La Biblia revela al alma la verdadera sabiduría, su lectura frecuente nos hace obrar por amor a Dios, nos mueve a la ardua labor de la virtud.
Por: hombrenuevo.net | Fuente: hombrenuevo.net
...¿CONOCES
LA BIBLIA?...
"Escudriñad las Escrituras porque a vosotros
os parece que en ellas tenéis vida eterna y ellas son las que dan testimonio de
mí". Juan 5,39.
¿CONOCES TU LA BIBLIA?
"La Biblia revela al alma la verdadera
sabiduría. Transporta el espíritu al cielo. Vivifica en el corazón la alabanza.
Aparta al hombre de los deseos del mundo. Deja en la mente un único
pensamiento: el de la otra vida.
La lectura frecuente de la Biblia nos hace obrar por amor a Dios, nos mueve a
la ardua labor de la virtud. Nos pone de manifiesto el auxilio providencial de
Dios, la fortaleza de los justos, la bondad divina, la excelencia de su
recompensa.
Nos excita a imitar a los siervos de Dios. Nos da fuerzas para la batalla de la
santidad. Renueva nuestra fe en las promesas divinas.
La Biblia es la consoladora de los tristes, puerto seguro y tranquilo,
fortaleza inexpugnable, torre inconmovible, impenetrable armadura, serenidad de
espíritu, verdad indestructible, alegría perdurable.
"Es preciso, pues, que leamos con la máxima
atención la Biblia. Si lo hacemos obtendremos la verdadera ciencia”.
Al que con piedad y fe recorra los Santos Libros... el Señor que baja a
nuestros corazones, iluminar su espíritu. Expandir sobre su alma rayos de luz,
descubriéndole cosas ocultas y enseñándole todo cuanto ignora. Él quiere ser nuestro Maestro: ´A
nadie llamáis Maestro vuestro´. (S. Juan Crisóstomo, "La asidua lectura de la Biblia").
¿OBEDECES TU A CRISTO?
Es útil el saber citas de memoria, pero si no pones en práctica las enseñanzas
que contienen de nada te sirve. Jesucristo dijo: "Escudriñad
las Escrituras". (Juan 5,39.) ¿Y qué
significa esto sino que es necesario llegar, mediante un estudio profundo, a
comprender su verdadero sentido?
Pero hoy hay muchos pastores que engañan a la gente haciéndole creer que "escudriñar" significa "interpretar", y esto según el parecer
de cada quien. (Principio protestante del juicio privado).
¿COMO DEBEMOS LEER LAS
SAGRADAS ESCRITURAS?
La misma Biblia nos dice cómo. Recuerda el pasaje del eunuco de la reina de
Etiopía. "Mientras viajaba en coche, iba ocupado
en la santa lectura". Lee: Hechos 8, 26-39.
1. LA LEÍA CON CELO Y ARDOR.
Considera su mérito de no dejar la lectura ni siquiera en el camino, ni
siquiera en el coche con ruedas de madera, por un camino de piedras.
2. TENÍA MUCHAS EXCUSAS PARA
NO HACERLO.
El eunuco no era cristiano, ni judío, y además era rico; todo esto le daba
justificación para ser negligente, sin embargo, no se excusó como nosotros: "no tengo tiempo", "no entiendo".
3. DIOS LE AYUDA.
Antes de concederle su gracia, Dios espera a que el eunuco haya hecho todo
cuanto de él depende.
Dios te ayuda a ti también, pero tú tienes que hacer primero lo que te
corresponde: adquirir la Biblia, leerla, estudiarla.
4. LE MANDA UN APÓSTOL.
Con la sola Biblia no pudo entender todo. Dios podía haberle enviado su
Espíritu. ¡Claro que sí! Pero el hecho es
que no lo hizo, para enseñarnos a nosotros que es necesario un maestro
autorizado. Dios le ayuda a penetrar las Escrituras mediante un maestro de la
Iglesia: el diácono Felipe. Lee: Lucas
10,16.
La misma Escritura nos enseña que la Iglesia primitiva no era la Iglesia de la
sola Biblia sino la Iglesia de los maestros: "acudían
asiduamente a las enseñanzas de los apóstoles". Lee: Hechos 2,42.
Si hay enseñanza, tiene que haber maestros; y si hay maestros, debemos aceptar
su magisterio.
Por el contrario, si no hay Magisterio, como algunos afirman, no debería haber
maestros y nadie debería enseñar la Biblia. Para salvarnos, bastaría traer
"la sola Biblia" bajo el brazo y leerla.
Lo que no podemos aceptar, es que por un lado nos digan que no son necesarios
los maestros ni el Magisterio y después, ellos mismos, se nos presenten como
únicos maestros infalibles de la Biblia.
¿QUE DICE LA IGLESIA DE LA BIBLIA?
La Iglesia considera como suprema norma de su fe la Escritura unida a la
Tradición, ya que, inspirada por Dios y escrita de una vez para siempre, nos
transmite inmutablemente la palabra del mismo Dios.
Es tan grande el poder y la fuerza de la palabra de Dios, que constituye el
sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de la fe para sus hijos, alimento del
alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual. Lee: Documentos del
Concilio: "Dei Verbum" No. 21.
La Iglesia no añade nada a la Escritura, sino que crece en la comprensión de
las palabras. Estudia: "Dei Verbum" No.
8. Pero tampoco saca de la Escritura todo lo revelado, porque lo revelado
abarca tanto lo transmitido por carta, la Biblia, como lo de viva voz, la
Tradición. Lee: 1 Corintios 11,23 y 2
Tesalonicenses 2,15.
"Los libros inspirados enseñan la verdad. Sin
embargo, la fe cristiana no es una ´religión del Libro´. El Cristianismo es la
religión de la "Palabra" de Dios, ´no de un verbo escrito y mudo,
sino del Verbo encarnado y vivo´". CIC = Catecismo de la Iglesia
Católica n.108.
El Concilio recomienda insistentemente a todos los fieles la lectura asidua de
la Escritura para que adquieran la suprema ciencia de Jesucristo. Lee:
Filipenses 3,8.
LA RESPUESTA CATOLICA.
1. ES NECESARIO UN MAGISTERIO QUE NOS EXPLIQUE CÓMO FELIPE AL EUNUCO.
Todos los cristianos creemos que la Biblia dice la verdad. Nadie niega eso,
pero esa verdad no es clara y evidente para todos.
La Biblia lo dice. El eunuco no era ningún ignorante, tenía la Biblia en la mano
y la escudriñaba como Jesús lo había mandado. Sin embargo, cuando Felipe le
pregunta: "Comprendes lo que lees?" El
responde: "¿Cómo voy a entender si nadie me lo
explica?"
La experiencia lo demuestra. Los fundamentalistas bíblicos afirman: la Biblia
dice la verdad. Pero el caso es que ellos mismos no se pueden poner de acuerdo
en cuál es esa verdad. Si la conocieran no estarían divididos en multitud de
iglesias.
2. ES NECESARIA LA LUZ DE
CRISTO.
Para comprender lo escrito en un libro no basta saber leer, es necesaria la
luz. De la misma manera, para entender la Biblia se necesita que Cristo por
medio de su Espíritu nos ilumine. Lee: CIC 108.
Esto se ve claro en el pasaje de los discípulos de Emaús. Cuando ellos
quisieron interpretar las Escrituras según su propio entender se fueron
alejando desilusionados, pero cuando Cristo les abrió la inteligencia,
regresaron con gozo a la comunidad, a la Iglesia de Cristo. Lee: Lucas 24, 33 y
45.
Cristo no nos dejó la Biblia para inventar o discutir la fe, por el contrario,
nos dio la fe de la Iglesia para entender la Biblia. CIC 113-114.
3. LA BIBLIA NO ESTUVO MUDA
2,000 AÑOS.
Todos los cristianos creemos que Dios nos habla por medio de la Biblia. Si esto
es verdad, y no estuvo muda y silenciosa durante 2,000 años, algo debió de
haber dicho a los que la tuvieron en la mano antes que nosotros y, por tanto,
antes de dar nuestra interpretación, deberíamos de consultar lo que la Biblia
dijo a los que la estudiaron antes que nosotros.
La Biblia no se escribió la semana pasada, y citarla como si tú fueras el
primero que la entiende es arrogancia. Más aún, si lo que te dice la Biblia hoy
a ti, contradice o niega lo que la Biblia dijo ayer, una de dos, o la Biblia
dice mentiras o tú estás equivocado.
Precisamente por eso los que predican opiniones que cambian, y no verdades que
permanecen, rechazan el Magisterio que está para conservar, exponer y custodiar
esas verdades, válidas para todos los hombres de todos los tiempos. Lee: CIC
86.
Pero entonces, ¿cómo es que hay muchas enseñanzas
católicas que no están en la Biblia?
La primera razón es que no basta saber leer para entender. ¿Cómo quieres entender en una semana lo que a la Iglesia
le costó 2,000 años de meditación y estudio? Dei Verbum n. 8.
La segunda razón es que nosotros aceptamos todo lo que la Tradición Apostólica
nos ha transmitido, no sólo por escrito sino también de palabra. Lee: 1
Tesalonicenses 2,5. Estudia: CIC 80 ss.
Lutero tenía razón al subrayar que la Escritura habla en un lenguaje que cada
hombre puede entender. Hasta los niños y los iletrados entienden el Sermón de
la Montaña, el mandamiento del amor al prójimo, la parábola del hijo pródigo.
La Biblia para aplicarla a mi vida y para hablar con Dios está al alcance de
todos. Lee: CIC 104. Pero "el oficio de
interpretar ha sido encomendado únicamente al Magisterio" CIC 85
ss.
Poca Biblia aleja de la Iglesia, mucha Biblia acerca a ella.
Scott Hann era un pastor presbiteriano, profesor de Sagradas Escrituras. Su
amor a la Biblia era tan grande como su antipatía por la Iglesia Católica. Un
día, uno de sus estudiantes le preguntó:
"¿Dónde enseña la Biblia el principio
protestante de la sola Biblia?"
Scott dio las conocidas citas de 2 Timoteo 3, 15 y 1 Tesalonicenses 2,13.
A la primera cita el estudiante replicó que lo que ahí se dice es que la Biblia
tiene autoridad, pero no que es la única autoridad; y a la segunda, que S.
Pablo se refiere a lo que él ha predicado y no a lo escrito. Aunque el maestro
no aceptó en ese momento la réplica del alumno, su amor a la verdad le hizo
reflexionar y estudiar más a fondo la Escritura. Tiempo después se convirtió a
la fe Católica.
ORACION:
"Señor Jesús, haz que la lectura de la Biblia
sea luz para mis pasos, pan para mi alma, sal que da sazón a mi vida y me lleve
a ser fermento de vida cristiana y apóstol intrépido de tu palabra."
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