"A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más. Yo les indicaré a quién deben temer: teman a aquel que, después de matar, tiene el poder de arrojar a la Gehena. Sí, les repito, teman a ese".
El contexto del pasaje dice textualmente que había miles de personas en ese momento, (cosa que es mucho decir para esas épocas y geografías), y en medio de ese momento masivo comienza a dirigirse a NOSOTROS, A SUS AMIGOS... Si algo causa una gran diferencia y una buena reacción es que no nos masifiquen, que no nos vean como un número o una estadística más.
Y aquí Jesús, como amigo nos dice con toda simpleza una verdad que nos supera por completo.
Deja claro que después de morir hay algo más, que los que presumen de tener el poder de matar no pueden llegar más lejos, ni pueden hacer nada más. Y que si algo y a Alguien hay que respetar y temer es a Quién después de nuestra muerte puede hacer Eternamente Más.
Pidamos al Espíritu Santo el Don de saber vivir cada momento que se nos regala y que en nuestra alma, desde ahora, quede la certeza de que hay Algo y Alguien más que nos ama y que puede hacer aún más en nuestra Eternidad.
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