miércoles, 14 de octubre de 2020

MÍRAME PARA QUE TE AME, LLÁMAME PARA QUE TE MIRE

En el Apéndice del Breviarium Romanum se contienen unas bellas y “piadosas peticiones” atribuidas a san Agustín.

Únicamente queremos apenas detenernos previamente en lo que no podemos dejar de notar, a saber, la católica teología de la gracia del gran Doctor de la gracia: Mírame a mí, para que te ame a Ti. Llámame a mí para que te vea a Ti y eternamente goce de Ti”. Como dirá luego otro gran agustiniano, santo Tomás de Aquino: Amor Dei est infundens et creans bonitatem in rebus” “el amor de Dios es el que crea e infunde la bondad en las cosas” (S. Th., I, q. 20, a. 2, c.). Y algunos siglos más tarde dirá otro gran agustiniano, san Juan de la Cruz: Cuando Tú me mirabas, su gracia en mí tus ojos imprimían: por eso me adamabas, y en eso merecían los míos adorar lo que en Ti veían(Cántico espiritual (B), 32). Es la “mirada de Dios” la que deja gracia y hermosura en el alma: después que me miraste, gracia y hermosura en mí dejaste(cf. ib., 33).

PIADOSAS PETICIONES DE SANAGUSTIN

Señor Jesús, que me conozca a mí, que te conozca a ti, y no desee otra cosa sino a Ti.

Que me odie a mí y te ame a Ti.

Todas las cosas haga por Ti.

Que me humille a mí, que te exalte a Ti.

Nada piense sino a Ti.

Que me mortifique a mí y viva en Ti.

Todo cuanto suceda lo acepte como venido de Ti.

Que me persiga a mí, que te siga a Ti, y siempre desee seguirte a Ti.

Que huya de mí, que me refugie en Ti, de modo que merezca ser defendido por Ti.

Que me tema a mí, que te tema a Ti, de modo que me encuentre entre los elegidos por Ti.

Que desconfíe de mí, que confíe en Ti.

Que quiera obedecer a causa de Ti.

Que a nada me incline sino a Ti, y sea pobre a causa de Ti.

Mírame a mí, para que te ame a Ti.

Llámame a mí, para que te vea a Ti

y eternamente goce de Ti.

Amén.

Schola Veritatis

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