viernes, 29 de enero de 2021

VIRACOCHA, EL SER SUPREMO

 Para las culturas andinas, Viracocha, Wiracocha o Huiracocha era el Dios absoluto. En los mitos de la región aparece como el creador y ordenador del mundo, mencionando que creó el cielo y la tierra, y luego la pobló de plantas, animales y hombres primitivos.

También llamado “Dios de los Báculos” o “Dios de las Varas” se originaría en Caral, está presente en la estela Raimondi de Chavín, Viracocha también está grabado en la Puerta del Sol de Tihuanaco, quizás la más destacable de sus representaciones, y de donde surgen la mayoría de sus leyendas. Asimismo, se lo ha registrado en los tejidos de Karwa de Paracas, en las urnas ceremoniales de Wari y en el Templo de Koricancha de los Incas.

Se dice que Virachocha en un primer momento creó: “el mundo oscuro y sin sol ni luna ni estrellas; y por esta creación le llamaron Viracocha Pachayachachic que quiere decir Creador de todas las cosas” (Krickeberg, 1971:185).

Una vez hecho eso Viracocha “moldeó” una raza de gigantes monstruosos (quienes habrían erigido la ciudad de Puma Punku), deformes por su gran tamaño, para ver si era conveniente crear a los hombres de ese porte. Ante esto, el mito cuenta que Viracocha reflexionó y dijo: “No es bien que las gentes sean tan crecidas; mejor será que sean de mi tamaño”.

Y así creó a los hombres a su semejanza – tallando en piedra las figuras del primer hombre y la primera mujer, y que al darle nombres, éstas cobraron vida -, y estos comenzaron a vivir en la oscuridad. Viracocha mandó a esos hombres a vivir bajo un precepto, con la advertencia que si lo quebrantaban, los hombres serían “castigados y confundidos”. Pero nacieron entre los hombres algunos con vicio y con codicia, por lo que rompieron el precepto, y Viracocha, en castigo, los condenó. “Fueron unos convertidos en piedras y en otras formas, a otros tragó la tierra y a otros el mar, y sobre todos cayó el diluvio universal llamado pachacuti”.

El diluvio duró sesenta días y sesenta noches y la leyenda dice que se ahogaron todas las cosas creadas sobre la Tierra. Una vez terminado el Diluvio, Viracocha, creó al Sol (Inti), a la Luna (Mama Quilla) y las estrellas, y decidió crear nuevamente a los hombres con la ayuda de tres asistentes, a quienes delegó también las tareas secundarias de la creación de los animales, las plantas y las flores: “Pasando el diluvio, y seca la tierra, determinó el viracocha de poblarla por segunda vez, y para hacerlo con más perfección determinó crear luminarias (…) Entonces mandó a que saliese el sol, la luna y estrellas y se fuesen al cielo para dar luz al mundo. Y así se hizo, y dicen que la Luna iluminaba más que el sol y este celoso, lanzó un puñado de cenizas a ella”.

Fuentes:

Juan de Betanzos, “Suma y Narración de los Incas” (1551)

Cristóbal de Molina “El Cusqueño: Relación de las Fabulas y Ritos de los Incas” (1573)

José de Acosta señala en “Historia Natural y Moral de las Indias” (1590)

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