Por tanto, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y lo demás se les dará por añadidura (Mt. 6, 33).
Fuente: www.buenanueva.net
Tener confianza en la Divina Providencia, es confiar en que Dios es nuestro Creador, nuestro Padre, nuestro Dueño,
y Él está
atento a todas nuestras necesidades.
Dios, en su Divina Providencia, conoce todas nuestras
necesidades mejor que nosotros mismos y se ocupa de ellas. Tener confianza en su Divina Providencia
es saber que todo está en sus Manos.
CIC #301 “Reconocer esta dependencia completa con respecto al Creador es fuente de sabiduría y de libertad, de gozo y
de confianza”.
JESUCRISTO NOS EXPLICÓ EL ATENTO CUIDO DE DIOS NUESTRO
PADRE:
“No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos
alimento? ¿qué beberemos?, o ¿tendremos ropas para vestirnos? Los
que no conocen a Dios se afanan por eso, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso”.
(Mt. 6, 31-32)
“Fíjense en las aves del cielo, que no siembran, ni cosechan, ni
guardan alimentos en graneros. Sin embargo, el Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen
ustedes mucho más que las aves? (Mt. 6, 26).
Pensamos: pero Dios a veces no responde, a
veces se tarda en responder… Es que Dios atiende nuestras verdaderas
necesidades, no las que nosotros creemos que son necesidades o aquellas que nos
inventamos.
Y las
atiende a su tiempo, que casi nunca coincide con el nuestro:
“Todas esas creaturas de Ti
esperan que les des a su tiempo el alimento. Apenas se lo das, ellos lo
toman, abres tu mano y se sacian de bienes” (Sal. 104, 27-28).
Y se ocupa de lo grande y de lo pequeño, y de grandes y pequeños:
“El hizo a los pequeños y a los grandes; Él se preocupa por todos” (Sab. 6, 7b).
“¿Acaso un par de pajaritos
no se venden por unos centavos? Pero ni uno de ellos cae en tierra sin
que lo permita vuestro Padre” (Mt. 10, 29).
Dios está pendiente de todo. Por eso continúa Jesucristo explicándonos:
“Entonces no teman, pues hasta los cabellos de sus cabezas están
contados. Con todo, ustedes valen más que los pajaritos” (Mt. 10, 30-31).
“No anden
preocupados por su vida con problemas de alimentos, ni por su cuerpo con
problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y
más valioso el cuerpo que la ropa?” (Mt. 6, 25).
“Miren cómo crecen las flores del campo, y no
trabajan ni tejen. Pero Yo les digo que ni Salomón, con todo su lujo,
pudo vestir como una de ellas. Y si Dios viste así el pasto del campo,
que hoy brota y mañana se echa al fuego, ¿no hará mucho más por ustedes?
¡Qué poca fe tienen!” (Mt. 6, 28).
“Por tanto, busquen primero el Reino de Dios y su
justicia, y lo demás se les dará por añadidura” (Mt. 6, 33).
Mt 6 (texto completo):
25. Por eso Yo les digo: No
anden preocupados por su vida con problemas de alimentos, ni por su
cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y
más valioso el cuerpo que la ropa?
26.
Fíjense en las aves
del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan
alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre de ustedes,
las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves?
27.
¿Quién de ustedes,
por más que se preocupe, puede añadir algo a su
estatura?
28. Y ¿por qué se preocupan
tanto por la ropa? Miren cómo crecen las flores del
campo, y no trabajan ni tejen.
29. Pero Yo les digo que ni
Salomón, con todo su lujo, se pudo vestir como una de ellas.
30. Y si Dios viste así el pasto del campo, que
hoy brota y mañana se echa al fuego, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Qué poca
fe tienen!
31. No anden tan preocupados ni
digan: ¿tendremos alimentos? o ¿qué beberemos? o ¿tendremos ropas para
vestirnos?
32.
Los que no conocen a Dios
se afanan por esas cosas, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que
necesitan todo eso.
33. Por lo tanto, busquen primero el Reino y la Justicia de Dios, y se les darán también todas esas cosas. 34. No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas.
ORACIÓN A LA DIVINA
PROVIDENCIA
Una plegaria confiada en la mano pródiga del
Señor, quien dispone de todo para el bien
de los que ama.
Dios y Señor Nuestro, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
cuya Providencia no se equivoca en todo lo que dispone,
y nada acontece que no lo ordene, rendidamente te pedimos y suplicamos que apartes de nosotros todo lo que nos pueda separar de Ti,
y nos concedas todo lo que nos conviene.
Haz que en toda nuestra vida busquemos primeramente Tu Reino y que seamos justos en todo; que
no nos falte el trabajo, el techo bajo el
cual nos cobijamos, ni el pan de cada día.
Líbranos de las enfermedades y de la miseria; que
ningún mal nos domine.
Sálvanos del pecado, el mayor de todos los males, y que siempre estemos preparados santamente a la muerte.
Por Tu Misericordia, Señor y Dios Nuestro, haz
que vivamos siempre en Tu Gracia.
Así seremos dignos de adorar Tu amable Providencia en la eterna bienaventuranza.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario