jueves, 7 de enero de 2021

ESTA ESCENA HA TENIDO LUGAR EN EL CONGRESO DE ESTADOS UNIDOS, NO EN EL CONGRESO DE UNA DICTADURA NORTEAFRICANA

 Penetrar en el Congreso de España es una tarea difícil. Más allá de cierta cantidad de personas, de forma automática, se cierran las calles de acceso. El protocolo de actuación está ensayado infinidad de veces y lo hacen en un tiempo brevísimo. Todos los accesos siempre están vigilados por cámaras para impedir una concentración justo delante del edificio.

La policía y los antidisturbios no tienen que ir, están allí. Y los antidisturbios del Congreso son impresionantemente eficaces. Hemos visto cómo controlaban a decenas de millares de personas empeñadas en tomar el congreso.

Si todo fallara, está la valla metálica que cierra el acceso a las puertas. Ni un camión lanzado contra esa alta valla la atravesaría. Después quedarían las dos más que sólidas puertas de acceso al edificio, preparadas para ser bloqueadas.

El Congreso de Estados Unidos, por el contrario, no tiene unas calles que permitan ser bloqueadas, ni esa valla, la policía vino de otros lugares (no estaba allí), las ventanas estaban a una altura que permitían acceder desde fuera. Y, algo increíble, no eran cristales blindados.

 Por si fuera poco, habiendo una manifestación de este tipo, no hubo infiltrados de la policía. En Madrid, la policía, por sistema, se infiltra en cualquier manifestación ante el congreso que esté organizada por antisistemas. Esa siempre ha sido la pesadilla de los neoanarquistas, saber cuántos infiltrados había entre ellos en cada convocatoria.

Además, en España, una manifestación cuando el congreso está en sesión está prohibida. Las penas son altas si se infringe esa norma legal. Pero más altas si uno entra en el edificio:

Artículo 493 del Código Penal: Los que, sin alzarse públicamente, invadieren con fuerza, violencia o intimidación las sedes del Congreso de los Diputados, del Senado o de una Asamblea Legislativa de Comunidad Autónoma, si están reunidos, serán castigados con la pena de prisión de tres a cinco años.

¿Qué me parece la invasión del congreso de Estados Unidos? Creo que es algo tan evidente que no merece perder tiempo en comentarlo.

LA PUERTA ATRINCHERADA: LA IMAGEN QUE RESUME LA INDIGNIDAD DE ESTA PRESIDENCIA

Había hecho el más firme propósito de no decir ni una sola palabra acerca de Trump. Pero lo de ayer... en fin... Me alegro mucho de que una presidencia como la de Trump acabe solo con cuatro muertos. Dado el carácter lunático de ese presidente, las cosas lo lógico es que hubieran acabado mucho peor. Entre tantos miles de exaltados, podía haber habido verdaderos locos que les hubiera dado por disparar sobre los senadores y congresistas demócratas. Esos locos podían haber incendiado el edificio del congreso. Las muertes de esas cuatro personas, el asalto a la sede de la democracia, tienen una relación de causa y efecto con las decisiones de ese niño enrabietado que es Donald.

Un sujeto tan inadecuado, tan arrogante, en un puesto como ese, ha sido el espectáculo cómico de todo el mundo. No es solo la imagen de esa gran nación a la que quiero y admiro, es a la misma democracia a la que ha dañado. La normal vida democrática de esa república está gravemente afectada.

Si Trump decidiera no asistir al juramento de su sucesor, sería la mejor noticia. Invitar a Trump sería como invitar a una boda a un familiar beodo que va a avergonzar a todos. No sé de quién depende la organización de la ceremonia de juramento: lo mejor es no invitarle. 

Lo de ayer es la previsible guinda final a la presidencia de un sujeto que quería ese puesto a toda costa y que quería seguir allí dijeran lo que dijeran las urnas. 

P. FORTEA

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