sábado, 9 de enero de 2021

EL MUCHO PENSAR CALCULADOR...

Reflexiones del Dr. Adrián Ruiz de Chávez, Director del Centro para el Liderazgo Creativo sobre el pensar calculador y el imperio de la razón cínica.

Por: Unión Social de Empresarios de México | Fuente: USEM.org.mx

En opinión del Dr. Adrián Ruiz de Chávez, Director del Centro para el Liderazgo Creativo y conferenciante regular en el CUFOSO, la sociedad neurótica de nuestro tiempo y la génesis de la actual crisis del capitalismo se deben en gran parte a que nuestro mundo está dominado por el pensar calculador, el imperio de la razón cínica, instrumental, que ha desplazado al mundo de la vida.

Al conferenciar el tema de "Desarrollo científico y ética" en el Curso de Formación Social, expuso que “con el desarrollo de la ciencia y la tecnología, la civilización cambió radicalmente su manera de entender al mundo. El mundo perdió la magia, y la divinidad fue relegada a la esfera íntima de la persona. La razón humana se instrumentalizó. La ciencia y la técnica han desplazado a la ética. La razón instrumental ha eclipsado al ‘mundo de la vida humana’”.

“Para varios filósofos de primer orden -explicó-, como Martin Heidegger, Edmund Husserl y Jürgen Habermas, el problema central del hombre en la modernidad radica en que por el éxito del Sistema nos hemos olvidado del Mundo de la Vida, con riesgo de aniquilarlo. ... Pero sin Mundo de la Vida, no hay Sistema”, puntualiza.


“Hay que ser socialmente responsables porque es bueno”

Adrián Ruiz de Chávez expresó que como empresarios y dirigentes "tenemos que propugnar por el rescate de la vida en todas nuestras acciones, y ser socialmente responsables porque es bueno, más allá de si es rentable o no. Pensar en ser buenos porque es más rentable es seguir aplicando un criterio técnico, y tenemos que poner a la ética por encima de la técnica; hacer lo contrario es como poner a la carreta delante del buey.


¿QUIÉN LE HA DADO MÁS AL MUNDO, BILL GATES O LA MADRE TERESA?

Ante esta pregunta, que se debatía en las mesas de CUFOSO, el Dr. Adrián Ruiz de Chávez nos ha enviado la siguiente reflexión:
Maldito el hombre que confía en el hombre. Jeremías, 17:5-8.

Esta inteligente pregunta recoge, sin embargo, el problema moral (ético) más importante de nuestro tiempo: El triunfo de la razón cínica, del materialismo desbordado, la muerte de Dios. Y el eclipsamiento (y aplastamiento) de lo mejor del ser humano (y del ser humano mismo). Auschwitz como preludio de otros horrores.

Vayamos por partes. ¿Qué le han aportado a la humanidad estos dos extraordinarios personajes? En el caso de Bill Gates, la invención genial de un “sistema operativo” que ha permitido el uso masivo de las computadoras y la proyección de las aplicaciones de cómputo a un sin fin de actividades en muy diversos órdenes de la vida humana. El sistema Windows se debe tener entre los más grandes inventos de la historia humana, junto con la imprenta, la penicilina, la brújula y las técnicas gerenciales. Windows ha sido el vehículo fundamental que ha permitido una revolución económica, al permitir la modificación de formas específicas de trabajar en oficinas y fábricas de todo género, rediseñar procesos, y acelerar las comunicaciones de un modo que hace a la distancia una variable poco significativa y acelera radicalmente la vivencia del tiempo: De hecho, no parece exagerado decir que Windows ha modificado las dimensiones del tiempo y del espacio, con una consecuente y muy impresionante reducción de costos y ganancias de productividad. El impacto de la iniciativa y el talento de Gates, le ha hecho merecidamente amasar tal fortuna como para ser el hombre más rico del mundo [con más méritos sin duda que otros multimillonarios cuyas fortunas se han hecho al amparo de una hábil explotación de relaciones clientelares o corporativas, o de negocios ilegales –como el famoso Chapo (1)]. La aportación de Gates a la humanidad es considerable y buena: Le ha hecho mucho bien a mucha gente.

Agnes Gonxha Bojaxhiu, la Madre Teresa, opera en otra dimensión: En términos materiales, no ha hecho mucho más que llevar consuelo y paz a moribundos dolientes de Calcuta y otras partes del mundo. No los ha curado (no ha podido, no ha tenido los medios, estaban ya muchos de ellos desahuciados). No les ha evitado la muerte. Apenas, si acaso, han podido vivir mejor si eso significa sufrir menos. En términos éticos, la beata, aporta más: Un testimonio extraordinario de una vida dedicada al servicio de los otros, haciéndose cargo del dolor de los más necesitados.

Este ejemplo de vida lo es porque, como bien señala Viktor Frankl, nadie puede escapar a la triada trágica de la vida: La culpa, el dolor y la muerte. Somos seres en profunda necesidad de consuelo. Este es uno de los mensajes principales de la Parábola del Buen Samaritano (Lucas 10, 25-37). ¿Quién es el hombre herido que yace doliente a la mitad del camino? Yo, cada uno, todos. ¿Quién viene a nuestro consuelo? Se diría que en última instancia, Dios. Pero Dios llega a través de las manos amables de la Madre Teresa. Este es el ejemplo maravilloso que en el ámbito de la ética, Teresa nos regala. Excelente modelo a imitar.

Pero todavía, la Madre Teresa aporta más: Y lo hace en el ámbito espiritual. Ese ámbito que se resiste a ser medido y que no se deja narrar desde las estrecheces de la mentalidad positivista y las ciencias
duras, y que sin embargo resulta altamente significativo (lo más) para los momentos más críticos y definitivos de la vida humana. Con su testimonio de vida, Teresa, Agnes, nos acerca a Dios: nos permite casi palparlo y tener la certeza de que allí, con nosotros, está (como escribiera San Juan de la Cruz: Mil gracias derramando / pasó por estos sotos con presura, / e yéndolos mirando, / con sola su figura /vestidos los dejó de su hermosura (2). Nos acerca a Dios, el absolutamente Otro, por “quien vivimos nos movemos y somos”, que sin poderlo expresar bien a bien, cuando quedamos expuestos a Sus gracias, nuestra vida se llena de sentido [y cito de nuevo a San Juan de la Cruz: Yo no supe dónde estaba, / pero, cuando allí me vi, / sin saber dónde me estaba, / grandes cosas entendí; / no diré lo que sentí, / que me quedé no sabiendo, / toda ciencia trascendiendo (3)].

La Madre Teresa de Calcuta le ha hecho mucho bien a mucha gente. ¿Igual que Bill Gates? Son órdenes distintos de acción humana, para necesidades distintas de la persona. Gates trabaja en el orden material, de la economía, de las cosas que mejoran nuestras condiciones de vida en tanto seres inteligentes y corpóreos. Y la vida es desde luego mucho mejor gracias a Windows y los productos de Microsoft. Pero “no sólo de pan vive el hombre” (Mt 4, 3-4).

Y ni Windows ni Macintosh ni el IPod ni la CocaCola ni American Express ni el motor de combustión ni Honda ni Continental Air Lines, por más que hagan, nos abren la puerta del Sentido (así con mayúscula) o del Significado de la existencia. Todos esos bienes materiales (que se llaman bienes porque nos hacen bien) nos dejan, cuando más, en la inmanencia próspera. Pero los hombres tenemos necesidad de ir más allá: Tenemos necesidad de trascendencia y aspiración de infinito. Y si nos cerramos a la trascendencia nuestra vida termina en la miseria, independientemente de las riquezas materiales que tengamos. Esta es una de las lecciones para mí principales del siglo de la muerte de Dios que anunciara Nietzsche a fines del siglo XIX. Ante “la muerte de Dios, ha sido el horror: La sociedad neurótica de nuestro tiempo, la era del vacío, el imperio de lo efímero, el mundo carente de sentido.

Windows es sin duda muy valioso. Pero hay niveles. Hay una jerarquía de valores que la sabiduría antigua reconocía sin ambigüedad: El testimonio del servicio a los demás, la portación de consuelo y el acercamiento de Dios, son más.

De hecho, la comparación implicada en la pregunta motivo de esta reflexión, mueve a escándalo: ¿A caso son realmente comparables?


NOTAS

(1) Y dicho sea de paso: Gates es admirable por su invención, no por su fortuna. La aclaración puede ser pertinente porque, lamentablemente, muchas personas hoy admiran a los millonarios por cuanto tienen, independientemente de la forma de lograrlo.
(2) Cántico Espiritual.
(3) Coplas hechas sobre un éxtasis de harta contemplación.
(4) Parece interesante insertar un fragmento del texto “EL Loco” que, en el libro “La Gaya Ciencia”, escribe Friederich Nietzsche con su terrible reflexión sobre la muerte de Dios: “Lo hemos matado: ¡vosotros y yo! Todos somos su asesino. Pero ¿cómo hemos podido hacerlo? ¿Cómo hemos podido bebernos el mar? ¿Quién nos prestó la esponja para borrar el horizonte? ¿Qué hicimos cuando desencadenamos la tierra de su sol? ¿Hacia dónde caminará ahora? ¿Hacia dónde iremos nosotros? ¿Lejos de todos los soles? ¿No nos caemos continuamente? ¿Hacia delante, hacia atrás, hacia los lados, hacia todas partes? ¿Acaso hay todavía un arriba y un abajo? ¿No erramos como a través de una nada infinita? ¿No nos roza el soplo del espacio vacío? ¿No hace más frío? ¿No viene de contiuno la noche y cada vez más noche? ¿No tenemos que encender faroles a mediodía? ¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿No nos llega todavía ningún olor de la putrefacción divina? ¡También los dioses se pudren! ¡Dios ha muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado! ¿Cómo podremos consolarnos, asesinos entre los asesinos? Lo más sagrado y poderoso que poseía hasta ahora el mundo se ha desangrado bajo nuestros cuchillos”. Si Dios ha muerto, ¿cómo vivir? El hombre se pierde en la soledad del cosmos, en el inmenso vacío.

La Generación 59 del Curso de Formación Social para dirigentes de empresa dará inicio este 3 de marzo de 2010 en la Cd. de México.

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