El domingo vi en un restaurante una camiseta de un joven que decía: Los autistas no viven en su mundo, viven en el nuestro.
Mi mamá me enseñó, no comas delante de los demás, si no tiene suficiente para todos. Si tienes una fiesta e invitas a tus compañeros de clase, están todos invitados. Cuando te ofrezcas en ayudar, se el primero en llegar y el último en salir.
A la luz de los recientes acontecimientos sobre la exclusión de un niño autista de participar en un viaje escolar, siento la necesidad de escribir esto.
Hay niños que nadie invita a un cumpleaños. Hay niños con necesidades especiales que quieren pertenecer a un equipo, pero nunca son seleccionados, porque es más importante ganar.
Los niños con necesidades especiales no son raros, extraños, ni están enfermos, es una condición. Ellos solo quieren lo que todos los demás quieren: ser aceptados.
Realmente sería un mundo mucho mejor, si hacemos conciencia y nuestros actos van de la mano con los principios básicos de convivencia.
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