Del numeroso grupo de inmigrantes italianos establecidos en Huacho a comienzos del presente siglo como don Juan Bozzo, por alegre y jocoso, llegó a ser el más popular de todos ellos. Vamos a relatar un par de anécdotas de este personaje.
El inicio de la Primera guerra mundial en 1914 sorprendió a un barco italiano desembarcando un circo de esta nacionalidad en el puerto de Huacho, navegando luego rumbo al Callao para regresar por ellos dentro de veinte días.
El circo debutó fabulosamente, con exhibiciones de leones, tigres, grandes acróbatas y chistosos payasos, pero pasaron treinta días y el barco no llegaba. El público cansado de las repeticiones del mismo repertorio, dejaron de concurrir como era de esperarse. Circo y empresario se endeudaron.
Al llegar el barco por ellos después de tres meses debido a problemas habidos con la guerra que se vivía. Los acreedores no dejaron que se embarcaran hasta que no cancelaran la deuda contraída.
Don Juan Bozzo que gozaba de gran popularidad y era amigo de todo el mundo, ofreció ayuda a sus connacionales para participar personalmente en la función de despedida. El día del convite montado en una pipa de vino sobre una carreta, don Juan vestido de payaso y bien pintado se paseó por todo Huacho y La Campiña, invitando a la población a concurrir al circo Cavallini.
Mi madre contaba: “Esa noche todo Huacho estuvo en la carpa del circo Cavallini. La gente gozó como nunca. La carpa casi se viene abajo con tantas carcajadas que originaron las ocurrencias de Juan Bozzo, en su papel de payaso. Con lo recaudado en esta función histórica, el empresario canceló todas sus deudas y el circo Cavallini pudo embarcarse dejando gratos recuerdos en Huacho”.
Alberto Bisso Sánchez (1985)
No hay comentarios:
Publicar un comentario