Durante la audiencia general de este miércoles 3 de febrero, el Papa Francisco advirtió que la expresión “yo voy a escuchar Misa” no es correcta porque la Misa no puede ser “solo escuchada, como si fuéramos solo espectadores”.
“La Misa no puede ser solo ‘escuchada’ como si
nosotros fuéramos solo espectadores de algo que se desliza sin involucrarnos. La
Misa siempre es celebrada, y no solo por el sacerdote que la
preside, sino por todos los cristianos que la viven. ¡El centro es Cristo!
Todos nosotros, en la diversidad de los dones y de los ministerios, todos nos
unimos a su acción, porque es Él, Cristo, es el Protagonista de la liturgia”,
indicó el Papa.
Al continuar con su serie de catequesis sobre la oración, el Santo Padre
reflexionó en la oración con la liturgia y destacó que “la
vida está llamada a convertirse en culto a Dios, pero esto no puede suceder sin la oración,
especialmente la oración litúrgica”.
En esta línea, el Pontífice señaló que “la
liturgia, precisamente por su dimensión objetiva, pide ser celebrada con
fervor, para que la gracia derramada en el rito no se disperse sino que alcance
la vivencia de cada uno”.
Además, el Santo Padre reconoció que en la historia de la Iglesia ha
existido “en más de una ocasión, la tentación de
practicar un cristianismo intimista, que no reconoce a los ritos litúrgicos
públicos su importancia espiritual” y añadió que esa tendencia
reivindicaba “la presunta mayor pureza de una
religiosidad que no dependiera de las ceremonias exteriores, consideradas una
carga inútil o dañina”.
Sin embargo, el Papa recordó la Constitución del Concilio Vaticano II Sacrosanctum
Concilium que “reafirma de
forma completa y orgánica la importancia de la divina liturgia para la vida de
los cristianos, los cuales encuentran en ella esa mediación objetiva
solicitada por el hecho de que Jesucristo no es una idea o un sentimiento,
sino una Persona viviente, y su Misterio un evento histórico”.
“La oración de los cristianos pasa a través de
mediaciones concretas: la Sagrada Escritura, los Sacramentos, los ritos
litúrgicos, la comunidad. En la vida cristiana no se prescinde de la esfera
corpórea y material, porque en Jesucristo esta se ha convertido en camino de
salvación. Podríamos decir que podemos orar con el cuerpo, el cuerpo entra en
la oración”, afirmó el Papa.
En este sentido, el Santo Padre citó el Catecismo de la Iglesia Católica
para destacar que “la misión de Cristo y del
Espíritu Santo que, en la liturgia sacramental de la Iglesia, anuncia,
actualiza y comunica el Misterio de la salvación, se continúa en el corazón
que ora”.
“La liturgia, en sí misma, no es solo oración
espontánea, sino algo más y más original: es acto que funda la experiencia
cristiana por completo y, por eso, también la oración. La liturgia es evento,
es acontecimiento, es presencia, es encuentro con Cristo”, añadió.
De este modo, el Papa subrayó que “Cristo se
hace presente en el Espíritu Santo a través de los signos sacramentales: de
aquí deriva para nosotros los cristianos la necesidad de participar en los
divinos misterios. Un cristianismo sin liturgia es un
cristianismo sin Cristo” y agregó que “incluso en el rito más despojado, como el que algunos cristianos han
celebrado y celebran en los lugares de prisión, o en el escondite de una casa
durante los tiempos de persecución, Cristo se hace realmente presente y se
dona a sus fieles”.
“Que este pensamiento nos ayude a todos: cuando
se va a la Misa los domingos, voy a rezar en comunidad, voy a rezar con Cristo
que está presente. Cuando vamos a la celebración de un Bautismo, por
ejemplo, Cristo está allí que bautiza. ‘No Padre esta es una idea, es un modo
de decir’. No, no es un modo de decir, Cristo está presente y en la liturgia tú
rezas con Cristo que está a tu lado”, concluyó
el Papa.
POR MERCEDES DE LA
TORRE | ACI Prensa
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