrarme a ti!
Virgen María, hoy consagro mi vida a ti.
Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida para que me protejas, me guíes y me consueles.
Sé que en ti mi alma encontrará reposo y la angustia en mí no entrará.
Mi derrota se convertirá en victoria, mi fatiga en ti fortaleza es. Amén.

Oración final

¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos! Por aquella confianza y autoridad de Madre con que puedes presentar nuestros ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien, intercede una y otra en favor nuestro. Consíguenos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de tu Hijo Jesús, hasta que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.

Se sugiere también rezar el Santo Rosario o al menos una decena, correspondiente al día.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.